TAN FUERTE y pesada como suena su sigla, OTAN, es esa alianza militar transatlántica que nacida al inicio de la Guerra Fría con doce países de ambos lados del Atlántico hoy suma 32, ampliándose hacia el este europeo, con el otrora impensable ingreso de dos naciones tradicionalmente neutrales: Suecia y Finlandia.
El giro histórico en la política de neutralidad en estos dos países nórdicos, que por décadas se mantuvieron alejados de cualquier conflicto o alianza militar, así como de las rivalidades políticas entre Washington y Moscú, fue motivado por la invasión militar de Rusia a Ucrania, la ‘ofensiva militar especial’ como la denomina el Kremlin iniciada el 24 de febrero del 2022.
La anunciada intención del gobierno ucraniano presidido por Volodimir Zelenski (2021) de postularse para entrar a la OTAN dio argumentos al hombre fuerte del Kremlin, el reelecto Vladimir Putin, a iniciar esta guerra en Europa, considerando que ello amenazaba la seguridad nacional de Rusia porque ello llevaría a tener tropas de esa alianza militar -la mayor del mundo- en los más de 2 mil kilómetros de frontera que comparte con ese país.
Después de Estados Unidos, la actual Federación Rusa tiene la segunda frontera terrestre más larga del mundo y debido a su gran extensión, en sus 20.241 kilómetros limita con 16 estados soberanos y dos mares. En el este el lindero es con Finlandia, nación que al igual que su vecina Suecia sopesaron la posible amenaza de que Putin, en su proyecto de crear un nuevo orden mundial, considerara contra ellos acciones similares a las que emprendió en Ucrania.
Fue así como estos dos países del norte de Europa presentaron conjuntamente sus candidaturas para ingresar a la OTAN, escasos tres meses después de iniciarse la invasión rusa a Ucrania, un proceso que terminó siendo exprés para Finlandia (ingresó el 4 de abril de 2023), pero de largo aliento para Suecia ante un reiterado veto de Turquía (el pasado 11 de marzo).
Con ellos ya son 17 los países europeos en esta alianza que Rusia considera una amenaza existencial y define como “la principal amenaza externa para su doctrina militar”, según un reciente documento gubernamental.
La OTAN tiene contingentes militares en ocho países de Europa del Este, cuatro de ellos fronterizos con Rusia. Esta ampliación fue calificada por Moscú como una ‘traición’ ya que la caída de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (Urss) os países occidentales prometieron a la Federación rusa no expandir la Alianza.
Desafíos
A hoy, cuando la Organización del Tratado del Atlántico Norte cumple 75 años, tiene 32 integrantes, del lado y lado del Atlántico, con un refuerzo clave de los dos países bálticos, pero también con varios retos, entre ellos, mantener la demandante ayuda a Ucrania, cohesionar las prioridades de seguridad con Estados Unidos y que todos sus integrantes cumplan con la meta del gasto en defensa, que es como mínimo el 2% del PIB nacional.
En la conmemoración de ayer, ya que su creación se dio a partir de un Tratado firmado el 4 de abril de 1949, su saliente secretario general, el noruego Jens Stoltenberg, así como los cancilleres de los países miembros, coincidieron en llamar a la cohesión de la alianza, en riesgo por una creciente reticencia de algunos a continuar con la millonaria ayuda financiera y militar a Ucrania, así como por el distanciamiento, en algunos temas, con su mayor socio, Estados Unidos y la posible elección del republicano Donald Trump para la Casa Blanca.
"No creo en Estados Unidos en solitario, de la misma forma en que no creo en una Europa en solitario. Creo en Estados Unidos y Europa juntos en la OTAN, porque juntos somos más fuertes y estamos más seguros", dijo Stoltenberg, enfatizando que Europa "precisa de Estados Unidos para su seguridad", pero “ellos también de los países europeos porque aportan "una vasta red de inteligencia y una influencia diplomática única, que amplifica el poderío estadounidense".
En Washington, el presidente estadounidense Joe Biden se refirió en un comunicado al "compromiso sagrado" de los países miembros de la alianza en la defensa recíproca en caso de ataque a uno de ellos. "Debemos recordar que el compromiso sagrado que asumimos con nuestros aliados -defender cada centímetro del territorio de (los miembros de) la OTAN- también nos hace más seguros", apuntó.
