Mayoría de microempresas trabajan a ras, sin ahorros | El Nuevo Siglo
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Domingo, 7 de Junio de 2020
Redacción Economía
Las utilidades que generan solo alcanzan para cubrir su operación y costos de funcionamiento

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El 80% de las microempresas del país solo trabajan para cubrir sus gastos de operación y no les quedan recursos para el ahorro. Así lo deja al descubierto una encuesta de la Asociación de Instituciones Financieras (ANIF), que más allá del impacto que está dejando la emergencia sanitaria en las empresas, saca a flote una preocupante situación en el sector productivo.

Sostiene la consulta que al preguntar sobre las razones por las que los microempresarios no ahorraron, se encontró que la mayoría no lo hace porque no le alcanza el dinero: industria 80%, comercio 84% y servicios 78%. Esto sugiere que las utilidades generadas son apenas suficientes para cubrir su operación y no se prioriza el ahorro.

Señala la entidad que otras razones para no ahorrar, es que el 13% dijo no estar interesado o necesitarlo,  lo que responde usualmente a la falta de conocimiento sobre los beneficios del ahorro, y el 4% dice no confiar en las entidades financieras. Esto último explica, en parte, que cerca de la mitad de las microempresas que ahorraron, lo hicieron mediante cuentas de ahorro (62% en industria, 49% en comercio y 47% en servicios) y un porcentaje más bajo a través de inversiones financieras (1% en industria, 4% en comercio y 5% en servicios).

 

Informalidad

Sostiene en su informe ANIF, que la otra mitad de los microempresarios que ahorró, utilizó medios informales como cajas fuertes o alcancías, cadenas de ahorro dando dinero a familiares (1% en industria, 4% en comercio y 3% en servicios).

Entre las razones para no ahorrar en el sistema financiero, además de la falta de conocimiento y confianza en el sector, las microempresas atribuyeron el costo y el cobro de impuestos que implica acceder al sistema financiero, pese a los avances que se han logrado en el frente de menores costos bancarios para los consumidores financieros durante los últimos años.

Además, los microempresario también argumentan no haber recibido una oferta de productos, lo que muestra la oportunidad que tiene el sector financiero para brindar mayores posibilidades de ahorro para los microempresarios.

Entre las microempresas que ahorraron, la mayoría lo hizo con el propósito de cubrir los gastos del negocio cuando los ingresos son insuficientes: industria con el 52%, comercio con el 47% y servicios con el 46%. Esto les permite suavizar los ciclos de ingresos-demanda a lo largo del año.

Otros propósitos del ahorro fueron surtir el negocio en temporadas altas, ampliar la capacidad instalada, lo cual sugería expectativas de crecimiento por parte de una porción relevante de la muestra (antes del impacto generado por la pandemia); y gastos personales/del hogar, lo que refleja que no siempre se separa la contabilidad del negocio de la del propietario. En efecto, en promedio, el 59% lo hace siempre, el 28% algunas veces y el 11% nunca.

 

Promoción

Todo lo anterior resalta la importancia de la promoción del ahorro como instrumento de mayor productividad empresarial y también como un seguro para las épocas difíciles, como las actuales. Aquí la tarea es doble para los empresarios, el Gobierno y el sector financiero.

Por un lado, se debe continuar trabajando en la diversificación de mercados para lograr elevar estructuralmente los ingresos de las empresas, por lo que serán clave las reformas que se discutan en materia de flexibilización laboral y un sistema tributario más competitivo, así como las mayores inversiones que permitan reducir los costos de transporte-logística.

Y, por otro lado, se debe promover una mayor educación financiera para que las microempresas conozcan tanto las herramientas de ahorro que provee el sector formal como sus múltiples beneficios. Fomentar el ahorro y la formalidad es una de las lecciones que nos deja el impacto del virus en la economía.