En el Congreso de Confecámaras que se realiza en Cartagena, el ministro José Antonio Ocampo fue enfático en decir que el país no accederá, por el momento, a financiamiento internacional o a través de la emisión de deuda pública debido al alto costo del endeudamiento.

“No emitiremos deuda, el mercado internacional no es una fuente de financiamiento por el momento”, sostuvo Ocampo.

En su intervención, el ministro de Hacienda dijo que parte de la reforma tributaria sería para apoyar a las micro, pequeñas y medianas empresas, puesto que son las grandes compañías las que poseen más exenciones, pero para ello necesitan el apoyo de las cámaras de Comercio.

“Las cámaras de Comercio pueden jugar un papel fundamental. Primero tienen el tema de la formalización, el registro de las cámaras de Comercio es uno de los instrumentos, pero hay otros instrumentos; por ejemplo, la reforma para referir al tema de la formalización tributaria de las pequeñas empresas y el régimen simple de tributación que es el instrumento para ello; el segundo, de acceso al crédito, coordinado con los bancos de desarrollo y los fondos de garantías que son instrumentos que tiene Colombia que estaban más o menos olvidados”, manifestó el jefe de la cartera financiera.

Además, el ministro Ocampo afirmó que hay que fortalecer los mecanismos que ya existen en el país como elementos de desarrollo. “Afortunadamente la pandemia revivió estos bancos de desarrollo y ahora son más activos. Me refiero a Bancóldex, que es uno de los instrumentos básicos a los que me refiero; el tercero es la asistencia técnica, con un rol muy activo del SENA, pero del cual obviamente el sector privado, a través de distintos instrumentos, también puede ser un agente muy importante. Considero que el apoyo a la asociatividad es una obsesión que tengo de mis análisis del mundo rural; digamos, de hecho, en la misión rural que yo dirigí, creo que la asociatividad es el tema número uno”, explicó Ocampo.

Asociatividad

Precisamente sobre la asociatividad rural, Ocampo explicó que este es uno de los puntos más importantes a desarrollar para generar la formalidad y productividad del campo. “Hay que mirar cómo asociamos los pequeños campesinos, para que en conjunto puedan comenzar a negociar crédito; por ejemplo, proyectos asociativos que sería un mecanismo de acceso al crédito mucho más formal, pero también acceso a redes de comercialización en forma conjunta. En fin, todo el sistema, no solamente cooperativas, pueden ser otras formas de asociación, pero la asociación empresarial de los pequeños es fundamental para su propio bienestar”, manifestó el jefe de las finanzas públicas.

Y añadió: “en esas tareas, tanto en la asistencia técnica como la asociatividad, hay otros instrumentos, pero también las cámaras de Comercio pueden jugar un papel importante”, puntualizó.

Entre tanto, el ministro del Interior, Alfonso Prada, explicó ante los asistentes el proceso que quiere adelantar el gobierno para lograr procesos de industrialización efectiva, partiendo desde resolver el problema de tierras, pasando por la necesidad de brindarles a los campesinos apoyo para desarrollar sus proyectos y crédito para avanzar, a través del diálogo social vinculante.

“En la medida que vayamos a esa industrialización con el apoyo de la economía popular, que es expresamente en micros y pequeñas empresas, vamos por el camino correcto. Pero es necesario hacer una estructura donde se piense en el crédito popular, que se vuelve una prioridad enorme para que llegue al pequeño campesino y en esta tarea la función de las cámaras de Comercio será muy importante”, señaló Prada.

En la primera jornada del congreso de Confecámaras se dieron cita el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo; el presidente de la Confederación Colombiana de Cámaras de Comercio, Julián Domínguez, y el presidente de la Junta Directiva de Confecámaras, Nicolás Uribe, quienes expusieron la situación actual de las empresas en el país y cómo mejorarla a futuro.

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Trabajo regional

Para Uribe, las cámaras de Comercio, más allá de ser un mecanismo de conjunción entre el sector público y el privado, hacen parte de la economía popular. El directivo indicó que es el trabajo regional con las “ías”, como las peluquerías, carnicerías y todos estos tipos de empresas, el que ayuda a generar mayor bienestar.

“Las cámaras, en esta alianza que incentiva la relación entre empresas e instituciones oficiales en el territorio nacional, son gestoras, impulsoras de las grandes agendas regionales de competitividad; administran, lideran el 75% de las economías de la región territorial e impulsan la reducción de trámites través de la ventanilla única empresarial y participan, ahora como lo han hecho en el pasado, de la construcción de entornos saludables para los medios, mejorando la regulación y participando en procesos de diálogo social, impulsando la seguridad en el territorio”, señaló Uribe.

Agregó el directivo que “el Gobierno nacional ha sido claro en que la prioridad para los próximos cuatro años es avanzar en lo social, en la inclusión y en la equidad. Nosotros compartimos este propósito y desde el sistema cameral no tenemos duda que el mejor vehículo para lograrlo es la empresa, y que para promover nuevas empresas, fortalecer las existentes, avanzar en la formalidad y aumentar y mejorar los empleos y los ingresos de los ciudadanos, no hay mejor socio posible que las cámaras de Comercio”.

De igual manera, el presidente de Confecámaras, Julián Domínguez, dijo que se está conversando con el Gobierno nacional para que las empresas no se vean afectadas por la reforma tributaria y, al contrario, se beneficien en las regiones.

Al respecto Domínguez dijo a EL NUEVO SIGLO que “está abierto el diálogo, que es lo importante. Nosotros desde la región colombiana somos expertos en propiciar agencias de desarrollo regional, la conversación está generando espacios neutros para que las distintas instituciones de la región puedan participar. Estamos permanentemente, a través de las comisiones regionales de competitividad, donde están sentados la academia, los gobiernos locales, los empresarios, las instituciones gremiales, para lograr que efectivamente haya esa conversación. Por eso estamos acompañando los bloques regionales parlamentarios, porque ahí entendemos que se da ese diálogo institucional”.

Crecimiento empresarial

El presidente de Confecámaras, Julián Domínguez, presentó un nuevo estudio en el que mostró el nivel de crecimiento de las mipymes a su siguiente nivel.

En el estudio, a lo largo del periodo analizado (ocho años), el 14,1% de las unidades que en el 2013 eran microempresas lograron un crecimiento suficiente para ser catalogadas como empresas pequeñas, medianas o grandes a lo largo de los años siguientes.

Por su parte, el 23,8% de empresas catalogadas como pequeñas en el 2013 pasaron a ser empresas medianas o grandes durante los ocho años siguientes, mientras que un 19,4% de empresas medianas lograron pasar a ser empresas grandes. En conjunto, las empresas que incrementaron su tamaño a la siguiente categoría representan el 15% de la muestra.

Entre los factores comunes en las empresas que crecieron, está que la mayoría de las compañías que incrementan su tamaño lo hacen de forma permanente. En el caso de las microempresas, el 68,9% de unidades que pasaron a ser empresas pequeñas, medianas o grandes se mantuvieron en dicho tamaño durante los años siguientes a su crecimiento, mientras que el 31,1% restante logró crecer, pero en los años siguientes redujo su tamaño y volvió a formar parte de la población de microempresas del país.