No caer en el juego | El Nuevo Siglo
Miércoles, 3 de Septiembre de 2014

En varias ocasiones desde estas páginas se ha pedido a la opinión pública colombiana tener cautela a la hora de reaccionar a la andanada diaria de pronunciamientos de los negociadores y cabecillas de las Farc frente al estado del proceso de paz y su inmediato futuro. Debe entenderse que esa beligerancia verbal de la guerrilla hace parte de su estrategia política para tratar de ganar terreno en la Mesa de Negociación. Es más, en no pocos casos esas posturas inflexibles y desafiantes sólo buscan acaparar la atención mediática y de la ciudadanía, con el fin de presionar que en la psiquis nacional el problema de la guerrilla vuelva a encabezar las preocupaciones colombianas y, por ende, haya una mayor disposición del llamado establecimiento a ceder a las exigencias de la subversión para acordar la terminación definitiva del conflicto.

Así las cosas, a esas declaraciones retadoras y no pocas veces desatinadas y delirantes de la cúpula de las Farc o sus negociadores, lo mejor es reaccionar con cautela. El expediente de ver todos los días a ministros, altos funcionarios, congresistas, dirigentes políticos, económicos, sociales e institucionales replicando a cuanta cosa dicen las Farc en La Habana o por intermedio de sus cabecillas, termina siendo desgastante para el mismo Estado y la fortaleza de su posición negociadora en la Mesa.

Tiempo atrás el Presidente de la República recalcó que, al final, a lo que debe ponerse atención es a lo que se diga y pacte entre los negociadores, de forma escrita y referenciada. Por lo mismo, si la delegación oficial que está en la Mesa no reacciona epidérmicamente a los pronunciamientos y dislates de la guerrilla, entonces los demás funcionarios del Gobierno y de los principales sectores políticos, sociales, económicos e institucionales deberían hacer lo propio. No hay que caer en el juego de una guerrilla que sólo busca desafiar, impactar y crear un ambiente de zozobra que le permita, según su estrategia, ganar terreno en la negociación.