Resolución de pleitos de menor cuantía | El Nuevo Siglo
Viernes, 12 de Septiembre de 2014

Es  sabido desde hace tiempo que el mayor problema y del que más se queja la gente respecto de la administración de justicia es la lentitud. Siempre se ha dicho y es un axioma que la justicia debe ser pronta y cumplida. Al margen de las reformas que se planteen en la Rama Judicial, lo fundamental es lograr que haya celeridad y se puedan estudiar y analizar tantos casos de personas detenidas que esperan les sea definida su situación. Esa sería una manera de ir disminuyendo el hacinamiento carcelario.

Quizá no sea tan difícil emprender la tarea de agilizar las tareas judiciales. Si se lograra este objetivo habría una percepción positiva sobre este órgano del poder público. Al examinar los procesos pendientes y proceder a otorgar libertad a quienes son acreedores a ella por ser inocentes se da un gran paso frente a la superpoblación de presos en las penitenciarías del país.

Pero no solo se trata de este ángulo en el universo jurídico. Muy importante que las pequeñas causas, como se estila en algunos países, en los que la comunidad siente gran molestia si tiene que acudir a los estrados judiciales en pleitos que los exponen a la vista pública. Prefieren la conciliación y para ese propósito existe el personal especializado.

Ya en Colombia desde hace más de cinco años funcionan 16 juzgados de pequeñas causas que conocen de procesos en lo civil y laboral que no excedan la cuantía de 40 salarios mínimos vigentes. El proyecto pionero marcha muy bien en ciudades como Medellín, Barranquilla, Bucaramanga, Cartagena, Cali. Y en Bogotá, en Ciudad Bolívar hay dos.

Estos juzgados pueden resolver acciones de tutela y litigios como recuperación de una vivienda arrendada, legalizar escrituras de menor monto, sucesiones. Están excluidos asuntos de orden penal. Este ensayo está en marcha y ha resultado benéfico y rápido para resolver querellas menores, lo cual constituye un avance y una contribución a menos carga para las demás instancias de la justicia. Es un paso en la dirección correcta ya que la mayor dificultad para que los procesos judiciales se muevan con rapidez estriba en la congestión derivada de que aquí a los jueces en general les toca atender múltiples casos que se van sumando al cúmulo de los que tienen pendientes.