Horrores de la Salud distrital | El Nuevo Siglo
Lunes, 23 de Enero de 2012

* Llegar a fondo en las investigaciones

* De la medicina terapéutica a la preventiva

 

Las informaciones dadas por el secretario de Salud de Bogotá, Guillermo Alfonso Jaramillo, demuestran que en el área correspondiente existe un verdadero fermento de corrupción, fruto, según dice, de la manipulación política en la selección de gerentes hospitalarios y de ahí para abajo. Al parecer, durante las últimas Administraciones el otorgamiento de cuotas en los 22 hospitales de las diferentes Localidades, donde poco se había indagado y poco era el escrutinio periodístico, se enquistó, por vía de esa burocracia aparentemente lejana y sin poder, un foco purulento de corruptelas sin redención.

Así, en medio de la ampliación paulatina de diversos hospitales, cuya contratación se hace directamente por los gerentes de las entidades, habría camuflajes de favoritismos y coimas. Y no es secreto, ciertamente, que en la ciudad era y es un rumor in crescendo que los hospitales se entregaban de cuotas políticas para maniobrar en la conformación de mayorías en el Concejo distrital. No sólo, al parecer, en las épocas de Samuel Moreno, sino desde antes. De esta manera, pese a existir una aparente meritocracia en la escogencia de los gerentes hospitalarios, se maniobra de forma tal que el seleccionado correspondiera a determinados padrinos políticos. Mas o menos lo mismo que en las ternas hechas por las Juntas Administradoras para la selección de los alcaldes locales.

Como bien lo dice el Secretario de Salud, los 22 hospitales adscritos a la Red Distrital, algunos de ellos de gran envergadura, corresponden más o menos a la cuarta empresa pública de Bogotá, a la altura de la Empresa de Energía, la Empresa de Acueducto y la Empresa de Teléfonos, al mover cerca de 2 billones de pesos. Tendría allí que haber una participación en vigilancia de mayor calado por parte de la Personería y Contraloría distritales, mucho más cuando el mismo Secretario sostiene que existe una nómina paralela gigantesca, lo mismo que una proveeduría sin los debidos controles.

Es un hecho que la Salud tiene 400 empleados directos, pero 1.200 contratistas y alrededor de 5.000 supernumerarios. Todo el tema de Salud a su Casa y Salud al Colegio ha servido también para inflar las nóminas.

El tema de la Salud en Bogotá necesita un remozamiento integral. Si bien las inversiones vienen dadas por el criterio de los subsidios a la demanda, y no a la oferta, tendrían que repensarse muy bien los criterios de administración presupuestal. Seguramente Bogotá, en vez de hospitales por Localidad, como si cada una de ellas fuera una ciudad por sí misma, requiere de centros especializados que le permitan a la ciudadanía acceder a lo que necesita en cualquiera de las ramas específicas de la Medicina. Si todos los hospitales dan la misma oferta, tratando de sufragar los diversos niveles de servicio, no se está haciendo una atención integral, sino dividida, no siempre ofreciendo lo mejor para el ciudadano. Se sabe, claro, que hay ramas de la Medicina donde la oferta debe ser generalizada, como la Pediatría, que es la de mayor exigencia entre las comunidades.

Lo que, de otra parte, está más que demostrado es que la medicina terapéutica debe ser subsidiaria a la medicina preventiva. Este es el aspecto en que no sólo el Distrito Capital, sino en general el país, falla de manera preponderante. Los programas de brigadistas a las casas o los colegios, al estilo cubano o venezolano, no son desde luego suficientes en ese propósito y apenas son paños de agua tibia para ciertas dolencias. Lo que interesa, como se dijo, es generar una profunda capacitación ciudadana en torno de los mecanismos más sanos de alimentación, sexualidad, odontología, y muchos más que permitan llevar una vida con menor cantidad de riesgo.

Está bien, claro, que se descubran y sancionen todas las anomalías producidas al utilizar nada menos que el sector Salud para la politización y las canonjías. Y en ello debe llegarse a fondo, ojalá con la participación de la Procuraduría General de la Nación. Al mismo tiempo se espera el plan integral de salud para el Distrito, que debe sufrir un revolcón una vez comprobados los estropicios allí cometidos.