¿Sí o no reforma tributaria? Esto dicen los candidatos | El Nuevo Siglo
Los candidatos Gustavo Petro y Federico Gutiérrez coinciden en la necesidad de recursos que tiene el país.
Gráfico Robinson Bonces
Martes, 15 de Marzo de 2022
Redacción Economía

En la búsqueda de la Presidencia, los dos candidatos con más opciones deberán afrontar una pregunta muy importante: ¿hacer o no hacer una reforma fiscal? Y si ese es el caso, ¿qué llevaría esa ley financiera?

EL NUEVO SIGLO analiza lo que Gustavo Petro y Federico Gutiérrez han dicho acerca de hacer una reforma tributaria, si llegaran a ocupar el Palacio de Nariño.

Gustavo Petro

Petro, candidato a la Presidencia de Colombia por el Pacto Histórico, se refirió a lo que sería una parte de su agenda económica, si llegara a ser elegido como Presidente de Colombia, en especial el tema de promover una reforma tributaria.

Para el exalcalde de Bogotá, es primordial que el país empiece un proceso de construcción de una nueva reforma tributaria que ayude a mitigar, lo más pronto posible, el déficit fiscal que tiene el país.

Petro aseguró que la prioridad es aumentar los ingresos, según le dijo al diario La República. En ese sentido, una de las primeras decisiones sería derogar las reformas tributarias anteriores, en especial la de 2019.

“Ese déficit vale más o menos $90 billones. Derogándola ingresarían a las arcas $20 billones. Eso va a disminuir el déficit, pero todo, no estoy de acuerdo en que tiene que ser cero el déficit, eso es un extremismo. Un Estado puede tener un déficit sostenible de 2 %”, explicó Petro.

Para lograr reducir ese déficit, la reforma tributaria que planea el candidato más votado en las preliminares del pasado 13 de marzo, tiene en cuenta que la renta de personas naturales sea progresiva.

Para el candidato, las cuatro mil personas más ricas del país deberían pagar más dinero, que hoy no abonan por cuenta de las exenciones y la evasión: “Entre más le entra una persona más paga, que es lo que debe ser en una reforma tributaria”.

Más reformas

Por otra parte, en el caso de los dividendos, Gustavo Petro propone que estos deben seguir la curva de progresividad. “Con eso se puede recaudar entre $10 y $15 billones”.

Ha indicado que la reforma tributaria deberá contener un capítulo especial sobre las exenciones.

“Si uno quiere pasar de una economía del extractivismo a la producción, los impuestos no deben ir a la producción, sino a la extracción”, añadió el Senador. En ese sentido, se deberían aumentar las regalías del petróleo y el carbón.

En cuanto al Impuesto de Valor Agregado (IVA), el líder de la Colombia Humana dice que plantearía un impuesto que busque acabar con el hambre en el país, que según datos del DANE puede superar la cifra de siete millones de personas, las cuales no comen tres veces al día: “Yo tocaría el IVA mirando el tema del hambre. Hay que ver en términos de nutrientes qué es lo que se está gravado en la canasta básica y a lo más rico en nutrientes debería quitársele el IVA”, explicó Petro.

Como colofón, Petro aseguró que otro tema relevante es la renta presuntiva en la tierra y en paraísos fiscales. Esto se traduce en el hecho de que quien tiene dinero en paraísos fiscales “puede pagar una renta presuntiva. Entre más se eleve la renta presuntiva de la tierra, más el poseedor de grandes porciones de tierra fértil en Colombia elevará a la producción”, concluyó Petro.

Federico Gutiérrez

El candidato de la derecha se ha referido a la crisis económica que ha enfrentado el país por causa de la pandemia del covid-19 y sus remanentes, como la crisis de contenedores, y que ha generado una contingencia que llevó a una reducción del PIB de 6,8%, representando la contracción más grande de los últimos 100 años, que a su vez trajo pérdidas de hasta $33,8 billones, representados en hasta el 3,4% del PIB de Colombia.

Frente a esto, llamó la atención sobre el aumento de gastos del Estado “que llegó a $16,7 billones, cifra que equivale a 1,7% del PIB”, por las necesidades de la crisis sanitaria. Esto produjo un aumento del déficit fiscal para 2021, que llegaría a 8,6%.

