El dólar agita al mundo | El Nuevo Siglo
Sábado, 5 de Octubre de 2013

* Ningún partido cede

* Obama culpa a la oposición

 

La crisis político-económica, por la confrontación de republicanos y demócratas en el Congreso de los Estados Unidos, acrecienta la zozobra internacional por los efectos nocivos que ya recalientan la economía de ese país y de otras naciones. La directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, advierte que se teme “un muy serio daño, no solo a la economía de EE.UU. sino a la economía de todo el planeta”. Los inversionistas en Wall Street se muestran sombríos en cuanto el efecto que tendría en las bolsas la prolongación de la crisis y una mayor devaluación de dólar. El tema es candente por cuanto si no se consigue un acuerdo para elevar el límite de endeudamiento del gobierno federal, la cesación de pagos tendría un efecto devastador en otros países puesto que los vasos económicos que se intercomunican entre las naciones por los TLC y la economía de libre mercado determinan que el impacto negativo y en cadena sea más difícil de conjurar. El director de la Reserva Federal habló duro y advierte al Congreso de las consecuencias "catastróficas" de no elevar a tiempo el techo de la deuda federal, al decir que provocará una recesión igual o peor a la de 2008.

El Gobierno de los Estados Unidos se encuentra al borde del abismo al llegar al límite de gasto de los 16,7 billones de dólares que acordó el Congreso, raya que no puede cruzar sin violar la Constitución. Semejante situación significa que  de prolongarse la crisis podría avanzarse a una emergencia en la que no podría cancelar sus obligaciones El gobierno del presidente Barack Obama culpa a los republicanos de la Cámara de mantener en vilo a la primera economía del planeta y empujarla a una penosa situación que produciría un efecto negativo en cadena en otras naciones. Por largo tiempo los economistas ortodoxos exigieron que Estados Unidos controlara la emisión de dólares y el gasto, con el objetivo de recuperar la economía. Y ahora, esos mismos sostienen que el recorte extremo de gastos es nocivo, sin dejar de entender que el país no puede seguir endeudándose como hasta ahora. En ese punto es en el cual se ahonda la división entre demócratas y republicanos. Es de anotar, que en la Cámara los republicanos han ganado la votación en contra del proyecto de salud, en tanto en el Senado el Gobierno cuenta con mayoría a favor. Al respecto la señora Lagarde sostiene que: “el cese parcial de la Administración estadounidense ‘ya es suficientemente mala’”. “Pero el fracaso al elevar el techo de la deuda federal es mucho peor”.

Los bancos particulares, los capitanes de las altas finanzas, los empresarios y poderosas multinacionales, así como la Universidad y la Academia, junto con los más destacados comentaristas les piden cordura a los partidos, que cesen por un instante sus antagonismos y encuentren una fórmula que permita cuanto antes superar la crisis. Entre tanto, con argumentos poderosos algunos legisladores republicanos sostienen que con el tiempo el sistema de salud que impulsa Obama está destinado a colapsar. Y el Presidente responde que: “El cierre de la administración no tiene nada que ver con el déficit, ni con el presupuesto. Lo que  pretenden únicamente  (los republicanos) es entorpecer nuestros esfuerzos para dotar de seguro de salud a quienes no lo tienen”. La situación se torna más confusa en cuanto la Cámara autoriza pagos a la burocracia y otros gastos, que el Senado no acepta.

La caída del dólar tendría efectos negativos de los que no se salvan las economías emergentes que son las que han evitado que la crisis internacional se ahonde. El Departamento de Estado anuncia que los planes de ayuda militar, los desplazamientos de la Flota de Guerra y el sistema de alerta global contra el terrorismo se podrían afectar. Lo mismo que demora los proyectos de ayuda militar a los aliados, como sería el caso del Plan Colombia. El director de Inteligencia explica que la capacidad de conjurar amenazas terroristas se debilita y compromete la seguridad nacional, en especial la ayuda que esa potencia destina al Estado de Israel por un monto reconocido de US$ 3.100 millones de dólares, en tanto se eleva a US$ 5.500 millones la ayuda a otros países para el 2014.