Interceptaciones a la orden | El Nuevo Siglo
Lunes, 21 de Octubre de 2013

*La guerra de los negocios

*Los grandes al desnudo

 

En  la medida que se conocen los secretos de los organismos de seguridad de los Estados Unidos y los de otras potencias, divulgados por las revelaciones de espionaje, filtradas por el exconsultor de inteligencia Edward Snowden, resulta evidente que el espionaje y  las interceptaciones a los grandes personajes y organismos que toman decisiones en los Estados, los políticos y los hombres de empresa, incluso los científicos están a la orden del día. La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, aprovechó hace poco el escenario de la ONU para  manifestar su indignación a esa práctica que ha sido puesta al descubierto por agentes de ese país que han tenido acceso a las mismas y  los que a su vez las han divulgado internacionalmente en los computadores y móviles.

La señora Rousseff, en su interesante intervención en la Asamblea General de la ONU, dijo que el espionaje a que ha sido sometido su país quiebra el orden internacional. Ella exigió que se implemente un control multinacional al uso de Internet. Explicó que: “Semejante injerencia es un quebrantamiento del derecho internacional y una afrenta a los principios de las relaciones entre los países, especialmente si son amigos”. Ella advirtió sobre el peligro de utilizar el ciberespacio como arma de guerra y la amenaza que implica para la libertad y la relación entre las naciones. Existe un peligro real en cuanto a utilizar el ciberespacio para las diversas formas de espionaje y de guerra mediática.

Y no se trata de interceptar las llamadas y mensajes de Internet por cuenta de asuntos de política común, el escándalo es mucho más complejo. Existe una enorme curiosidad por conocer de manera anticipada las decisiones económicas oficiales. Se interesan por las disputas que se dan entre los mismos funcionarios del gobierno, lo mismo que en sus relaciones con los grandes empresarios y contratistas. En el caso que denunció la Presidenta de Brasil, se estableció que  hasta las comunicaciones de su despacho estuvieron intervenidas por los organismos de espionaje internacional. Y llamó poderosamente la atención que entre los documentos filtrados por Snowden que publicó la prensa se comprobó que la Agencia Nacional de Seguridad “espió comunicaciones del gobierno y  la petrolera estatal Petrobras, con ricos y gigantescos yacimiento de petróleo descubiertos en aguas brasileñas”. Información que en poder de mercenarios, mercaderes y especuladores tiene sumo valor. Es evidente que los países que cuentan con cuantiosas e invaluables materias primas son  permanente foco de espionaje de las grandes potencias. La Presidenta destaca que se trata de un atentado inicuo contra la soberanía de las naciones e insistió en los  principios que a su juicio, son  fundamentales para garantizar el mutuo respeto entre los Estados: “libertad de expresión, respeto a la privacidad individual y respeto de los derechos humanos”.

Ahora el tema cobra renovada actualidad cuando la prensa internacional publica las informaciones de Edward Snowden, en las cuales se establece que entre los jefes de Estado que sufrieron las constantes interceptaciones de espionaje estadounidense figura el expresidente Felipe Calderón. Según Der Spiegel, “tenía entre sus misiones vigilar a México”. En mayo de 2010, un informe de categoría de “alto secreto” aseguraba, según la revelación de Snowden, que había logrado de manera exitosa la clave del servidor del dominio de correo electrónico de la Presidencia mexicana y “por primera vez a la cuenta de correo electrónico pública del presidente Felipe Calderón”. Para Der Spiegel, la penetración del correo electrónico de la Presidencia incluía a  otros miembros del Ejecutivo mexicano de ese momento. Las informaciones de la NSA apuntaban a que contenía “comunicaciones diplomáticas y económicas que proporcionan información sobre el sistema político de México y la estabilidad interna”. Como es de público conocimiento el actual presidente de México, Enrique Peña Nieto, ha sido objeto de espionaje desde cuando estaba en campaña por llegar a la Presidencia. Con la diferencia que en México se ha preferido guardar silencio sobre el tema, sin que se conozca el contenido de los datos que surgieron de las interceptaciones.

Se sabe que uno de los países en los cuales más se han interceptado las comunicaciones es Colombia, sin que los gobernantes se den por aludidos ni en el pasado ni en la actualidad, puesto que es tradicional que los secretos de Estado corran de boca en boca, así se presenten escándalos resonantes por cuenta de las “chuzadas” locales, como en el caso del exdirector de la UIAF, Mario Aranguren, quien, recientemente, recobró la libertad después de un sonado proceso.