* Turbulencia en el Medio Oriente
* Preocupa eventual bloqueo en Ormuz
En la diplomacia internacional suscita enorme interés la actitud asumida en estos días por China, pues según el Ministerio de Relaciones Exteriores su país “siempre defiende la búsqueda de acuerdos en disputas internacionales mediante el diálogo y las consultas, en clara respuesta a las medidas de bloqueo económico que ha dispuesto la UE, principalmente Francia y Alemania, contra Irán, lo mismo que a las declaraciones del gobierno en Washington, cada vez más fuertes.
Como se recuerda, la UE dispuso el pasado 23 de enero el embargo de los fondos del gobierno de Irán en su zona, lo mismo que se negó a comprar más crudo de ese país. La decisión tiene como finalidad advertir que están dispuestos a tomar todas las medidas graduales que consideren necesarias para frenar la carrera nuclear en la que está empeñado el presidente Mahmud Ahmadinejad. El gobierno chino expresa que confía en un arreglo entre las partes en conflicto que evite derramamientos de sangre. En el mismo sentido se han manifestado Rusia y Brasil. Como esas potencias son miembros del Consejo de Seguridad de la ONU tienen capacidad de veto para evitar que se presente una situación como la que desgarró a Libia para derrocar el régimen de Gadafi.
Lo que no pueden impedir es que Estados Unidos movilice su flota de guerra en defensa del transporte libre de crudo por el estrecho de Ormuz, por donde pasa el petróleo que producen Arabia Saudita, los Emiratos Árabes y demás países que abastecen a Europa, China, Japón y otras naciones. Se supone que la UE tiene en estos momentos suficientes reservas para sobrevivir un tiempo en el caso de un cierre del estrecho de Ormuz. Lo que no se ha cuantificado son los efectos que tendría la abrupta parálisis del suministro de petróleo por esa zona estratégica. Ya algunos economistas europeos sostienen que de improviso la UE podría llegar a una situación paradójica al sufrir un impacto negativo por el alza de crudo que agravaría la crisis económica actual. En estos momentos en España auguran que el conflicto económico de la UE con Irán tendrá mortales efectos económicos en su país, pues sus negocios petroleros con Teherán se multiplicaron en 2011. Para el país ibérico el embargo y sus efectos llegan en el peor momento, cuando el desempleo y la debilidad de la banca se agudizan.
A su vez, Estados Unidos, pese a la lenta e importante reacción de su economía, dada la campaña electoral, tiende a endurecer sus postura en política exterior, en particular en cuanto los precandidatos republicanos a la Presidencia se muestran cada vez más hostiles al fundamentalismo y la debilidad de su país frente a los desafíos de algunos Estados del Medio Oriente. Lo que incide en un cierto endurecimiento del gobierno Obama por la posibilidad de un bloqueo a la navegación en el estratégico estrecho de Ormuz. Pese a que los expertos afirman que en tiempos confusos y de crisis la guerra no produce los dividendos del pasado, lo mismo que recuerdan los costos del conflicto en Irak o Afganistán, no faltan quienes consideran que sería conveniente una intervención militar similar a la que se llevó a cabo en Libia. Los “halcones” estiman que eso daría un respiro para que fuerzas democráticas más proclives a la amistad con Occidente lleguen al poder. Los más fríos ven el panorama de manera distinta y son escépticos, en especial en cuanto han visto que la poda de dictadores en los países árabes no conduce a la democratización, sino que tiene un efecto contrario al llevar al poder a los sectores más radicales del fundamentalismo. A su vez, se teme que el gobierno de Israel, bajo la presión de tantas tensiones y desafíos, oprima el gatillo contra las instalaciones nucleares de Irán. Y los entendidos recuerdan que hasta el momento no se tiene plena prueba de que los científicos de Irán trabajen por tener la bomba atómica, dado que alegan perseguir con sus experimentos fines pacíficos.
El conflicto de Estados Unidos e Irán ha derivado en una tensión mayor con los países hispanoamericanos que, encabezados por Venezuela, junto con Cuba, Nicaragua y Ecuador, mantienen una relación cada vez más estrecha con ese país. Situación que en el caso de Colombia aprovecha el presidente Juan Manuel Santos para demostrar su independencia y mantener una relación estrecha con Israel, pese a su ostensible acercamiento al gobierno del comandante Hugo Chávez. Como es de dominio público Israel colabora con el gobierno de Colombia en la lucha contra los terroristas.