“Cualquier gobierno serio debe tener una regla fiscal clara y ver de qué forma debe cuidar las finanzas y garantizar los programas sociales, pero sin ahogar el sector productivo. Por eso, cualquier reforma debe tener un amplio consenso y una sensatez real”, recalcó Gutiérrez.

Para Gutiérrez, la reforma es necesaria y conllevaría a generar 1,2 puntos del PIB en promedio, cerca de $12 billones cada año. Aunque no explicó bien cómo lo haría, sí dijo que es importante evitar golpear a las clases populares y la clase media, mediante la reducción de la evasión y la elusión.

Si su estrategia llegara a funcionar, Gutiérrez explicó que es posible lograr un aumento en el recaudo equivalente a 1,4% del PIB anual.

Con ese dinero, unido a recursos que no se han utilizado a pesar de estar al alcance del Gobierno, según él, darían la cifra mencionada.

Regalías

Para el candidato, son estos los recursos que no se utilizan bien. Si se compara con lo propuesto por su contendiente, se semeja un poco.

“En el fondo de regalías hay $22 billones para las regiones que se deberían estar utilizando en reactivar la economía y no se han ejecutado por falta de capacidad de las entidades territoriales”, explicó.

Para ello se debería “impulsar ese crecimiento económico porque, por cada punto adicional, podríamos generar 1,5% del PIB en mayor recaudo”, señaló.

El exalcalde de Medellín afirma que el haría una reforma tributaria, pero que debe contemplar austeridad en los gastos de funcionamiento, propuesta similar a la planteada por el gobierno Duque al principio de su mandato, respetando las inversiones que producen mayores réditos económicos y sociales al país, así como la reforma estructural, que podría darse de un consenso que permita incrementar el recaudo a niveles acordes a los estándares regionales, que apuntan a un 25% del PIB. Indicador que hoy por hoy está en 13,6%.

Su idea es llegar a crecer 5% al año, esto sin contar que el crecimiento promedio del país en lo corrido del siglo es de 3,6%.

¿Por qué se necesita una tributaria?

Para el centro de pensamiento Fedesarrollo, es necesaria una reforma tributaria, no solo por cuestiones de recaudo, sino también porque el régimen actual tiene demasiadas limitaciones.

Para la institución, la reforma deberá no solo compensar el recaudo que se pierde por el desmonte próximo de algunos impuestos, sino también porque se necesitan mayores recursos para mantener el nivel actual de gasto público. Esto, pues el sistema tributario colombiano no cumple ninguno de los principios de un esquema exitoso.

Además, es inequitativo horizontalmente. Es decir, dos personas o empresas similares son tratadas tributariamente de manera diferente, lo cual es inequitativo. La inequidad horizontal se da por los múltiples beneficios que tienen algunos y por la alta evasión.

También recalca que este no es progresivo, en el sentido de que las personas no tributan de acuerdo con su capacidad. Por ejemplo, al no gravar los dividendos, las personas de altos ingresos no tributan como podrían hacerlo.

Y por último señala que el sistema tributario es ineficiente económicamente por cuanto la carga tributaria recae demasiado sobre unas pocas empresas, afectando la inversión y la generación de empleo.

Estas son algunas cifras que pueden ayudan a entender esas distorsiones. En Colombia el recaudo tributario representa 15% del PIB, mientras en otros países con niveles de desarrollo similar alcanza 18%. Ese rezago se explica en parte por la gran evasión que hay en Colombia, pero también por cuantiosas exenciones tributarias. Muchas de esas exenciones benefician a los estratos 4, 5 y 6, que abarcan menos del 15% de la población, con lo cual la política tributaria no está cumpliendo un propósito redistributivo. Los indicadores de distribución del ingreso en Colombia prácticamente no cambian si se calculan antes y después de impuestos.

Otro gran desequilibro se presenta en la carga tributaria excesiva que tienen las empresas frente a las personas. En Colombia las empresas responden por el 83% del recaudo total impuesto de renta, mientras las personas naturales solo responden por 17%, una proporción bajísima frente a países como México (donde las personas responden 55%) o los miembros de la OCDE (donde responden en promedio por 72%).