Todavía no se siente el ‘mecato’ caro por bebidas azucaradas | El Nuevo Siglo
TODAVÍA LAS tiendas de barrio no están aplicando el incremento a productos ante el impuesto de la reforma tributaria. /Archivo
Miércoles, 1 de Noviembre de 2023
Redacción Economía

LA ENTRADA en vigor del impuesto a las bebidas azucaradas y de los productos ultraprocesados desde el 1 de noviembre, ha generado expectativa, pero también preocupación entre los usuarios.

Sin embargo, los comercializadores, en este caso los supermercados o tiendas de barrio, todavía no están aplicando el incremento debido a las existencias que todavía poseen de productos.

Además, existe confusión sobre cuáles son efectivamente los productos que resultarán más caros. Por lo general, el consumidor colombiano se deja llevar por marcas de alimentos y no por los productos.

Normalmente, se sabe que afectan las gaseosas, las salchichas, las galletas, los helados, los chorizos, pero realmente no existe un listado de esos productos tanto azucarados como los ultraprocesados.

En cuanto a las bebidas gravadas, incluyen bebidas gaseosas y carbonatadas, a base de malta, tipo té y café, a base de frutas, refrescos, zumos y néctares de fruta, energizantes, deportivas, refrescos, aguas saborizadas y mezclas en polvo. La tasa de impuesto varía según el contenido de azúcar en gramos por cada cien mililitros de cada bebida.

Es importante destacar que algunas bebidas azucaradas estarán exentas, como las fórmulas infantiles, los medicamentos con azúcares adicionados, los productos de terapia nutricional y los alimentos líquidos y en polvo para propósitos médicos especiales.

En cuanto a los alimentos ultraprocesados, son aquellos que contienen aditivos y cosméticos que les dan color, sabor o textura, y tienen un alto contenido de azúcares añadidos, grasas totales, grasas saturadas y sodio. Entre estos, se encuentran chocolates, salchichas (excepto el salchichón), embutidos, productos de confitería, panadería, pastelería y galletería (excepto pan y obleas), helados, mermeladas, entre otros.

 

Las dudas

De todos modos, hay mucha incertidumbre en el país por la entrada en vigencia de los impuestos saludables establecidos por la reforma tributaria.

Entre ese desasosiego está quién debe pagar el impuesto, que en el caso de los ultraprocesados dependerá de la cantidad de sodio y azúcares que tengan. Si estos superan los estándares permitidos, será del 10% el impuesto saludable. Dicha tarifa aumentará hasta llegar al 20% en 2025, exceptuando el salchichón, butifarra, pan, arequipe, entre otros.

A su vez, para las bebidas azucaradas, las que contengan entre 6 gramos y 10 gramos de azúcar pagarán $ 18 por cada 100 mililitros, y las que tengan 10 gramos de azúcares añadidos pagarán $ 35.

El director de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian), Luis Carlos Reyes, durante rueda de prensa, dio claridad al respecto, ya que hay una conversación nacional sobre en qué etapa se va a pagar el impuesto saludable.

Como ejemplo, dijo que “si alguien vende ponquecitos preprocesados, con muchas etiquetas negras que informan excesos, y se los vende a una tienda, ahí se causa el impuesto una vez, en la primera fase, por lo que es un impuesto monofásico”.

“¿Qué pasa con la tienda al vender?, si tiene que volver a pagar el impuesto saludable, es plurifasico”, aclaró Reyes al decir que este no es así y, por lo tanto, “el concepto de la DIAN es que estos impuestos son monofásicos de primera etapa, es decir, que se generan y se causan una única vez, ya sea en la venta, en el retiro de inventarios o en la importación de lo que cobró el importador”. Así las cosas, dejó claro que el producto se cobrará en una única fase.

 

Servicios

Por otro lado, también aclaró que los servicios de restaurantes no generan impuestos saludables. Al respecto, precisó que los insumos comestibles no están gravados con estos impuestos. De igual manera, descartó que los suplementos dietarios para ser diluidos en líquidos estén gravados, algo que también ocurre con el pan, lo que está precisado en el concepto de la entidad.

En cuanto a cómo se identifica que el impuesto no se traslade más de una vez, dijo que es un asunto de incidencia económica.

Aseguró que los establecimientos pueden cobrar los precios que ellos decidan, pero el impuesto se cobrará una vez.

