Las acciones de la petrolera estatal Petrobras se desplomaron este lunes, arrastrando al principal índice de la Bolsa de Sao Paulo a una caída de 3%, en el primer día de la presidencia de Luiz Inácio Lula da Silva.
Los papeles preferenciales de la petrolera cayeron 6,45%, mientras que los ordinarios perdieron 6,67% al cierre (21H18 GMT), en medio de una aversión al riesgo por parte de inversores ante las señales de un mayor intervencionismo del Estado en la economía durante el mandato del líder izquierdista, explicaron analistas.
El derrape de Petrobras, una empresa estatal de capital abierto, empujó una caída de 3,06% del principal índice de la Bolsa paulista, el IBovespa, en un día sin negociaciones en los principales mercados del planeta.
La reacción del mercado responde a varios factores, entre los que se cuentan la prórroga de una reducción de impuestos federales sobre los combustibles decidida por Lula, y la posibilidad de que la política de precios de la compañía sea modificada, dijo a la AFP Gilberto Braga, analista financiero y profesor del Ibmec en Rio de Janeiro.
"Hay una lectura del mercado de que habrá una injerencia cada vez mayor en las directrices de las compañías estatales, un retroceso respecto a una conducción más liberal", aseguró Braga.
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El senador Jean Paul Prates, indicado por Lula para presidir Petrobras, aseguró el viernes que la política de precios de la petrolera -que fija los valores de los combustibles en función de una paridad con el precio internacional del barril- cambiará.
Prates no dio detalles sobre qué fórmula alternativa maneja el nuevo gobierno, contribuyendo así, según el profesor del Ibmec, a un escenario de incertidumbre.
Además, en una de sus primeras decisiones de gobierno publicadas este lunes, Lula revocó los procesos de privatización de ocho estatales, entre ellas Petrobras y Correos, iniciados durante la administración de Jair Bolsonaro.
Durante la campaña, Lula, de 77 años, criticó las privatizaciones y advirtió que durante su administración no serían vendidas otras firmas estatales.
Es necesario "un análisis riguroso de los impactos de la privatización sobre el servicio público o sobre el mercado", argumentó.