Un entusiasta Mercosur abrió este martes su cumbre semestral decidido a ratificar cuanto antes su ambiciosa asociación comercial con la Unión Europea (UE) y actualizarse para competir mejor y en más mercados.
"Antes nadie se casaba con el Mercosur. Ahora todos le piden casamiento", dijo sonriente el canciller de Argentina, Jorge Faurie, quien el 28 de junio lloró de emoción cuando el bloque cerró con la UE una negociación que llevó 20 años y creará un mercado con 780 millones de consumidores que equivaldrá a la cuarta parta del PIB mundial.
Faurie dijo que algunos países, como Guyana, se mostraron interesados en el acuerdo UE-Mercosur.
El Mercosur quiere más acuerdos comerciales y dice estar a las puertas de cerrar el mes próximo uno con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA), que forman Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza. Seguirían el año que viene pactos con Canadá y Corea del Sur, dijo Faurie.
Además, indicó que el Mercosur cuenta ahora con una herramienta muy útil para estrechar las relaciones con la Alianza del Pacifico que forman Chile, Colombia, México y Perú, que ya tienen acuerdos bilaterales con la UE.
Los cancilleres y responsables económicos de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay prepararon documentos y declaraciones que serán examinados el miércoles por los presidentes.
La cumbre echará a andar acuerdos que beneficiarán a los habitantes del bloque, dijo Faurie. Mencionó entre ellos la eliminación de la tarifa de roaming, que encarece las llamadas internacionales desde teléfonos celulares. También se lanzarán convenios sobre cuestiones familiares y de salud.
Un tema espinoso estará sobre la mesa y es la crisis de Venezuela, país que fue separado del bloque en 2017 por incumplir las normas de respeto a la democracia y los compromisos comerciales asumidos.
"Hemos preparado una declaración a la que adherirán países del Mercosur y otros miembros asociados que entiendan que en Venezuela hay una completa flagrancia de falta de democracia", dijo Faurie.
Salvo Uruguay, los otros tres miembros del Mercosur, así como Chile, que está asociado, condenan al gobierno de Nicolás Maduro y lo consideran una dictadura. Bolivia, que gestiona su ingreso al Mercosur, respalda a Maduro. Su presidente, Evo Morales, estará en la reunión.
- "Más legitimidad" -
Faurie dijo que el acuerdo con la UE le da "una gran legitimidad" al Mercosur para nuevos acuerdos pero sostuvo que el bloque debe ganar flexibilidad.
"No podemos seguir siendo una unión aduanera imperfecta", afirmó. "Tenemos que trabajar para tener una verdadera unión aduanera".
La calificación de "imperfecta" ha sido como una suerte de marca registrada del Mercosur pues sus integrantes no respetan una política comercial en común, rasgo característico de una unión aduanera.
La libre circulación de bienes tiene numerosas restricciones y los socios aplican a terceros países aranceles propios y no la Tarifa Exterior Común (TEC).
Horacio Reyser, secretario de Relaciones Económicas Internacionales de Argentina, dijo que un grupo revisará la TEC "a fin de dar competitividad a (las) economías" del bloque.
La TEC es "altísima y afecta la competitividad", dijo Faurie.
El Mercosur revisará también la facultad de impedir acuerdos bilaterales de cualquiera de sus socios con terceros.
- De Macri a Bolsonaro -
En la cumbre de Santa Fe el presidente argentino Mauricio Macri traspasará la conducción semestral del bloque a su par de Brasil, Jair Bolsonaro, con quien coincide en el enfoque liberal de la economía.
Bolsonaro, un ultraderechista que asumió en enero, había advertido que rompería con el Mercosur si éste seguía en su letargo.
"Se rompió el hechizo de que el Mercosur no lograba acuerdos", dijo el negociador de Brasil, Pedro da Costa e Silva.
El gran tema a acometer ahora es la entrada en vigencia. El Mercosur buscará la aplicación provisoria una vez que lo haya ratificado el Europarlamento, dijeron funcionarios de Argentina y Uruguay.
El acuerdo precisa la ratificación previa del Parlamento Europeo y los de sus 28 países más la de los cuatro sudamericanos.
Se trata de un tema delicado por cuanto mientras el pacto es ratificado queda a merced de vaivenes políticos en ambos lados de Atlántico.
En octubre habrá elecciones en Uruguay y Argentina en tanto que en Europa el acuerdo reavivó la hostilidad de los productores agrícolas y de grupos ambientalistas.
En Argentina el pacto quedó expuesto a la campaña electoral.
El candidato opositor Alberto Fernández, que postula a la vicepresidencia a Cristina Kirchner, ha dicho que le merece reparos.