Una idea muy saludable | El Nuevo Siglo
Jueves, 4 de Septiembre de 2014

En medio de la agitada agenda noticiosa de los últimos días poco eco se le hizo a un proyecto de Acuerdo que se discute en el Concejo de Bogotá cuyo objetivo es promover hábitos de alimentación saludables en las escuelas, colegios, otras instituciones oficiales de atención a menores y adultos así como cafeterías de entidades públicas.

La iniciativaestablece directrices para la sustitución gradual de consumo de bebidas azucaradas por refrescos naturales, frutas y agua potable en los restaurantes escolares de los colegios públicos, comedores comunitarios, jardines infantiles, hogares de paso, casas de refugio, restaurantes y cafeterías de las entidades distritales.

En Estados Unidos, la primera dama Michelle Obama viene impulsando una campaña similar en las escuelas y colegios, dado que ese país tiene un alto índice de población joven y adulta con sobrepeso y obesidad, cuya atención cuesta centenares de millones dólares al mes al sistema de salud pública. Si bien no ha sido una tarea fácil pues implica cambiar hábitos no solo alimenticios sino casi culturales en una nación en donde las llamadas “comidas rápidas” tienen una gran demanda y profuso mercadeo mediático, lo cierto es que poco a poco la campaña va dando resultados progresivos.

Por lo mismo, ya es un avance que en Colombia se empiece a considerar que mejorar la alimentación de nuestros estudiantes debe apoyarse en normas que regulen qué clase de bebidas y comidas se venden en los restaurantes, tiendas, cafeterías y casetas en los establecimientos educativos. Es apenas obvio que si los menores y jóvenes tienen a la mano “comida chatarra” así como jugos y gaseosas con altos contenidos en azúcares o altamente calóricos, pues los van a querer consumir. Si se restringe o al menos se reduce esa capacidad de acceso a esos alimentos poco saludables, ya se estarán dando pasos en firme para disminuir el riesgo de que lleguen a padecer sobrepeso y obesidad, dos condiciones físicas que aumentan la probabilidad de padecer enfermedades cardiovasculares, hipertensión y diabetes, entre otras patologías.