El descuadre de este año será de 8,2% con un gasto de $130 billones, que comenzarán a amortizarse con financiación externa y un duro ajuste en los recursos a nivel interno
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Ante el aumento del déficit fiscal para este año del 8,2% en el Producto Interno Bruto (PIB) que contempla el Marco Fiscal para Mediano Plazo (MFMP), el Gobierno plantea que a partir del 2022, ese descuadre se va a reducir cada año en 2% del PIB.
Esa tarea es la que tiene como inmediata el Ejecutivo, en que a partir de 2021 se reduzcan al máximo los gastos, que ya no haya que invertir en la emergencia sanitaria, y que comience a recuperarse plenamente tanto la economía como el mayor recaudo de impuestos.
Las perspectivas del MFMP asumen que estas reformas se tramitarían durante el próximo año, de forma que se materializarían en 2022. De este modo, para ese año se llegaría a un déficit de 2,5% del PIB, lo que sería consecuente con volver a la senda planeada por la regla fiscal.
De acuerdo con Juan Pablo Espinosa Arango, director de Investigaciones Económicas del Bancolombia, “creemos que es positivo que el Gobierno reconozca la necesidad de avanzar en estas reformas. En efecto, al incorporar explícitamente su efecto en las perspectivas fiscales se resalta su importancia, y debería ser un factor que promueva el inicio de su discusión a la mayor brevedad. No obstante, el hecho que el momento de su aprobación coincida con el inicio de la fase preelectoral tanto en el Legislativo como en el Ejecutivo es un factor que puede dificultar el proceso”.
Indica el experto que “a esto se suma el hecho que las reformas fiscales aprobadas en años recientes han tenido un efecto fiscal de solo 0,8% del PIB. En esa medida, el monto al que se aspira podría resultar inferior al que efectivamente se logre obtener”.
Financiación
En la presentación de la más reciente edición del MFMP, el déficit fiscal incorpora de manera apropiada la afectación a las finanzas públicas causada por el Covid-19, la recesión global y la caída de los precios del crudo. Por lo tanto, su materialización no conducirá a un aumento en el endeudamiento público en el corto plazo que se esperaba.
En un informe la entidad financiera resalta que “la financiación durante la presente vigencia provendrá principalmente del exterior. Uno de los mayores aciertos de la gestión fiscal en la actual crisis es que las autoridades han avanzado proactivamente en la consecución de recursos de crédito. Para ello, han aprovechado las ventanas de oportunidad que se han abierto en los mercados internacionales”.
En efecto, la hoja de ruta contempla que en la búsqueda de recursos, las fuentes externas representarán un 54% de la financiación total, lo que equivale a $59,1 billones (US$16.100 millones). Entre tanto, sobre las necesidades de financiación interna, equivalentes a $50,5 billones, $22,9 billones tendrían su origen en fuentes no convencionales (FAE, Fonpet, FRL y TDS) y $27,5 billones serían parte del plan de subastas de TES para este año, el cual se incrementa en $3 billones frente a lo contemplado en el Plan Financiero presentado en enero.
Gasto
De otro lado, el Ministerio de Hacienda vislumbra que el próximo año, el balance negativo del Gobierno Nacional Central (GNC) se reducirá hasta 5,1% del PIB. Para llegar a dicho nivel, el Gobierno asume desmonte total del gasto en el que se ha tenido que incurrir este año para atender la emergencia del Covid-19, así como una ligera caída en gasto de inversión.
Los analistas consideran que “advertimos que la ausencia de una meta fiscal, sumada a las necesidades de apoyo que puede seguir requiriendo el país después de un choque tan fuerte como el que estamos viviendo (el cual podría generar también afectaciones económicas en 2021) y al menor margen de maniobra para recortar el gasto en un año preelectoral, hacen que este objetivo de ajuste sea ambicioso”.
Ingresos
De otro lado, el MFMP contempla estimaciones de ingreso para 2021 con un recaudo tributario previsto para el próximo año que abarca el 13,4% del PIB, ligeramente superior al del 2020, lo supone una recuperación de la economía de 6,6%, superior a las previsiones de 4,8% como al del consenso de analistas de 3,7%.
Asimismo, los ingresos totales del GNC incorporan para el año siguiente enajenaciones de activos por un valor de $12 billones. Gracias a estos recursos, el rubro de otros ingresos del GNC ascendería en 2021 a 2,2% del PIB. En este frente, la incertidumbre se deriva de la capacidad efectiva de recaudar la suma estimada, lo que dependerá no solo del activo que será vendido, sino también de las condiciones de mercado y del interés de los inversionistas. Al respecto, esperamos que el Gobierno defina prontamente un plan concreto.
Otro indicador importante en el MFMP es que en la proyección de fuentes y usos para 2021 se proyectan un rubro de otros recursos por $18,6 billones. En esta cifra se contemplan ingresos provenientes de la gestión de la cuenta única nacional, el sistema de regalías y la optimización de manejo de tesorería. Al ser un componente importante de las fuentes de fondeo el año próximo, un desvío del nivel previsto podría eventualmente generar necesidades adicionales de emisión de deuda.
Deuda pública
Otro elemento que destacan los analistas dentro de las metas del MFMP, es que hay riesgos en la proyección de la deuda pública. Mientras que la estimación de una deuda bruta equivalente al 65,6% del PIB al cierre de 2020 es razonable, la perspectiva de una marcada reducción de esta -desde el próximo año- luce más difícil de alcanzar.
En su lugar, es más razonable prever una estabilización en el stock de la deuda del GNC en el rango del 60% al 65% del PIB a finales del próximo quinquenio. Asegura Espinosa Arango, que “la presentación del MFMP contribuye a esclarecer la perspectiva de las finanzas públicas en lo que resta de 2020, pero pone en evidencia inquietudes relevantes desde 2021. En ese sentido, la edición de este año del MFMP no difiere de forma sustancial de lo que observamos en años anteriores. Por lo general, la visión de las autoridades sobre las finanzas públicas en el corto plazo es acertada y precisa”.
Sin embargo, a medida que se amplía el horizonte de proyección surgen divergencias en los supuestos económicos, a la vez que se incorporan en los escenarios centrales ajustes frente a los cuales hay incertidumbre de materialización. Frente a ello, dado que la emergencia del Covid-19 ha permitido tener una mayor conciencia de la magnitud de los retos fiscales que enfrenta el país y de la importancia de tener un Estado con la capacidad financiera para apoyar a la sociedad en momentos de crisis, se espera que en esta oportunidad, el llamado a las reformas estructurales facilite su adopción.
Como es usual, ahora que se conocen el plan fiscal del Gobierno, sus alcances y riesgos, seguramente las calificadoras de riesgo, así como los inversionistas, lo monitorearán ahora mucho más de cerca debido a la suspensión de la regla fiscal.