El presidente del gobierno ibérico, Mariano Rajoy, está decidido a demostrar que la España grande, la España que apoya las más nobles causas de la humanidad y defiende la democracia, está vigente. Esa España que a lo largo de los siglos se especializa en acometer notables empresas que la singularizan, no se deja amilanar por la presión de los Estados populistas que reivindican el despotismo y la represión contra el pueblo como una forma revolucionaria.

El régimen de Nicolás Maduro en Venezuela amenaza a España con represalias si continúa recibiendo en La Moncloa a los opositores más destacados al chavismo y exigiendo la libertad de los presos políticos, como el caso de Leopoldo López. 

Sin embargo, como se dijo, el gobierno ibérico no se amilana. Precisamente esta semana, en la sede nacional del Partido Popular,  Rajoy, como una señal de compromiso político con los venezolanos que luchan por la libertad, recibió a la afligida señora Mitzy Capriles, esposa del encarcelado alcalde de Caracas ,Antonio Ledezma, otra víctima de la represión del neo-chavismo. La atribulada dama viajó desde Caracas a reunirse con el gobernante español y expresarle el agradecimiento del pueblo venezolano por la solidaridad moral y real que reciben de Madrid en la causa por la restauración plena de la democracia en su país y la libertad de los presos políticos.

El gobernante español recibió a la esposa de Ledezma, después de la resolución aprobada el jueves pasado por el pleno del Parlamento Europeo, que con una amplia mayoría urgió “a la Unión Europea, sus Estados miembros y la comunidad internacional a que hagan declaraciones y tomen medidas para mostrar solidaridad con el pueblo venezolano en estos momentos difíciles”. Se trata de una declaración de mucho peso geopolítico y que debería llevar a que la comunidad internacional aumente su presión sobre el régimen de Maduro para que respete los derechos humanos de toda la población.

De esta forma la política española de propiciar la democracia y la defensa de las garantías fundamentales, sigue el ejemplo de Estados Unidos e impulsa la de la Unión Europea, que están por defender los valores de la civilización occidental, antes de que se instalen en la región satrapías que, como pasó en el Medio Oriente, colapsan las instituciones democráticas y conducen a los pueblos al horror del terrorismo y la guerra civil.

El presidente del PP se interesó por el estado de salud de Ledezma y le trasladó a su esposa ánimo y fuerza para sobrellevar estos duros momentos, al tiempo que expresó su profunda solidaridad con el pueblo hermano de Venezuela. De igual manera, exteriorizó su deseo de que el alcalde encarcelado sea liberado inmediatamente, junto a Leopoldo López, Daniel Ceballos y todos los miembros de la oposición y estudiantes detenidos por ejercer su derecho fundamental a la libertad de expresión y a manifestarse pacíficamente. Ojalá que su solicitud no caiga en terreno infértil.