Tras afrontar los estragos que dejó la pandemia en la salud mental de muchas personas, organizaciones y empleados se enfrentan a un fenómeno que afecta a los seres humanos a nivel físico, emocional y mental: el síndrome del ‘burnout’. Esta condición ha sido reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una enfermedad laboral que causa estrés crónico, agotamiento, negativismo y desconexión con los logros personales.
Al respecto, la firma de servicios profesionales BDO en Colombia, explica cómo esta enfermedad representa un reto para los líderes y sus organizaciones, quienes deben tener estrategias de contención frente a este riesgo psicosocial.
Diego Bernal, director de Recursos Humanos de BDO en Colombia, indica que la diferencia entre estrés asociado al trabajo y el ‘burnout’ es que “el estrés habitual asociado al trabajo es una respuesta natural del organismo frente a tiempos de entregas ajustados, carga excesiva de funciones y presión desmedida por el cumplimiento rápido de resultados, que en algunas ocasiones puede ser fuente de motivación para enfrentar proyectos, pero debe ser bien gestionado. Por su parte, el síndrome del ‘burnout’ es una condición crónica relacionada con el estrés laboral que se caracteriza por un estado permanente de agotamiento físico, emocional y mental, acompañado de sentimientos de incapacidad y desconexión, que puede alterar la personalidad, autoestima y por supuesto los resultados en el trabajo”, señala el experto.
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El síndrome del ‘burnout’ fue incluido en la Clasificación Internacional de Enfermedades en 2022, lo que permite que sea considerado como otra patología y que tenga el mismo tratamiento en el Sistema de Seguridad Social. En ese sentido, los trabajadores pueden presentar incapacidades sobre esta enfermedad y el empleador deberá atender las recomendaciones médicas que contribuyan a la recuperación y el bienestar en la salud del empleado.
Bernal enfatiza en la importancia de abordar el estrés laboral como un problema de salud pública y destaca la necesidad de que las empresas tomen medidas para prevenir y gestionar el síndrome de fatiga en el trabajo.