Con un crecimiento en el Producto Interno Bruto (PIB) de 0,3%, la economía de Estados Unidos sorprendió a los analistas que pronosticaban un resultado negativo.

Aunque el impacto de la pandemia por el Covid-19, el cierre de las economías y la cuarentena, le quitó 4,8% al crecimiento, la Oficina de Análisis Estadístico de Estados Unidos (BEA, por sus siglas en inglés) reveló su primera estimación del crecimiento del PIB. En concreto, la institución indicó que la actividad económica creció 0,3% en el primer trimestre con respecto al mismo del año pasado. No obstante, dicho periodo exhibió una contracción.

Teniendo en cuenta la variación anual del primer periodo de este año contra el mismo del 2019, el crecimiento en inicios del 2020 estuvo jalonado, principalmente, por el consumo público.

En específico, este rubro creció 2,4% en donde el gasto del Gobierno Federal impulsó este movimiento al registrar niveles no observados en los últimos años (4,1%). Este resultado se dio gracias a las ayudas económicas que ha brindado el Gobierno a los hogares y empresas para su manutención, ante las medidas de aislamiento social para contener la expansión del coronavirus.

El consumo

Al igual que el consumo público, el privado también estimuló el crecimiento económico, pero en menor cuantía. Efectivamente, ante el cierre de varios sectores productivos, el consumo privado avanzó 0,4%, donde los servicios fueron el único sector en registrar un declive (- 0,95), pues el consumo de bienes durables y no durables ascendió 1,3% y 4,1%, respectivamente.

Sin embargo, es importante mencionar que el consumo privado total se desaceleró 2,4 puntos con respecto al mismo periodo del año pasado, lo que también refleja el fuerte golpe que ha sufrido la demanda interna en el último mes.

Por otro lado, al tratarse de una coyuntura a nivel global, el sector externo se vio fuertemente afectado. De hecho, tanto las exportaciones (-2,9%) como las importaciones (-5,8%) se contrajeron en este periodo.

Si bien, tanto la importación como la exportación de bienes y servicios se contrajeron, fue la de servicios la que registró un mayor descenso. Las medidas de contingencia en la mayoría de los países, realizando incluso cierres de fronteras terrestres y aéreas, explicaron esta caída.

Sin embargo, el catalizador de la baja actividad económica fue el de la inversión, al presentar una caída de 4,8%. A pesar del crecimiento de la inversión residencial (7%), el desplome de la no residencial (3,6%) y de la inversión fija (1,3%) impulsaron la disminución de este rubro en la economía.

Impacto

En su conjunto, estas variaciones preliminares comparadas con el primer trimestre del año pasado muestran el fuerte efecto que ha tenido el Covid-19 sobre la economía de este país, desde su primer caso registrado el 21 de enero.

Así, los efectos económicos registrados en marzo fueron tan profundos que opacaron el buen desempeño de la actividad económica de enero y febrero. Aunque el primer caso de coronavirus tuvo lugar el 21 de enero, el crecimiento exponencial del número de contagiados se dio a mediados de marzo, cuando comenzaron las medidas de cuarentena en algunos estados que después, incentivarían la cuarentena nacional a finales de ese mes.

Por lo tanto, en enero y febrero aún se gozaba de la movilidad de los sectores productivos, así lo demostraron otros indicadores y la tasa de desempleo. Por lo tanto, teniendo en cuenta estos resultados, es de esperarse que el siguiente trimestre la actividad económica se contraiga aún más en la medida en que no se contenga el virus (aplanar la curva de contagios). Ya que, varios países alrededor del mundo, de los que sobresalen España, Francia y Portugal, ya planean flexibilizar las medidas de contingencia en las primeras semanas de mayo, esto, gracias la caída del número de contagiados diarios en sus países. Por consiguiente, esta flexibilización permitiría reactivar algunos sectores en la economía y así, retomar paulatinamente la actividad económica.