El espinazo del desempleo | El Nuevo Siglo
Martes, 1 de Abril de 2014

La política de generación de empleo en Colombia está dando resultados. Y ello no sólo se comprueba en los reportes mensuales del DANE sobre el volumen de personas con trabajo, sino que se palpa en el desempeño de una economía que ve cómo la industria, la construcción y el comercio, entre otros sectores, se reactivan, al tiempo que los porcentajes de utilización de la capacidad instalada de las empresas vuelven a subir de manera lenta pero sostenida. Igualmente también se refleja en la forma en que ha ido aumentando el número de personas y empleadores que formalizan su relación laboral, garantizándose por esa vía la prestación de todos los servicios de seguridad social. Es más, hasta los expertos coinciden en que una prueba de la forma en que el flanco laboral mejora se ve en que, pese al ritmo acelerado en que crece la población económicamente activa  y que demanda más plazas día a día, las personas ya no se contentan sólo con ubicarse, sino que exigen con más ahínco empleo de calidad.

De acuerdo con el informe ayer del ente estadístico, en febrero la tasa de desempleo se ubicó en 10,7%, disminuyendo 1,1 puntos porcentuales frente a la registrada en el mismo mes del año pasado. Igualmente debe destacarse que la tasa de subempleo también registró una baja y ya se ubica por debajo del 30 por ciento, rompiendo así un piso que se había mostrado muy duro. La creación en febrero de más de 320 mil plazas es, sin duda, una señal de que la economía en el primer trimestre va a tener un comportamiento positivo, pues así lo confirman otros indicadores sectoriales tanto macro como micro. De esta forma, la meta de poner el PIB por encima del 4,5 por ciento e irlo llevando de manera sostenida hacia la meta del 5 por ciento arranca este 2014 con buen viento de cola.

Más allá de los análisis puntuales que se puedan hacer respecto a la evaluación de las variables más importantes como población ocupada, desocupada, inactiva y subempleada, lo cierto es que si algo quedó demostrado es que la lucha contra el desempleo se está ganando de forma estructural, lo que garantiza que la disminución en el número de personas sin ocupación y el aumento de aquellas que tienen trabajo estable no es una tendencia que responda a un ciclo meramente estacional de la economía, sino que el aparato productivo ya está absorbiendo de manera permanente esa mayor oferta de mano de obra calificada y no calificada.

De allí que ahora lo importante no sea concentrarse en hace cuántos meses o años que no se presentaba una tasa de desempleo tan baja, o si la misma se ubica o no por debajo de un dígito, sino aunar esfuerzos entre el Gobierno y el sector privado para generar más plazas de trabajo estable. Hay más de dos millones de personas que aún no logran ubicarse laboralmente y ese es un problema de marca mayor.

También deben modernizarse algunos diagnósticos en torno de la calidad y durabilidad del empleo que se genera en los distintos sectores productivos. El comercio y la industria de servicios ya no se pueden ver bajo la lupa de que sólo demandan mano de obra informal y estacionaria, cuando lo que se ha demostrado es que son precisamente estos nichos en donde se está registrando una mayor formalización del empleo, sobre todo en materia de salud, pensiones y otros aspectos de la seguridad social.

Es cierto que todavía hay muchos flancos que cubrir. Nadie lo pone en duda y menos se trata de minimizar el drama de los desempleados y el subempleo. Lo que debe ponerse de relieve es que el camino para derrotar este flagelo ya está fijado y en la medida en que las políticas se profundicen, los resultados positivos se irán multiplicando.