COP-15, un paso más adelante | El Nuevo Siglo
Lunes, 19 de Diciembre de 2022

* Acuerdo global sobre biodiversidad

* Colombia debe tener rol protagónico

 

Cada vez que se firma un acuerdo trasnacional en materia ambiental suelen producirse dos tipos de reacciones. De un lado, están quienes ponderan el nuevo pacto como un avance en la cruzada vital contra el deterioro del entorno natural y su impacto lesivo en la humanidad. Y, del otro, aquellos que advierten que el consenso alcanzado es importante pero insuficiente frente al nivel de riesgo que afronta el planeta.

El acuerdo firmado ayer al término de la Décimo Quinta Conferencia de las Naciones Unidas sobre Diversidad Biológica (COP15) no ha sido la excepción. Para la mayoría de los 190 países asistentes el Acuerdo de Kunming-Montreal es un punto de inflexión en cuanto al compromiso global para implementar políticas de protección al suelo y los océanos, frenando la extinción masiva de especies por la contaminación acelerada, la degradación y el cambio climático. En ese orden de ideas, resulta un logro clave que tras varios días de intensas negociaciones en materia política y financiera se alcanzara un consenso para fijar una hoja de ruta que lleve a que para 2030 esté protegido el 30% del territorio terrestre y marítimo de todo el planeta. Una meta para la cual las principales potencias se comprometieron a aportar, de forma incremental, 30 mil millones de dólares anuales para que los países en desarrollo sufraguen iniciativas de conservación de su patrimonio natural.

En la otra orilla se ubican quienes advierten, en su mayoría organizaciones científicas, que el Acuerdo terminó siendo poco ambicioso y que, una vez más, primó el criterio financiero y los intereses de las naciones más potentes que la urgencia de frenar la depredación de la biodiversidad, cuya dimensión es dramática, al punto que el 75% de los ecosistemas globales está alterado por la actividad humana y más de un millón de especies en peligro de extinción. En ese orden de ideas, los críticos recalcaron que hoy por hoy ya hace parte de áreas naturales especialmente protegidas el 17% de la superficie terrestre y el 8% de los mares. Así las cosas, el compromiso del 30% para el final de la década es, en su opinión, una apuesta tímida. Igualmente, urgieron que se requería un compromiso económico más importante en materia de financiación. De hecho, los países en desarrollo habían pedido que el monto anual de aportes de las potencias fuera de 100 mil millones de dólares.

El resultado de esta conferencia es estratégico para nuestro país, ya que Colombia ocupa el segundo lugar a nivel mundial en biodiversidad, al tener más de 50 mil especies registradas. Nuestra nación encabeza el top global en cuanto a aves y orquídeas, y se ubica segunda en materia de plantas, anfibios, mariposas y peces de agua dulce. Como si fuera poco, es tercera en especies de palmas y reptiles y cuarta en mamíferos. De hecho, con datos a agosto pasado, el Sistema Nacional de Áreas Protegidas estaba conformado por 1.486 áreas que ocupan una superficie de casi 50 millones de hectáreas, equivalentes casi al 24% del territorio.

Nuestro país propuso a lo largo de la COP15 que se tomaran decisiones urgentes y de fondo teniendo en cuenta la triple crisis que afecta al globo (cambio climático, degradación de la biodiversidad y aumento de la contaminación). En ese marco, por ejemplo, lanzó una Alianza de Aceleración de 17 países para frenar la pérdida de biodiversidad.

Habrá que esperar cuál es el balance oficial que hace el Gobierno del acuerdo final suscrito ayer en la madrugada en Montreal (Canadá) y qué rol específico jugará nuestro país en su implementación, sobre todo en su doble papel de ser una potencia en biodiversidad que requiere una estrategia de protección audaz y sostenida, y una nación que, por su ubicación geográfica, es muy vulnerable a los efectos lesivos del cambio climático. Es imperativo que la comunidad internacional dirija más recursos a nuestro país para ayudar en la preservación de los nodos ecosistémicos amazónicos, los páramos, los bosques, el sistema hídrico y la riqueza en fauna y flora.

Por ahora, debe concluirse que el Acuerdo de Kunming-Montreal es un paso adelante más en el objetivo de salvar la biodiversidad global. Al igual que el pacto firmado semanas atrás en Egipto, al término de la COP27 centrada en cambio climático, es evidente que esta COP15 se pudo ir más lejos y asumir compromisos más vinculantes y un mayor aporte financiero de las grandes potencias (que son a la vez las más contaminantes). Sin embargo, lo finalmente logrado es importante y debe comenzar a implementarse con rapidez y efectividad.