Mitigación climática | El Nuevo Siglo
Jueves, 9 de Abril de 2015

·       Colombia debe aportar lo suyo

·       Mira puesta en Cumbre de París

Colombia  es uno de los países más expuestos a los efectos nocivos del cambio climático en el planeta. Esa es una advertencia que se ha repetido tantas veces que, por lo mismo, preocupa la pasividad con que la población actúa ante diagnóstico tan alarmante. Una prueba de lo anterior son las frías reacciones a las conclusiones del estudio presentado por el Ideam, apoyado por la ONU, sobre “Nuevos escenarios de cambio climático para Colombia 2011-2100, Herramientas científicas para la toma de decisiones”. Se trata de una de las investigaciones más completas hechas en torno de los cambios que producirá este siglo la emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI) a escala nacional y regional en Colombia. En ella se advierte que si no se reduce el calentamiento global, la temperatura promedio en nuestra nación aumentará a 1,6 grados centígrados al final de esta centuria. La situación en aún más dramática ya que, según el estudio y en el escenario más pesimista, si los niveles de emisiones globales de GEI aumentan, la temperatura podría incrementarse para el fin del siglo hasta en cuatro grados.

Aunque para quien no maneja ni entiende las complejidades climáticas, incrementos como los advertidos no generan alarma, lo cierto es que esos aumentos en la temperatura tendrían efectos muy graves para el país, ya que subiría el nivel del mar, impactando los nichos poblaciones, económicos y sociales de las zonas costeras. A ello se sumaría que los nevados y glaciares podrían desaparecer y disminuiría drásticamente la producción de agua en los páramos, que surten gran parte de las redes de acueductos, en tanto que la productividad agropecuaria se vería impactada. Y, como si fuera poco, es claro que la vulnerabilidad del país a fenómenos climáticos extremos como los de La Niña o el Niño sería sustancialmente mayor.
El mismo estudio reveló que las regiones costeras del Caribe y el Pacífico serían las más afectadas por la canícula permanente, superior a los 2,4 grados, en tanto en la zona Andina el aumento de temperatura será de dos grados centígrados como mínimo en sus distintos departamentos.

No pocas veces hemos advertido desde estas páginas que Colombia, pese a ser una potencia en materia hídrica y de biodiversidad, no ha tomado la suficiente conciencia de sus vulnerabilidades en materia ambiental y mantiene modelos de desarrollo, expansión poblacional y explotación de recursos naturales renovables y no renovables que no cumplen con los mínimos estándares de sostenibilidad. Aunque en materia normativa el país cuenta con una de las legislaciones ambientales más avanzadas a nivel regional, la institucionalidad para hacerla cumplir aún es deficiente, en tanto que fenómenos típicamente criminales como el narcotráfico y la minería ilegal están a la cabeza de los factores de contaminación y degradación del entorno natural.

Es allí en donde el estudio referido está llamado a convertirse en el principal y más actualizado referente para la toma de decisiones a escala nacional, regional, local en cuanto a desarrollos y políticas económicas, sociales y productivas. Si bien es cierto que Colombia ya cuenta con varios Planes de Cambio Climático departamentales y regionales así como planes de acción sectoriales de mitigación en la industria, de residuos y aguas residuales, vivienda, energía, minas, hidrocarburos y transporte, es necesario redoblar esfuerzos. El Plan Piloto Nacional de Adaptación al Cambio Climático debe ajustarse constantemente y ser más ambicioso en materia de medidas de mitigación y sostenibilidad.

Sin embargo, como también se ha señalado en varias ocasiones, siendo muy bajo el aporte de Colombia en materia de emisiones de GEI, es obvio que sólo un esfuerzo global es el que, finalmente, evitaría el incremento de la temperatura en nuestro país y todo el hemisferio. Agotado el Protocolo de Kyoto y con la mira puesta en los compromisos que los países más contaminantes puedan asumir de cara a la crucial Conferencia sobre Cambio Climático a realizarse en París a finales del año, todas las esperanzas están circunscritas a las metas de reducción de emisiones que han venido anunciado esas naciones en los últimos meses. Estados Unidos, Rusia, Europa y México ya fijaron sus objetivos de disminución de gases de efecto invernadero para después de 2020. La expectativa se centra ahora en China, Australia, Japón, Brasil, Canadá, grandes países emisores.

¿Logrará el mundo ponerse de acuerdo para evitar un cambio climático catastrófico que ponga en peligro la supervivencia humana? Esa es la pregunta que sólo en París tendrá un viso de respuesta cierta y concreta. Colombia, por más esfuerzo interno que realice para mitigar los efectos del calentamiento global, debe tener su mira puesta allí.