Geopolítica de Colombia | El Nuevo Siglo
Miércoles, 14 de Septiembre de 2011

*Nuestra agenda diplomática
*Amistad, comercio e inversión


DENTRO  del esquema geopolítico que se ha trazado el gobierno de Juan Manuel Santos y la cancillera María Ángela Holguín, de apuntalar las relaciones con los países asiáticos, en donde ya China es nuestro segundo socio comercial, el viaje a Japón y Corea es de la mayor relevancia. La Cancillería de San Carlos ha venido trabajando intensamente con los países del área del Pacífico, entre los que se cuentan Chile, que ha estado haciendo de cabeza de puente con los asiáticos para facilitar la política de Colombia, lo mismo que el apoyo de los países de Unasur con ese mismo objetivo. Así que desde Ecuador hasta Argentina y Chile, pasando por el Perú y, desde luego, por Brasil, se ha conseguido la aproximación con esas naciones en favor de la entrada colombiana a los tigres asiáticos. En tal sentido se debe destacar el reciente viaje del presidente Santos a México, país fundamental en el comercio con Asia desde los días lejanos del Imperio Español en América. Esa actividad silenciosa de aproximación con esas naciones ha facilitado el éxito de la gira del presidente Santos, la cancillera María Ángela Holguín, junto con el ministro de Minas, Carlos Rodado, puesto que nuestro comercio exterior con esas potencias ha crecido sustancialmente favorecido por la venta de minerales y materias primas.


En esa política expansiva que adelanta el gobierno Santos ha sido casi que providencial el entendimiento entre éste y el gobierno de Sebastián Piñera de Chile, las coincidencias entre los dos gobiernos y el entendimiento con Brasil y Argentina, fueron determinantes en el apoyo tras bambalinas a la política exterior nuestra en Asia. El Gobierno chileno viene respaldando con entusiasmo el avance diplomático y la relación comercial nuestra con los asiáticos. Es un hecho que estamos rezagados varios años en agilizar las relaciones con China, pese a lo cual se han logrado notables aumentos en el comercio bilateral de ambas naciones, lo mismo que se acrecienta el trato diplomático con esa potencia. Es de anotar que varios países con menos potencial comercial que el de Colombia en América nos han ganado en la carrera por abrir espacios diplomáticos y comerciales con Japón y Corea del Sur. Por eso se trata de avanzar a buen ritmo; los progresos en el intercambio global le permitirán a Colombia sobreaguar mejor en medio del temporal que agita las finanzas internacionales, en la medida que sepa negociar sus acuerdos comerciales con los más fuertes quienes, a su vez, necesitan intensificar la relación con terceros países. En ese enorme esfuerzo diplomático se ha dinamizado el trato con Brasil, como se constató en la reciente gira del ex presidente Lula a Colombia, lo mismo en los acuerdos y la relación con su sucesora en el poder, quien ha mostrado la mayor voluntad de cooperar con Colombia.


Los Estados Unidos y la Unión Europea han manifestado el apoyo a la diplomacia constructiva de Colombia con los países de Asia. Los proyectos con Japón son estimulantes; con ese país hemos tenido una antigua amistad y un comercio bilateral importante, y se retoma la posibilidad de inversión y tecnología niponas para el Metro de Bogotá. Ese y otros anuncios sobre los alcances comerciales de la gira, seguramente serán implementados en el futuro. Lo que se debe resaltar es que existen propósitos comunes, que de resultar van a impulsar positivamente nuestro desarrollo.


La política exterior con Corea del Sur y la relación comercial están signadas por una vieja alianza. Los alcances de los acuerdos comerciales con los países asiáticos deben entenderse dentro de las expectativas que generan los TLC que viene tramitando nuestro país con Estados Unidos y otras naciones, como Canadá, que reciben mercancías de los países asiáticos dentro de sus acuerdos comerciales vigentes. Por lo cual se acrecienta la llegada de productos de terceros países que ingresan a nuestro territorio, particularmente de las naciones asiáticas. Dentro de ese mismo concepto geopolítico están los avances en los acuerdos con Panamá, otro de los países de la región que tiene un amplio comercio con los asiáticos. Es oportuno exaltar que el viaje del presidente Juan Manuel Santos, no se limita en exclusiva a los asuntos comerciales; se intenta repotenciar la relación financiera, con la finalidad de atraer sus capitales en la inversión de grandes proyectos de desarrollo que prospecta Colombia, no sólo en el campo de la minería, en especial del petróleo y el oro, lo mismo que el carbón, sino también en el de infraestructura, industrial y de servicios. En esa área el Gobierno se muestra interesado en el intercambio tecnológico, que es decisivo para explotar inteligentemente nuestros recursos.