En guardia climática | El Nuevo Siglo
Viernes, 12 de Septiembre de 2014

Aunque débil, El Niño impactará

No relajar planes de contingencia

Si  bien constituye una buena noticia que la intensidad en Colombia del fenómeno climático de El Niño sea catalogada como “débil”, no por ello se debe bajar la guardia en materia de uso racional de agua y luz eléctrica. Todo lo contrario, debe recalcarse a escala nacional, regional y local que, según el Ideam, ya en julio se presentó un déficit de lluvias en gran parte las regiones Caribe y Andina, especialmente en los departamentos del Cesar, Bolívar, Antioquia, Caldas, Risaralda, Quindío, Valle y Tolima. Incluso en agosto la reducción de la pluviosidad continuó en las primeras semanas aunque las lluvias repuntaron un poco al cierre del mes por cuenta del ciclón tropical “Cristóbal” en el Caribe.

Si bien a mediados de este septiembre arranca la segunda temporada invernal del año es muy posible que el volumen de las precipitaciones sea inferior a los promedios históricos. Esa premisa cobra aún más importancia si se tiene en cuenta que, según el Ideam, la etapa de desarrollo de El Niño se dará en el trimestre septiembre-octubre-noviembre (coincidiendo con la segunda temporada invernal) y su fase de madurez será en el primer trimestre del próximo año (enero-febrero-marzo), es decir, en pleno período veraniego en el país.

Por el momento el nivel de los embalses permite un parte de tranquilidad y no se ve el riesgo cercano de racionamientos de agua ni afectación de la cadena de generación hidroeléctrica. Pero, como se dijo, todavía este fenómeno climático no ha entrado en su pico más alto, por lo que las campañas para promover un uso racional del agua así como el ahorro de energía eléctrica tienen que intensificarse. Incluso, la medida para castigar vía tarifa a quienes disparen sus niveles de consumo de estos servicios, debería generalizarse a todo el territorio nacional y sería, incluso, aconsejable pensar en establecer ese control de manera permanente, tal como existe en muchos países. Por ejemplo, en no pocas ciudades la ciudadanía ha advertido que las luces en los edificios públicos permanecen encendidas en la noche y en el día pasa algo similar en zonas y oficinas en donde no se requiere iluminación permanente. Lamentablemente el hecho de que nuestro país sea una potencia en materia hídrica a nivel mundial, muchas veces lleva a que no se tenga la suficiente conciencia sobre la urgencia de cuidar este recurso natural. Sin embargo, las escenas que se acaban de ver en algunas ciudades y municipios de la Costa Atlántica y de otras regiones del país, en donde se podía caminar por el cauce seco de ríos y quebradas, centenares de personas se apretujaban en largas colas para surtirse de agua en los carrotanques y los paisajes desérticos empezaron a asomar, deben ser un campanazo de alerta para Colombia.

El Niño tendrá un impacto en Colombia, que sea grande o pequeño, eso es distinto. De allí que los planes de contingencia que se anunciaron hace apenas dos meses no pueden relajarse  ni mucho desfinanciarse. No hay que olvidar que los modelos meteorológicos han evidenciado ser muy volubles últimamente, pues hace pocas semanas se había advertido en nivel nacional e internacional que el fenómeno climático podría ser intenso, sobre todo para los países más ecuatoriales, pero luego, tras un corto lapso, los pronósticos cambiaron y las alertas pasaron de rojas a amarillas. Nadie garantiza, a ciencia cierta, que esa situación no varié de nuevo, por más que se vigile minuto a minuto la temperatura oceánica y el rumbo de las grandes corrientes de vientos que atraviesan el planeta.

Por eso mismo es que la guardia no se puede bajar en nuestro país y menos aún en zonas como la Caribe y la Andina en donde se prevé que será el impacto mayor del fenómeno climático. Es claro que los anuncios sobre búsqueda de nuevas fuentes de abastecimiento de acueductos, en especial por la vía de construcción de pozos profundos, no sólo deben concretarse, sino que bajo el enfoque preventivo los comités de Atención y Prevención de Riesgo en todo el país deberían formular planes de contingencia al respecto en el corto lapso.

Ya es una realidad que esta clase de fenómenos se incrementarán con el pasar de los años, tanto en frecuencia como en intensidad. El cambio climático es irreversible y las políticas nacionales, departamentales y municipales deben enfocarse a planes de adaptación y amortiguación. Colombia ya tiene políticas maduras en ese campo y es necesario acelerar la implementación de las mismas en todos los niveles. El Niño puede que hoy asuste menos, pero que va a golpearnos, de eso no cabe la menor duda.