Afganistán ¿el ‘Vietnam’ de Biden? | El Nuevo Siglo
Sábado, 14 de Agosto de 2021

* El forzado regreso de las tropas de EU

* Avance talibán desafía a Casa Blanca

 

Tras heredar un conflicto de casi dos décadas, que demandó millonarios presupuestos para mantenimiento de tropas, equipos y preparación de las fuerzas de seguridad en Afganistán, hace dos años el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, decidió iniciar conversaciones directas con los talibanes que desembocaran en el retiro militar norteamericano que estos exigían, pero bajo condiciones puntuales y claras definidas por Washington. Fue así como tras ocho series de negociaciones y varias rupturas se firmó, finalmente, el Acuerdo de Doha que estableció el retiro total de tropas estadounidenses en mayo de 2021 a cambio de varias garantías de seguridad para la población local, entre ellas que los insurgentes redujeran la violencia, no apoyaran a grupos como Al Qaida y mantuvieran conversaciones de paz con el gobierno de Kabul.

Al asumir la Casa Blanca Joe Biden, entre las frenéticas decisiones iniciales, muchas de las cuales tenían como objetivo primario y efectista romper o revertir lo que había dejado Trump, el mandatario demócrata determinó el regreso inmediato de gran parte del contingente militar que estaba en suelo afgano y ordenó que este se completará a más tardar el 31 de agosto.

A hoy es claro que la cantidad de efectivos retirados por Washington, sobre todo sin el cumplimiento de ninguna de las condiciones establecidas en el Acuerdo de Doha, es lo que ha llevado a la rápida y brutal ofensiva de los talibanes que tienen al país al borde del precipicio y defenestrados los pocos avances que se habían logrado en materia de seguridad para la población y el fortalecimiento de las fuerzas de seguridad gubernamentales.

Conocedor del conflicto, ya que por ser de vieja data fue uno de los temas que centró su atención cuando fungía como vicepresidente de Barack Obama, Biden o su equipo de asesores debieron haber previsto los escenarios que enfrentaría Afganistán en caso de una precipitada salida de los efectivos estadounidenses.

Si bien, al igual que sus antecesores, el actual titular de la Casa Blanca buscaba acabar esa guerra sin fin, no debió ignorar el acuerdo alcanzado por Trump, que sin duda establecía garantías mínimas de seguridad para Estados Unidos y los propios afganos. En cuanto a lo primero, en ese pacto se rompía una posible nueva alianza de talibanes con otros extremistas para atacar intereses norteamericanos. No hay que olvidar los atentados del 11 de septiembre de 2001 que motivaron la operación militar a gran escala contra Afganistán, en su momento fortín de Osama Bin Laden y su grupo terrorista.

Ahora, con los talibanes controlando el norte y el suroeste de la atribulada nación, lo que representa al menos 16 provincias con tres capitales importantes, y avanzando hacia la capital Kabul, Biden está enfrentando críticas no solo a nivel interno, por parte de la oposición republicana, sino inclusive de sus aliados en esa guerra, como el Reino Unido. Además, la Casa Blanca ahora se ve forzada a enviar tropas para garantizar la seguridad de sus funcionarios que operan todavía en ese país asiático, así como para la evacuación de gran parte del personal restante.

Ante los cuestionamientos, el presidente demócrata ha dicho que Estados Unidos no intervendrá más en el conflicto afgano y que tanto la paz como la seguridad en ese país se logrará en la mesa de negociación que, paralelamente, mantienen los talibanes con el gobierno. Además ha sido reiterativo en que no pretende “mandar a otra generación a la guerra en Afganistán sin expectativas razonables de lograr un resultado diferente”.

Sin embargo, el asunto no es tan simple. De hecho, ya hay quienes califican toda esta crisis como una especie de “nuevo Vietnam” para Biden, que ha hecho del retiro militar de Afganistán una prioridad. Parece claro que no quiere dar cabida a una derrota norteamericana como la ocurrida en 1975, tras sufrir 58 mil bajas a manos de las columnas norvietnamitas.

Incluso la foto que inmortalizó ese día negro de la retirada en Vietnam, aquella en que se ve a decenas de personas encaramadas a las escaleras de la residencia del subdirector de la CIA en Saigón (hoy rebautizada Ciudad Ho Chi Minh) para abordar uno de los últimos helicópteros que abandonaba a la ciudad, volvió a circular estos días luego de que Biden anunciara la movilización de 8 mil soldados a Kabul para evacuar su personal y a civiles afganos que le colaboraron.

Como se ve, el presidente norteamericano quiere cerrar el capítulo de Afganistán pero no le será fácil ni inmediato ya que si los talibanes se hacen con el poder reimplantarán el emirato islámico que funcionó hasta la invasión, lo que es de alto riesgo para la seguridad nacional de Estados Unidos ya que bajo los conceptos extremistas de esos insurgentes Occidente continúa siendo el enemigo.