Ya con el texto en mano de la reforma tributaria, fueron diversos los sectores que se pronunciaron sobre el proyecto fiscal radicado ayer en el Congreso.

Para la opinión en general, este articulado refleja claramente la intención que el Gobierno había propuesto en campaña, pero da a su vez un parte de tranquilidad a muchos sectores.

De igual forma, los analistas consideran que deben estudiarla más a fondo para poder crear una reforma óptima para el país. Tal vez esta primera parte es la reforma estructural de la que tanto se venía hablando desde hace décadas en el país.

Para Jaime Alberto Cabal, líder del gremio de los comerciantes, Fenalco, “la reforma tributaria presentada por el Gobierno al Congreso es muy ambiciosa: cerca de $26 billones, obviamente no los $50 billones que se habían anunciado inicialmente. Creemos que tiene mucho de largo como de ancho. Es una reforma para analizarla minuciosamente, sus 69 artículos. En principio, podríamos decir que recae un peso muy fuerte sobre los empresarios, por aquello de los dividendos de las ganancias ocasionales y otra serie de tributos”, señaló.

Evaluaciones

Cabal agregó, sin embargo, que hay puntos indudablemente buenos: “Por otro lado, nos parece sensato, por parte del ministro, que haya incorporado la eliminación a los envíos postales inferiores a los 200 dólares que no pagan impuestos, ni aranceles, ni IVA, y también consideramos que la eliminación de los Días sin IVA debe ser revisada minuciosamente por el Congreso, por el Gobierno y por el gremio de los comerciantes, mirando las bondades para migrar hacia una transformación que solamente beneficie a la producción nacional”, puntualizó.

Por su parte, Bruce Mac Master, presidente de la ANDI, dijo que aún están evaluando el texto. “Hemos estado estudiando y entendiendo la propuesta de reforma tributaria. Sería por lejos la reforma más ambiciosa de la historia del país, en caso de ser aprobada. Tiene efectos sobre muchos sectores, sobre los cuales estamos valorando y calculando sus efectos”, comentó.

Para la economista y académica María del Pilar Uribe, esta reforma va en la dirección correcta. “Baja renta exenta de salarios e iguala tarifa con otros ingresos. Esta simplificación es muy buena, eficiente y progresiva. Se debe pagar la misma tarifa independientemente del tipo de ingreso”, trinó Uribe.

Y también avaló otros puntos: “¡Impuesto a pensiones finalmente! Pero todavía con un mínimo muy alto. Este gasto es altamente regresivo. Tasas a personas jurídicas se quedan igual, pero exenciones caen. Se debe esperar para ver cuáles se ven más afectadas. Positivo el tope a beneficios de empresas”, escribió.

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Y añadió: “IVA al combustible: necesario, pero en esta coyuntura complicado por el peso de transporte a la inflación actual. Si este IVA solo se aplica en zonas de frontera tiene todo sentido. Si se aplica a todo lugar tiene sentido, pero no ahora. Hacerlo progresivo en teoría sería mejor”.

Por su parte, la directora de la Cámara de Comercio Colombo Americana, AmCham Colombia, María Claudia Lacouture, dijo: “Se reconoce la importancia de tramitar una reforma tributaria para reducir la brecha fiscal que dejó la pandemia, sumado al alto incremento de alimentos e insumos derivado de la crisis logística y el conflicto Ucrania-Rusia, y considera que la nueva administración necesita de todas las herramientas posibles que ayuden a generar crecimiento económico”, se lee.

“El mayor sacrificio que harán las personas naturales y las empresas debe ir de la mano con un claro paquete de austeridad en el gasto público y una estrategia para combatir la corrupción, por donde también se van recursos que el país necesita con urgencia en estos momentos”, expresa en la misiva.

Sectores golpeados

Así como el ministro José Antonio Ocampo explicó que el peso de la tributación caería sobre las personas más ricas, algunos sectores que se ven gravados se expresaron. Uno de ellos es el del carbón.

Carlos Cante, presidente ejecutivo del gremio, manifestó: “Son varios los aspectos de la reforma tributaria que tienen que ver con el sector carbón y los encadenamientos productivos que se derivan de esta actividad en el país. Sin lugar a dudas el government take (cuánto deben pagar por producir) del carbón se va a incrementar de manera considerable de diversas maneras con esta propuesta de reforma, restando competitividad al carbón y los productos industriales que se exportan como el coque”.

Para el directivo, esto generaría una carga inflacionaria: “Para lo que tiene que ver con el carbón que se consume en el país, estas cargas adicionales se verán reflejadas en el incremento de los costos de producción de la pequeña minería, así como de los precios de productos básicos como la energía, el cemento, el ladrillo, el vidrio, entre otros, y la afectación en la generación de empleo de este sector y sus encadenamientos productivos, que tienen gran relevancia en la economía de más de 100 municipios de Colombia”, sostuvo.

A su vez, el congresista del opositor Centro Democrático Andrés Forero habló sobre los impuestos para la salud: “En campaña se dijo que la reforma tributaria solo iba a tocar el bolsillo de las cuatro mil personas más ricas del país; sin embargo, ahora que conocemos del texto vemos que le está poniendo un impuesto del 10% a los salchichones, a las salchichas, a las mortadelas, a los jamones, a los helados, a las tortas, afectando el bolsillo de las clases populares”. Aunque no tuvo en cuenta que esta será una carga muy pequeña, como sostuvo el ministro de Hacienda.

Desigualdad

Una de los principales objetivos de esta reforma es reducir la desigualdad de Colombia, que actualmente es una de las más altas de la región.

La desigualdad se mide a través del Coeficiente de Gini, que se valora de 0 a 1, siendo 0 un país con un ingreso igualitario para todos sus habitantes, mientras que el 1 significa que es totalmente inequitativo; en este caso una persona acumularía casi la totalidad de los ingresos de ese país.

De modo que un país que esté más cerca del 0 tiene más equidad y por ende es mejor. En la región, varios países como Chile, Perú Argentina e incluso Venezuela tienen este índice por debajo de 0,5; como se puede ver en la gráfica.

En Europa Occidental el coeficiente de Gini se mueve entre 0,3 y 0,4. Tener este indicador por encima de 0,5 es preocupante.

Colombia, por su parte, tiene este coeficiente cercano al 0,55; que subió durante todo el gobierno Duque, incluso antes de pandemia. Pero con esta reforma se espera que baje de ese nivel sustancialmente.

Según señaló Ocampo, “Con esta reforma tributaria el coeficiente de Gini pasará de 0,543 a 0,491, esta sería la primera vez que Gini baja de 0,5", señaló.