“No va a pasar que el impuesto se genere más de una vez. Un escenario podría ser que el productor le venda al distribuidor, y cause el impuesto, luego que el distribuidor le vende a una cadena de tiendas y se vuelve a causar. Y después la cadena le vende al consumidor y le causa una última vez. Eso no va a pasar. Máximo va a pasar una vez, en la primera venta o en la importación”, informó.

Enfatizó que, obviamente, si el precio se pasa o no al consumidor, es algo que depende de la elasticidad de la oferta y de la elasticidad de la demanda, que son parámetros del mercado que no se pueden controlar de manera directa.

 

Ejemplos

Sin embargo, en redes sociales hubo críticas al respecto frente a una circular expedida por la DIAN y en donde se anota que los impuestos no son tan monofásicos como se cree. Así lo publicó el periodista y especialista en Economía Juan David Galindo por medio de X.

Galindo mostró que en el ejemplo que plantea la DIAN en la circular con la elaboración de un turrón, el impuesto saludable se aplica en dos ocasiones: cuando se adquiere la materia prima para elaborarlo (azúcar y hojuelas) y cuando se vende el producto finalizado (turrón) al consumidor final.

“Ahora bien, si los encargados del impuesto lo van traspasando en cada momento de la etapa de producción, esto significaría que el consumidor final terminaría pagando el turrón con el precio aumentado por ambos cobros del impuesto”, precisó.

Añadió que es muy importante recordar que el impuesto saludable se aplica a productos que son consumidos mayoritariamente por las personas de menos ingresos: gaseosas, embutidos, productos de paquete, por lo que en el mercado es más económico comprar una gaseosa que comprar fruta para hacer jugo.

 

 

Afecta al cliente

Joseph Dacarett, gerente de Frigorífico de la Costa, una empresa manufacturera de alimentos, manifestó que el impuesto se va a transferir del fabricante al comercializador y de allí al cliente. “Este impuesto al final lo termina pagando el ciudadano. En caso de que las cadenas asuman siquiera una parte, va a afectar a las tiendas”, dijo el directivo.

Sara Valbuena, directora legal de Ventus Consultores, aseguró por su parte que, si bien el consumidor final no es el objeto del incremento del precio, sí podría verse impactado hasta en 3%.

“En este caso, el sujeto pasivo es el productor, vendedor, importador o quien genere transferencia de dominio. En este sentido, puede verse obligado a incrementar costos asociados al impuesto, viendo disminuida su rentabilidad y buscará equilibrar esta alza trasladando este valor al consumidor”, afirmó Valbuena

Para la ANDI, los impuestos saludables a las “bebidas ultra procesadas azucaradas” y los “alimentos ultra procesados industrialmente o con alto contenido de azúcares añadidos”, aumentaría gradualmente hasta un 20% el precio de venta de los alimentos.

Esto implica el traslado de costos adicionales para el consumidor final que busca abastecerse de alimentos para el hogar, y que ha tenido que enfrentar la situación inflacionaria, la cual durante septiembre presentó una variación anual del 11,3%.

“Como industria de alimentos consideramos que esta medida afecta profundamente al consumidor, dado que este tendrá que pagar por sus alimentos un valor mucho más alto con afectación directa sobre su economía”, explicó Camilo Montes, director ejecutivo de la Cámara de la Industria de Alimentos de la ANDI.

 

Los tenderos y consumidores

La entrada en vigencia del “Impuesto Saludable”, incluido en la reforma tributaria del actual Gobierno, afecta significativamente a tenderos y consumidores. “Los hogares colombianos, en particular los de estratos populares, tendrán que pagar un sobreprecio en más de 20 productos, lo que generará automáticamente un impacto en el costo de la canasta familiar. Es necesario destacar que el 95% de las tiendas se localizan en estratos 1, 2 y 3'', aseguró Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco.

En su momento, el Gremio alertó sobre el efecto que tendría la imposición de un nuevo impuesto a productos como refrescos, gaseosas y pasabocas, no solo en el bolsillo de los colombianos, sino sobre toda la cadena de valor. Cabe destacar que, de los ingresos totales de una tienda o panadería, el 16% proviene de las bebidas azucaradas, mientras que el 16,8% proviene de ultraprocesados. “Esto quiere decir que los nuevos impuestos gravarán una tercera parte de los ingresos totales de las tiendas”, agregó el vocero de los comerciantes.