Este miércoles la Reserva Federal de Estados Unidos (FED, por sus siglas en inglés) anunció su decisión sobre las tasas de interés tras dos días de reuniones. La entidad que lidera Jerome Powell elevó las tasas oficiales un cuarto de punto, a un rango de entre el 2,25% y el 2,5%.
Esta alza en el tipo de intereses es la cuarta del año y la mayor desde marzo de 2008. Por ello, los mercados mundiales estaban atentos al pronunciamiento de la FED.
Efectos en Colombia
En el caso de Colombia, no obstante, los dos escenarios (tanto de alza en la tasa como en un eventual mantenimiento de la misma) implicaban un impacto negativo, según le contó a la Agencia Anadolu Juan Nicolás Garzón, profesor de economía política de la Universidad de la Sabana en Bogotá.
Lea también: Fed eleva intereses: entre 2,25% y 2,50%
En el primer escenario, confirmado ya por Powell, se generará un encarecimiento de la liquidez y el crédito en EEUU y por ende un efecto sobre la actividad económica del país. Esa actividad va a afectar la demanda y, ante una eventual disminución de la misma, puede haber un impacto negativo en las exportaciones, como las colombianas.
Y en el segundo, si se mantenía la tasa invariable, también habría surgido un efecto negativo para el país andino. Ante la eventualidad de que no se modificara la tasa, se hubiese enviado un mensaje en el que la FED asumía que la economía estadounidense estaba llegando a "un punto tope", que probablemente empezaría a desacelerarse, lo que implicaría una menor demanda de 'commodities', lo que básicamente produce un país como Colombia.
"Esa situación también enviaría un mensaje sobre el desempeño de la economía global, porque es un mensaje sobre lo que espera la FED que sea la desaceleración de la economía estadounidense, y ello implicaría una menor demanda de commodities", añadió el experto.
Garzón recalcó, sin embargo, que "los efectos sobre las economías latinoamericanas, o particularmente la colombiana, que pueda tener el anuncio de la FED, se tienen que entender en el contexto de otros cambios que se están presentando en la economía internacional, particularmente con el petróleo, que sigue estando a la baja y termina generando presiones de aumento de la tasa de cambio, que ya las venimos observando con un dólar de COP 3.200 y que probablemente siga aumentando".
Tasas, petróleo y China
En la medida en que el precio del crudo siga disminuyendo, el desempeño de la economía colombiana se vería afectado, lo que conlleva a una mayor depreciación del peso colombiano, generando un impacto mayor a la decisión de la FED. De acuerdo al docente, además de lo anterior debe tenerse en cuenta la denominada guerra comercial entre EEUU y China, "porque eso da lugar a una contracción de la demanda global y a una disminución de la actividad económica y comercial global, que no solamente afecta a los involucrados sino al resto del mundo".
"Al final de cuentas todos perdemos con un mundo más cerrado y donde el libre comercio se restrinja mucho más", subrayó el analista.
En resumen, la suma de estas circunstancias (incremento de tasas, la dinámica del precio del petróleo y la guerra comercial) se traducen en más presiones para que el peso colombiano se siga devaluando frente al dólar.
A nivel doméstico, un impacto grande de una decisión como la de hoy recae en las tasas de cambio, que no solo afectan a viajeros o exportadores, sino que tienen un efecto directo en el comportamiento inflacionario en un país.
Inflación, dólar y Ley de Financiamiento
Por ejemplo, "si seguimos depreciándonos, los costos de la economía colombiana empiezan a aumentar, porque un grueso de la economía nacional depende de bienes importados. En la medida en que el dólar sea más caro, dichos bienes se vuelven más costosos y en consecuencia, los precios generales suben", detalló Juan Nicolás Garzón.
De acuerdo al analista, si el Banco Central colombiano observa un aumento inflacionario, podría reaccionar con medidas como subir las tasas de interés. Y si llegase a suceder, vienen los efectos locales como encarecimiento de los créditos, disminución en las inversiones, entre otros. Pero a este panorama -añade- hay que sumar la convulsionada realidad interna del país por cuenta de la Ley de Financiamiento que se debate en el Congreso y la polarización política, que envían mensajes negativos y no favorecen el desempeño de la economía.
Para Garzón, el panorama para 2019 es complicado especialmente en gobernabilidad, consumo y confianza de todos los agentes económicos.