La ciudad heroica llamada así por sus habitantes, está experimentando un auge en la inversión en el sector inmobiliario gracias a proyectos tan destacados como el de Serena del Mar. Esta ambiciosa iniciativa urbanística ya se ha convertido en un imán para los inversionistas, que han empezado a posicionar a Cartagena como uno de los principales destinos para invertir en este tipo de activos en Colombia.
Uno de sus principales atractivos es el diseño y arquitectura sostenible con el que se está construyendo, sus dos piscinas infinitas con vista hacia el campo de golf diseñado por el reconocido arquitecto Robert Trent Jones II para la nueva sede social del Club Campestre de Cartagena o, sus espacios comunes, en donde las personas tendrán una sala de Cine o un espacio para tomar un vino, lo que para Jonatán Lustgarten, gerente general del Grupo Attia, será un atractivo de sumo interés para empresarios, extranjeros que residan un tiempo en el país o personas que deseen vivir un estilo de vida activo lejos del caos de la ciudad, lo que promoverá una valorización que pueda llegar a estar entre el 28 al 30% cada año.
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“Me gusta resaltar que este proyecto consta de una pre-certificación CASA por ser un proyecto sostenible y saludable. Algo que nos enorgullece y nos permite señalar que es un excelente activo por la poca volatilidad que tiene y que no recibirá el impacto o la devaluación frente a cualquier crisis económica”, dijo Lustgarten.
Y es que no solo se trata de Cartagena como una ciudad empresarial o turística, sino que este proyecto ya es considerado como uno de los desarrollos urbanos más grandes y ambiciosos del país, y ya se lo ve cómo el corazón de las inversiones inmobiliarias. Para el año pasado, directivos del proyecto señalaron que se vendieron más de 1.300 unidades residenciales y se entregaron 1.582 apartamentos en los que ya hay cerca de 5.000 residentes.