El partido de vuelta de la gran final de la Copa BetPlay 2024 entre América de Cali y Atlético Nacional fue suspendido a falta de menos de 10 minutos para su conclusión, debido a disturbios protagonizados por algunos aficionados ubicados en la tribuna sur del estadio Pascual Guerrero en Cali. La decisión fue tomada por el árbitro central José Ortíz, quien consideró que el comportamiento de los hinchas representaba un riesgo para la seguridad en el estadio.
Según se reveló, varios hinchas comenzaron a invadir el terreno de juego, derribando las vallas de seguridad y enfrentándose con la Policía. Este altercado obligó a la interrupción del partido. A pesar de los esfuerzos de seguridad para controlar la situación y evitar que los desadaptados accedieran al campo, los disturbios continuaron, lo que llevó a la Policía Nacional a iniciar un operativo para desocupar la gradería sur.
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Mientras se registraban los desmanes en las gradas, en la cancha se veían a varios jugadores de América de Cali desconsolados por no haber logrado la remontada frente a Atlético Nacional, entre ellos Adrián Ramos, quien jugó su último partido con la camiseta escarlata.
Partido detenido por incidentes en la tribuna del estadio Pascual Guerrero pic.twitter.com/378zGIoV0H
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Atlético Nacional, con un marcador global de 3-1 tras haber ganado en la ida, se consagró campeón de la Copa BetPlay 2024, ya que, con el empate 0-0 en el partido de vuelta, la ventaja obtenida en el primer encuentro le otorgaba el título. Según el reglamento, con la suspensión del juego y menos de cinco minutos para su finalización, el equipo antioqueño quedó garantizado como campeón del certamen.
El malestar y la sorpresa entre los hinchas de América fueron evidentes, ya que la tarde había comenzado como una fiesta llena de ilusión, alegría y colorido, pero se vio empañada por la violencia que, una vez más, empañó el espectáculo del fútbol. A pesar de que las cámaras de la transmisión no mostraron los incidentes en detalle, se supo que algunos enfrentamientos entre hinchas de la tribuna sur contribuyeron al caos.
En cuanto a la seguridad en el estadio, personal de seguridad estuvo alerta para evitar que los disturbios se extendieran al campo, y, ante la creciente violencia, se ordenó que ambos equipos se dirigieran a los camerinos para garantizar su seguridad. La situación generó una gran preocupación entre los asistentes y autoridades, quienes continúan con las investigaciones pertinentes.
La Dimayor y las autoridades locales reiteraron su compromiso con la seguridad en los estadios y la lucha contra la violencia en el fútbol colombiano.