Colombia junto a 189 países miembros de la Organización de Naciones Unidas firmaron en 2000 los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Este año se vence el plazo para cumplir las metas. La segunda parte del quinto informe le apostó a reducir los embarazos en población adolescente ¿Cómo va Bogotá en este asunto? ¿Qué hace falta? Séptimo informe
Por: Orlando Pinzón
Periodista de El Nuevo Siglo
A propósito de la celebración del día de las madres hay un tema que sigue preocupando a las autoridades y organismos de vigilancia de Bogotá: el embarazo adolescente. Si bien es cierto que se han implementado campañas y prevención, además de políticas públicas para contener la problemática, los números visibles e invisibles dan de qué hablar.
Precisamente, dos de las metas trazadas en el Objetivo 5 de Desarrollo del Milenio pretendían que por un lado se incrementara la prevalencia del uso de métodos anticonceptivos en la población sexualmente activa a 75% y a 65% entre los jóvenes de 15 a 19 años, y por el otro, detener el crecimiento del porcentaje de adolescentes que han sido madres o están en embarazo manteniendo esta cifra por debajo del 15%.
En los últimos tres años, es decir, durante la Administración de Gustavo Petro, se ha mencionado con beneplácito que de 19 mil casos al inicio del gobierno se ha pasado a 16 mil, con corte de cuentas en 2014.
De acuerdo con el secretario de Salud, Mauricio Bustamante, en diálogo con EL NUEVO SIGLO “si uno saca las cifras en bruto, producto alrededor de la política de embarazo de adolescentes en la ciudad, se han disminuido en ese período cerca de 2 mil embarazos de las niñas de 15 a 19 años; y cerca de 138, un poco menos, en menores de 15 años, entre 10 y 14”.
Esto se traduce, en que de alguna manera, “si contabilizamos esto, hay algo que se ha hecho para prevenir el embarazo en adolescentes, que de alguna manera está significando estos resultados: bajar de 19 mil a 16 mil es un dato significativo”.
El funcionario público expresó que gracias a la estrategia de “Territorios Saludables”, se tiene un abordaje por ciclos de vida, “tienen uno sobre la niñez pero también para el grupo poblacional de adolescencia, y la otra variable es que tiene el enfoque diferencial para ponerle especial atención a población en segregación, esas son dos variables que inciden de manera importante”.
Precisamente, en días pasados, el alcalde Petro durante la inauguración del tercer Centro Amigable para atender la salud sexual y reproductiva de las mujeres, expresó que la Administración ha logrado disminuir satisfactoriamente el embarazo en niñas y adolescentes de la ciudad.
“Hay un dato que aquí es pertinente, nosotros hemos logrado reducir de manera importante el número de casos de embarazos adolescentes y de niñas, que es peor. De 21 mil casos de embarazos de este tipo en el 2011, bajó a 16 mil y esperamos este año poder reducirlo a 14 mil”, dijo en su momento el mandatario distrital, al tiempo que recalcó que su gobierno se ha esforzado por construir un modelo preventivo de salud, en el que el personal médico se dirige a las viviendas de los ciudadanos haciendo brigadas de salud de manera constante.
Concejo poco convencido
De otro lado y de acuerdo con la presidenta del Concejo de Bogotá, Patricia Mosquera, le expresó a este diario que “el tema de embarazos adolescentes en Bogotá viene creciendo en vez de disminuir, las políticas públicas que hay en Bogotá no están funcionando, el tema de prevención no está funcionando, el conocimiento dentro de los colegios de anticonceptivos no funciona”.
Mosquera indicó que “nos atrevemos a decir que no funciona porque la Universidad Externado de Colombia hizo una encuesta en niñas de colegios públicos y privados, y la gran mayoría de estas aducen no conocer métodos anticonceptivos”.
Agregó que “lo más grave de ello, es que quienes han dicho que no conocen todo el tema de anticonceptivos han quedado en embarazo y no una, sino dos o tres veces, y estas niñas, han abortado dos veces aproximadamente, pero lo más grave es que esas niñas ya no están de los 14 años para arriba, ahora estamos hablando de niñas de los 10 años, que empiezan su primera relación sexual”.
En ese sentido, para la cabildante “eso quiere decir que las políticas públicas que hoy tenemos no sirven porque en vez de disminuir la brecha, se está aumentando y el tema de que ya haya niñas de 10 años con este tipo de situación, pues lo que genera es una sociedad mucho más débil”.
Mosquera explicó que “todo esto nos tiene preocupados, hemos hecho debates durante el mes de abril que fue el día del niño para preguntarle a la Administración ¿cuáles son las tareas que hay que hacer entre todos y construir las políticas públicas que en realidad sirvan?”.
Precisamente, de la encuesta que habla la presidenta del cabildo distrital, fue la realizada por el Centro de Investigaciones sobre Dinámica Social del Externado, aplicada a 5 mil estudiantes de 42 colegios oficiales de 13, 14 y 15 años de edad que revelaron, además de haber iniciado su vida sexual, que han tenido embarazos no deseados y hasta abortos.
La investigación concluyó que un 2% de la muestra inició su vida a los 10 años, el 3% a los 11 años y el 15,3% a los 12 años, el 29,7% a los 13 años, el 29% a los 14 y el 15% a los 15 años de edad.
Más preocupante aún que el 61% de los sondeados sospechó en alguna ocasión haber quedado en embarazo, de este número, un 30,4% lo confirmó. El 78,7% ha estado en cintura una vez y un 4,7% dos veces. De la totalidad de casos, el 46% resultó en aborto.
