* Afortunada diplomacia bilateral
* Trascendental acuerdo de límites
El presidente Juan Manuel Santos y la cancillera María Ángela Holguín, dentro de su objetivo prioritario de mejorar las relaciones con los países vecinos, han conseguido enormes avances con el gobierno de Ecuador, unas veces por gestiones que se publican y en otras oportunidades mediante la diplomacia secreta, hasta limar asperezas y restablecer a plenitud el diálogo entre las dos naciones. Las cosas han sido complejas, en cuanto los agentes de las Farc como se desprende de los informes rescatados del ordenador de “Raúl Reyes”, mostraban el doble juego para utilizar el territorio del vecino país con la finalidad de tener campamentos de entrenamiento para los terroristas y atacar por la espalda a nuestras tropas. Situación de alto riesgo para los soldados colombianos y la población civil, víctimas de varios sangrientos atentados. Lo que determinó un bombardeo en la frontera común que provocó la muerte del denominado “canciller de las Farc”, junto con los consiguientes líos por la intervención de la Justicia de Ecuador en la investigación de las muertes ocurridas en la famosa acción militar. En medio de las negociaciones con Ecuador, apenas cuando se aclaró que el presidente Santos podía viajar al vecino país sin que se presentaran ingratos incidentes, se facilitó el encuentro con el gobernante Rafael Correa, hasta superar de momento las tensiones y malestares del pasado.
En todos esos avances de alta diplomacia y contactos con el Gobierno y personalidades de Ecuador jugó un papel discreto y muy efectivo la Cancillera colombiana. Lo mismo que en el nombramiento de María Emma Mejía como Secretaria General de Unasur, otro escenario en el cual Colombia ha conseguido nuevas solidaridades para sus proyectos y en la mira de favorecer las relaciones con los distintos gobiernos, en especial con Ecuador. Entre los mayores triunfos de la política exterior de San Carlos está el de restablecer el dialogo con el gobierno de Carondelet, que ha permitido un fluido intercambio de información, así como la distensión e, incluso, la unidad de propósitos binacional en cuanto a temas delicadísimos en nuestras relaciones. Sin duda, ha sido un hecho histórico de la mayor relevancia el registrado en días pasados por los medios de comunicación, en ocasión de haber alcanzado mediante negociación la cancillera Holguín y su homólogo de Ecuador, Ricardo Patiño, la definición de las coordenadas del punto de inicio de las aguas comunes en el sector del río Mataje. Es de anotar que, como lo informó la Cancillera, ese acuerdo se logró gracias a dos meses de trabajo de funcionarios diplomáticos de ambos países, que se finiquitó en dos días.
El gobierno del presidente Correa ha reiterado que Ecuador no será paraíso ni zona de paso de los subversivos de las Farc, pese a su resolución de no considerarlos terroristas, declaración tajante con la que se despidió durante su última visita a Bogotá; opinión que es posible que revisen dados los ataques de ese peligroso y sanguinario grupo subversivo en el sur del país, en una zona que está más cerca de Ecuador que de Bogotá. Es de resaltar que en las relaciones entre los dos países se han desempolvado antiguos acuerdos de cooperación comercial y militar, los cuales pueden favorecer el entendimiento entre ambos gobiernos y la lucha por impedir que se incendie la frontera común. En el tema del orden público, para reprimir, combatir el delito y proteger a la población nativa de ambas naciones, el entendimiento entre nuestros gobiernos y los militares que luchan contra los alzados en armas y sus acciones terroristas y criminales, es vital. Y en cuanto al desarrollo, el anuncio de la Cancillera, de avanzar en la activación y articulación pronta de varias comisiones para tratar temas esenciales de política binacional, es altamente positivo y muestra el interés de las partes por recuperar el tiempo perdido y armonizar los esfuerzos comunes en lo político, económico y por la seguridad en la frontera. Esa acción diplomática tan exitosa se complementa con el anuncio de la ministra María Ángela Holguín, que beneficia a varios de los refugiados colombianos en Ecuador, con la entrada a regir el pasado 1º de enero de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, que se verán amparados por dicha legislación y que, según anunció, podrán hacer los trámites de restitución de sus parcelas en los consulados de Colombia en Ecuador.