Lupa al billete de cien mil pesos | El Nuevo Siglo
Martes, 10 de Marzo de 2015

No cesa la polémica referida a que a finales de este año o comienzos del próximo podría entrar en circulación en Colombia un billete de cien mil pesos. Desde el 2000, cuando se creó el billete de cincuenta mil, no se había visto la necesidad de uno de mayor denominación. Sin embargo, los estudios del Banco de la República indican que ya es hora. Se estima que en el país circulan 2.220 millones de unidades de las distintas denominaciones, por un monto cercano a los 45,8 billones de pesos.

La evolución económica, la progresión en los precios de productos, bienes y servicios, los flujos de devaluación de la moneda local, el número de billetes y monedas circulando, los porcentajes de transacciones en efectivo, el nivel de bancarización y hasta los cambios en ingreso per cápita son elementos que se sopesan para determinar si debe optarse por un billete de mayor valor. Hechos esos cálculos, la necesidad del de cien mil se justifica.

En la opinión pública las reacciones son encontradas. Hay quienes defienden la creación del billete, afirmando que es engorroso e inseguro pagar altas sumas con billetes de baja denominación. Otros afirman que el riesgo de este billete podría ser muy alto, pues el monto de la pérdida es cuantioso si una persona llega a recibir uno falso, es robada o pierde uno verdadero. También hay peros de índole más subjetiva y emocional, como aquel referido a que el pago de un salario mínimo quedaría reducido a recibir dos o tres de estos billetes  quincenalmente. Y qué decir de las controversias diarias que se generarían si el tenedor debe cancelar un pasaje o un producto de bajo valor con uno de estos billetes. 

El sector financiero, a su turno, advierte que crear esa denominación monetaria no sólo pone en riesgo el nivel de bancarización, que es clave para la formalización económica, sino que podría disparar el manejo del dinero en efectivo por parte de organizaciones delincuenciales, así como aumentar la evasión tributaria.

Pero la polémica no termina ahí. Aunque una ley de hace muchos años determinó que la imagen de un reconocido expresidente iría en el nuevo billete, hay quienes consideran que debería remplazarse por la del Premio Nobel de Literatura fallecido el año pasado.