Ante estas alarmantes cifras del estudio, la concejala expresó que “hemos sentido que la inversión en el tema de prevención se ha venido disminuyendo y ese tema hay que aumentarlo, entonces serán retos que tendrán las nuevas administraciones de la ciudad, por lo pronto nosotros en estos 8 meses que restan exigiremos que estas políticas de prevención se incrementen en vez de disminuirse dentro de los colegios, que es la urgencia número uno de nosotros”.
Mosquera dice además que no hay necesidad de ir a hacer una encuesta, “simplemente vayamos a localidades de la ciudad y nos damos cuenta que esa es la realidad. Tú empiezas a ver niñas que llevan a ciertas reuniones y ya están embarazadas y son niñas que no superan los 15 años, entonces no hay necesidad de hacer tanto esfuerzo”.
“Yo lo que creo es que hay que reconocer un error, sin culpar a nadie, y dedicarnos a hacer los mejoramientos en las políticas públicas. Lamentablemente esta es una problemática que se generalizó en toda la ciudad y que no tiene hoy ni color político, ni tiene estrato socio-económico, ni tiene religión, esto hoy es un tema general y puede suceder en un colegio estrato 5 como en uno del estrato 1”, dice.
Mosquera fue enfática en que “el tema es abordar una política general en la ciudad de prevención y en eso hay que hablarnos con la verdad, y no está sucediendo, esa es la petición que le estamos haciendo a la Administración”.
La problemática
El pulso a este tema también se lo ha medido la organización Profamilia, líder en temas de salud sexual, salud reproductiva y la planificación familiar, que con base en la encuesta demográfica y de salud del Distrito, para el año 2011, el promedio de adolescentes entre 15 y 19 años que eran madres o estaban embarazadas era de 15,3%, por debajo del promedio nacional, que se ubicaba en 19,5%.
Para el gerente de Investigaciones de la organización, Juan Carlos Vargas, “esta es una cifra promedio pero si uno hace una separación de la población estudiada, por ejemplo por índice de pobreza, se ve cómo hay una gran disparidad y en los estratos más bajos el porcentaje de embarazos es de 26% y en los estratos más altos es de 8%”.
Lo que significa que hay una diferencia importante “que lo marca el ingreso económico de la familia, las niñas que están en situación de pobreza tienen un mayor riesgo para el embarazo en la adolescencia, y lo mismo aquellas niñas que tienen un bajo nivel educativo”.
Sobre los métodos, según él, el conocimiento de estos es “prácticamente universal en las mujeres bogotanas y el uso de métodos anticonceptivos no es en teoría malo, las adolescentes que están en unión tienen un porcentaje de uso de 63,6% y las no unidas pero sexualmente activas tienen una prevalencia de 76%, es decir, hay en general un buen conocimiento y un uso aceptable o adecuado”.
Vargas de igual forma indicó que la organización imparte educación a los tres grupos poblacionales destacados en este tema: los adolescentes, los padres y madres y los docentes, con el fin de que todos hablen el mismo idioma y de esta forma, “se pueda hacer más fluida la comunicación, esa es la parte de educación e información”.
Luego de la educación viene la parte de hacer efectivo el derecho a la anticoncepción, allí Profamilia “lo que tiene es una clínica especializada de jóvenes donde tienen una atención diferencial, donde tienen unos precios diferentes, unos servicios más cómodos y que el lugar es arquitectónicamente más atractivo, para facilitar la llegada de los jóvenes a los métodos”.
A esto se suma que “los grupos de personas que están en la coordinación de jóvenes, que hay en cada clínica, hacen alianzas o convenios con las Secretarías de Educación y de Salud, para poder tener ingreso a los colegios distritales que tienen un gran volumen de estudiantes y para poder hacer todas estas actividades de educación, información y orientación”.
Los riesgos que puede traer un embarazo temprano, según la organización, se dividen en dos grupos: los biológicos y los sicológicos y sociales. En el primer campo se habla de mayores riesgos de enfermedad y muerte por causas como hipertensión, alteraciones nutricionales, anemia e infección urinaria, nacimientos prematuros y mayor índice de cesáreas y bajo peso del recién nacido.
En cuanto al segundo, se pueden presentar casos de abandono del estudio por fala de dinero, vergüenza o por presión familiar o del colegio, escaso o nulo apoyo de la pareja o familia, exposición a un nuevo embarazo por falta de información adecuada ni acceso a servicios médicos de calidad, mayor dificultad para conseguir trabajo y cambio radical de actividades y prácticas.
Derecho a elegir
Desde la Secretaría de la Mujer se reflexiona sobre el hito cultural predominante de que procrear es el destino de todas las mujeres, que maternar es una actividad instintiva, y que debe ser asumida con sacrificio, abnegación y negación de otros escenarios o roles. “Este tipo de maternidad impuesta y estereotipada va en contravía con la garantía de los derechos de las mujeres”.
Para el despacho distrital “si bien la maternidad es una opción para muchas mujeres, el no tener hijos e hijas también es una decisión que, cada vez con más frecuencia tomamos las mujeres con autonomía sobre nuestros cuerpos y proyectos de vida. La decisión de las mujeres sobre su sexualidad, los avances científicos y sociales en defensa de la información y el acceso de métodos anticonceptivos, las posibilidades de desarrollo profesional y laboral entre otros factores, han contribuido a que la decisión de las mujeres por una maternidad voluntaria sea posible”.