Concertación en Bogotá | El Nuevo Siglo
Viernes, 4 de Abril de 2014

*Guetos dentro de la ciudad

*La profilaxis social

 

Bogotá  es una de las urbes que ha crecido más en las últimas décadas en extensión, barrios de invasión y legales, número de familias, personas, empresas, comercios, colegios, universidades, iglesias, centros comerciales, bodegas, lugares de diversión, zonas negras, guetos en los cuales se expende droga y los maleantes dictan su ley, proliferan los casinos y antros de toda índole. La presión social es inmensa de los desplazados de la violencia y cuantos viven en los suburbios, en  zonas en las cuales es común pagar peaje para llegar o salir del  hogar, donde en el día las bandas locales les secuestran o maltratan a los hijos, se manipula a los niños para que se inicien en la droga inhalando sustancias caseras para después suministrarles a cambio de favores otras más fuertes. No faltan parroquianos que viven, por ejemplo, en Ciudad Bolívar que no conocen ni el centro de Bogotá, dedicados a trabajos menores en su localidad; lo que tiende a cambiar con la facilidad de transporte masivo. Sin que se modifique la ruda estructura social de los guetos en donde se vive la ley de la selva y las comunidades tienden a caer en las garras de las pandillas organizadas y violentas  que los extorsionan y atropellan casi a diario. El clima social en algunas de estas zonas, pese a los esfuerzos oficiales y de la ciudadanía, es sencillamente infernal.

Como el control familiar sobre los hijos es mínimo la mayoría de las niñas suelen caer en embarazo temprano, para  traer al mundo criaturas que, por lo general, desde el seno materno van a estar subalimentadas, en consecuencia destinadas a padecer enfermedades que se hubieran podido curar a tiempo, que no habrían padecido de contar con una vacuna, un antibiótico, el mínimo de información o asistencia de la seguridad social, en ocasiones por no hervir un  tetero; o la falta de agua para lavarse las manos. Así que el componente familiar suele ser explosivo. Niñas de 13 o 14 años en adelante embarazadas, que no conocen en ocasiones quién es el padre y si lo tienen no  tiene o no sabe cómo responder por sus seres queridos. No se puede decir que los distintos gobiernos de Bogotá no han hecho nada por mejorar la condición de la población de menos recursos, se han construido escuelas, donde les dan un suplemento alimenticio a los estudiantes, se hacen campañas sanitarias, se han levantado bibliotecas con la finalidad de estimular el afán por la cultura, las posibilidades de superación, entidades oficiales y particulares, impulsan la creatividad y la capacidad de combinar el esfuerzo productivo para que se formen mini-empresas productivas, cooperativas. En las barriadas bogotanas se ocultan problemas sociales que superan de lejos los de las ciudades como Buenaventura o Cartagena, los cuales se esconden en la densidad y extensión de la ciudad, como por la separación en compartimentos en los cuales no penetran unos ni otros de los extremos de la urbe. Mas por el hecho de que unos no los vean no quiere decir que no existan, se trata de verdaderas bombas sociales.

La interinidad que se abatió sobre la administración de la ciudad por cuenta de la caída del alcalde Moreno y el triunfo electoral en minoría del más implacable de sus críticos, Gustavo Petro, pese a que ambos estuvieron temporalmente por  táctica en alianza con las mismas fuerzas políticas de izquierda, determinó que las obras del primero se desconceptuaran por su sucesor o que se iniciaran otras nuevas, para tomar distancia del antecesor y antecesores en todos los ámbitos. Esa tendencia a no seguir con las obras de los predecesores, incluso siendo de un mismo partido o agrupación política, ha minado el desarrollo de nuestras ciudades, así se tenga como en el caso de Bogotá el  Plan de Desarrollo Bogotá Humana.