Mayores presiones en inflación por impuestos | El Nuevo Siglo
Foto Freepik
Viernes, 4 de Enero de 2019
Redacción Economía

En los últimos meses los posibles cambios tributarios introducidos por la ley de financiamiento generaron un aumento sustancial de las expectativas inflacionarias para 2019.

En el proyecto original del Gobierno, la estrategia de recaudo estaba concentrada en una ampliación de la base de productos sobre la cual se grava el IVA, que se aplicaría ahora a la canasta familiar, junto con una reducción en la tarifa general del 19% al 18%.

La cobertura del IVA a la canasta familiar -que finalmente se descartó- hubiera generado un impulso considerable sobre la inflación en 2019. Lo anterior hizo que las expectativas de inflación para 2019 vieran un fuerte incremento. Por ejemplo, las previsiones de los analistas se elevaron de 3,37% a 3,67% en noviembre.

Según un estudio del Bancolombia sobre aspectos de inflación, “en la ley que acaba de entrar en vigor hay un elemento que de todas maneras podría afectar la formación de los precios. Al respecto hay que tener en cuenta que una sexta parte del recaudo esperado en la ponencia provendría del cambio del régimen del IVA aplicado a cervezas y gaseosas”.

Específicamente, estos ítems de la canasta pasarán a ser gravados con la tarifa general de 19% en todas las etapas del proceso productivo (régimen plurifásico). Como consecuencia, los precios de los consumidores podrían incrementarse, teniendo en cuenta que las comercializadoras minoristas estarían sujetas a dicho impuesto.

Aumentos

De acuerdo con los analistas, “hicimos uso de la matriz insumo-producto del DANE para evaluar los efectos de este cambio. Encontramos que el nuevo régimen de IVA a las bebidas puede generar un impulso de 26 puntos básicos a la inflación del próximo año. Esta cifra considera dos canales por los cuales se podría afectar la variación del IPC”.

El primero es uno directo, que surge de calcular el impacto del cambio en el precio en 19% teniendo en cuenta la participación del consumo de cervezas y gaseosas dentro del gasto total de los hogares. El segundo canal es indirecto, en la medida en que contempla que los cambios en los precios de estos productos pueden afectar el precio de otros servicios que los utilizan como insumos.

La mayor parte del impulso estaría concentrado en los alimentos y en los transables. En particular, en estos dos grupos se acumularía un incremento cercano a los 20 puntos, que sería complementado por el efecto indirecto en los otros rubros, para un total de 26 puntos.

Según el análisis del Bancolombia, “si tenemos en cuenta que este año se actualizará la canasta para calcular el IPC, y que en esta modificación los alimentos cederían participación dentro del total de gastos, el impacto final podría reducirse en 5 puntos”.

Señala el análisis que “consideramos que, ante las bajas presiones de demanda que existen en estos momentos, el traspaso sobre los precios podría ser menor al inicialmente calculado. En efecto, el hecho de que la actividad se esté expandiendo por debajo de su potencial y la demanda interna crezca a tasas inferiores a su promedio histórico puede llevar a que una parte del choque alcista descrito arriba sea absorbido por las firmas y los comerciantes, y por lo tanto no se traslade de manera completa a los consumidores”.

Sostienen que “de este modo, contemplamos un escenario en el que el traspaso del impuesto fuese de apenas la mitad. En este caso, el impacto sería alrededor de 13 puntos (con la nueva canasta del IPC). Debido a que la ley ya entró en vigor, este factor inflacionario prácticamente se constituye en un hecho para este año”.