Semana clave en pulso salarial | El Nuevo Siglo
Sábado, 10 de Diciembre de 2022

Urge realismo y ponderación tripartita

* Un escenario distinto al del año pasado

 

La negociación del alza del salario mínimo mensual comienza hoy una semana crucial, sobre todo luego de que el pasado viernes las centrales obreras pusieran sobre el tapete su propuesta de incremento de un 20% en la remuneración básica que devengan casi dos millones de trabajadores.

Aunque es una postura inicial de los sindicatos, el porcentaje sorprendió a los gremios económicos que no esperaban una exigencia tan alta, por más que la inflación entre enero y noviembre haya crecido 11,7% y la anualizada (últimos doce meses) se ubique en 12,53%. A ello habría que sumar que el índice de productividad se fijó en 1,24%. Esto significa que la base del reajuste en salario mínimo estaría cercana al 14%.

Aunque los gremios decidieron que no presentarán una contrapropuesta y que lo mejor es empezar desde hoy a analizar la de los sindicatos en la Mesa de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, desde días atrás trascendió que los representantes de los patronos estarían considerando un incremento en el sueldo básico que no debería ir más allá del 15%. Un porcentaje mayor no solo presionaría fuertemente los costos de nómina de las empresas, sino que obligaría a congelar plantas de personal o, peor aún, a despidos. Así las cosas, el desempleo volvería a subir precisamente en momentos en que la tasa volvió a estar por debajo de dos dígitos (9,7% con corte a octubre pasado), un indicador que no se veía desde antes de la pandemia.

Aunque en diciembre del año pasado el gobierno Duque logró consensuar con centrales obreras y gremios un reajuste del 10,07%, esto con el objetivo de que el salario mínimo quedara en un millón de pesos, pese a que la inflación de 2021 fue del 5,6%, es evidente en la actual negociación el escenario es distinto. De un lado, la inflación de este 2022 es más del doble que la del lapso anterior. A ello se suma que mientras el año pasado cerró con un crecimiento récord del 10,6% del Producto Interno Bruto, el que cursa llegaría máximo a un 8,5% y en 2023 se tiene previsto una caída drástica a un 1 o 1,5%, por efecto del clima de recesión global que se está extendiendo. Por otra parte, aunque el Gobierno ha dicho que avanza en un esquema para desindexar el precio de algunos productos, bienes y servicios del índice inflacionario, este es un mecanismo todavía en construcción…

Pero esos no son los únicos temas nuevos en el actual escenario de negociación salarial. El sector privado comenzará a sentir en 2023 el impacto de la reforma tributaria, sobre todo en cuanto a más impuestos al patrimonio, renta y dividendos, entre otros. Los subsidios a la nómina y a las clases más vulnerables creados en medio de la crisis pandémica empiezan a recortarse. También están en estudio sendas reformas laboral y pensional que, por obvias razones, repercutirán en la oferta y demanda de mano de obra calificada y no calificada. A ello tiene que adicionarse que a partir del 1 de enero la jornada laboral en Colombia bajará de 48 a 47 horas, en aplicación de la ley respectiva que, en un plazo de seis años, la debe dejar en 42. Igualmente, hoy es mayor la cantidad de migrantes venezolanos que, por efectos del Estatuto de Regularización, tienen permiso legal para trabajar en el país y compiten en el mercado laboral formal. Y, por último pero no menos importante, la informalidad laboral está disparada, al punto que se calcula que el 60% de los empleados ganan menos de un salario mínimo al mes y la mayoría no están cobijados por la seguridad social…

Como lo hemos reiterado en estas páginas: la negociación salarial necesita ponderación y realismo. Un aumento por encima de las posibilidades empresariales tendrá un efecto directo en el incremento del desempleo y más en un año en el que no solo se prevé que la escalada inflacionaria se desacelere muy lentamente, golpeando aún más el ya disminuido poder adquisitivo de los hogares, sino con riesgo recesivo a bordo. Habrá que esperar, entonces, a que comiencen hoy las negociaciones de fondo sobre el aumento del sueldo básico para 2023 y que tanto en las partes como en el Gobierno persista un ánimo constructivo en busca de un acuerdo tripartita. Por ahora, el escenario de las discusiones es muy complejo.