La candidatura de Garzón | El Nuevo Siglo
Martes, 24 de Enero de 2012

* Contracorriente del Polo Democrático

* Reducir a cero asesinatos de sindicalistas

 

La postulación del vicepresidente Angelino Garzón a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), viene generando todo tipo de reacciones. Una de ellas, precisamente, la de corrientes izquierdistas de Colombia, inscritas en el Polo Democrático, que en la actualidad adelantan una gira con el propósito de desvirtuar su candidatura, pese a ser Garzón uno de los emblemas del sindicalismo nacional.
Garzón es, en efecto, uno de los líderes emergidos de las organizaciones sindicales en el país que paulatinamente ha venido dando el giro de las circunstancias contestatarias de la década de los 70, y los elementos reivindicativos y politizados de entonces, a una plataforma de concertación entre empresarios y trabajadores de mayor espectro moderno. Un poco, podría decirse, a la mentalidad que ocurre en los países nórdicos, donde no suele darse la confrontación entre trabajadores y empresarios, sino que, por el contrario, genera sinergias que han permitido la dinámica de las economías, donde el ingreso per cápita es el más alto del mundo.
En todo caso, el presidente Juan Manuel Santos ha sugerido que la actitud contra Garzón de parte de algunos colombianos es mezquina, por cuanto su candidatura no es partidista, sino nacional. Y, ciertamente, uno de los requisitos básicos para la aspiración de cualquier persona a la dirección de la OIT es que sea de Estado.
Al mismo tiempo organismos internacionales de derechos humanos se han encargado de decir que Colombia se mantiene como uno de los países donde más se producen homicidios de sindicalistas en el mundo. Así lo ha consignado recientemente Human Rights Watch, pero igualmente acepta que el esfuerzo del actual Gobierno en la mejora de los derechos humanos y la baja en los índices al respecto, son bastante dicientes. Santos, por su parte, ha sido enfático en proteger a los periodistas y la libertad de prensa, como elemento fundamental de su Gobierno, lo mismo que el desarrollo del sindicalismo y el activismo social, hasta el punto de que prefirió retirar la reforma educativa y concertarla con los estudiantes sin necesidad, incluso, de pasar por el tamiz del sindicalismo.
El entonces candidato Juan Manuel Santos, por parte del Partido de La U, sorprendió al escoger en su fórmula vicepresidencial a un sindicalista como Angelino Garzón. Proveniente de los sectores católicos del país, Garzón se ha desempeñado como Constituyente, Ministro y Gobernador, por lo general dejando buena imagen en los diferentes cargos. Al acceder a la Vicepresidencia sostuvo que lo hacía con el propósito de añadirle a Santos lo que le faltaba en experticia social. Con 9 millones de votos, el tiquete Santos-Garzón es el que ha sacado mayor votación en la historia del país.
Durante el transcurso del mandato algunos han querido ver un distanciamiento entre Santos y Garzón en temas puntuales como el salario mínimo y similares. No obstante, Santos ha reiterado una y otra vez que su propósito central es hacer un gobierno social y reformista, sin dejar de lado los avances en seguridad. Garzón, que comenzaba a ser una figura descollante y aun polémica en el Gobierno, ha venido paulatinamente perdiendo perfil en la medida en que se ha concentrado más en la aspiración a la OIT y de alguna manera ha dejado de lado la política interna.
Desde luego la llegada a la OIT puede ser importante para Colombia, mucho más para sepultar definitivamente ese escenario donde el sindicalismo ha sido carne de cañón del conflicto armado interno. Ello se logra, más que con candidaturas, con actos fehacientes que reduzcan totalmente el homicidio de sindicalistas. El hecho es que 51 de ellos fueron asesinados en 2008, 47 en 2009, 52 en 2010 y alrededor de 26 en 2011. Poco a poco la cifra ha venido decreciendo, pero sólo podrá darse parte de victoria cuando el índice esté en cero. En tanto, Garzón adelanta su candidatura sin que sea claro que un latinoamericano pueda ser sustituido por otro del mismo origen. Lo cierto es que Garzón viene recibiendo múltiples apoyos latinoamericanos y caribeños y habrá que esperar a marzo para ver si ha logrado las mayorías.