Un eventual retorno de Donald Trump a la presidencia estadounidense es una de las grandes incertidumbres que planean sobre la poderosa alianza militar, pero analistas y politólogos se basan en una interpretación ‘acomodada’ a las declaraciones que el líder conservador estadounidense ha hecho sobre la organización trasatlántica.
Vale recordar que cuando era presidente, Trump cuestionó abiertamente a aquellos países que no estaban al día en sus aportes financieros y gastos en defensa, mientras Estados Unidos lo hacía puntualmente.
En su nueva campaña a la Casa Blanca, Trump volvió a provocar estremecimientos en capitales europeas al afirmar que alentaría a Rusia a hacer "lo que le dé la gana" con los países que no inviertan lo acordado en defensa.
Esa fuerte declaración generó, de inmediato, una respuesta positiva de la alianza militar que se apresuró a iniciar una fuerte campaña para que los países miembros inviertan al menos el 2% de sus respectivos PIB en defensa.
De esta forma, si hace una década apenas tres países miembros alcanzaban ese nivel de gasto militar, este año se espera que lleguen a esa meta al menos 20 naciones. Como se ve, las fuertes palabras de Trump llevaron a la acción.
Demandas ucranianas
Más allá de las preocupaciones con Trump, la reunión ayer en la sede de la Organización, en Bruselas, estuvo marcada por la guerra en Ucrania, país al que han entregado decenas de miles de millones de dólares en ayuda en equipos militares y armas.
Sin embargo, el aporte de esta alianza, especialmente el proveniente de Estados Unidos, ha perdido impulso, lo que ha hecho que las fuerzas ucranianas se hayan colocado a la defensiva en el frente de combate.
Ante ese escenario, Stoltenberg impulsa la creación de un gigantesco fondo de 100.000 millones de euros (unos 108.000 millones de dólares) en los próximos cinco años para garantizar el apoyo a Ucrania.
Ese plan, que Stoltenberg justifica por la necesidad de hacer que la ayuda a Ucrania sea "predecible" y de largo plazo, recibió por ahora un apoyo apenas moderado.
Stoltenberg mantuvo reuniones con el jefe de la diplomacia de Ucrania, Dmytro Kuleba, quien habló sobre "las necesidades de corto y largo plazo" en materia de armamentos, en especial de defensa antiaérea y misiles.
Antes de esa reunión, Kuleba apuntó que no pretendía "arruinar la fiesta" de la OTAN por su aniversario, "pero mi principal mensaje es 'Patriots'", añadió, en referencia a los misiles tierra-aire estadounidenses.
La guerra en Ucrania ha sido un punto de inflexión para la Otan que la llevó a ampliarse, así como al fortalecer el flanco oriental, más próximo a Rusia, ante la prohibición estatutaria de intervenir directivamente. Sin embargo, tal y como lo reseñó recientemente este Diario en su artículo “Europa vuelve a estar en una época de preguerra: Tusk”. Superar esta compleja situación, que sólo se compara con la previa a la de 1945 es el gran reto para una OTAN cada vez más cuestionada.
Datos claves
* Las fuerzas militares de la OTAN son proporcionadas por los países miembros, y se ponen bajo un mando aliado unificado cada vez que lanza una misión.
* Estados Unidos tiene el mayor contingente. En Europa hay unos 79.000 militares norteamericanos desplegados, más de 48.000 de ellos en Alemania.
* Con el ingreso de Suecia, la alianza podrá contar con 50.000 soldados más, aproximadamente la mitad de ellos reservistas
* La misión fundacional de la Alianza fue contrarrestar la amenaza planteada por la Unión Soviética y afirmar el principio de defensa mutua de sus miembros. En la cumbre de Madrid (2002) adoptó un nuevo concepto estratégico, designando a Rusia como "la amenaza más grave para la seguridad euroatlántica".
* El núcleo de la OTAN es el artículo 5 de su tratado fundacional, que estipula que un ataque a un miembro se considera un ataque a todos. Hasta la fecha sólo se ha invocado una vez: en 2001, en una muestra de apoyo de los aliados a Estados Unidos, el día después de que fuera golpeado por los ataques del 11 de septiembre.