La enfermera venezolana Chai Sánchez cumplió este jueves su tercer día de paro. En horas de la mañana, junto a sus compañeros, volvió a bloquear la avenida San Martín, en Caracas, justo frente a la Maternidad Concepción Palacios, donde trabaja desde hace doce meses.

Ella, junto con otros profesionales y diputados opositores, lleva tres días protestando para exigir salarios dignos e insumos en los hospitales. No obstante, en la noche de este jueves los manifestantes recibieron amenazas por parte de colectivos (grupos de civiles armados afectos al Gobierno), quienes dijeron que responderían "con plomo" si los enfermeros seguían con la protesta. 

Al respecto, los manifestantes respondieron: "Responsabilizamos al gobierno nacional de lo que pueda sucederle a la dirigencia y a los trabajadores de nuestro hospital". 

A sus 29 años, Sánchez lleva una década ejerciendo su profesión. Con orgullo dice que es enfermera tipo 2. Por esto es de las que más gana: a mediados de junio cobró 600.000 bolívares, luego de quince días de trabajo. “Ni siquiera para el transporte nos alcanza”, lamenta. Con su quincena solo puede adquirir una botella de agua potable o una golosina barata.

“Es muy poco lo que ganamos, la inflación nos come el salario y aparte no tenemos insumos para trabajar”, le contó Sánchez a la Agencia Anadolu, cerca del mediodía de este jueves. Desde octubre de 2017, el país en el que ejerce su profesión está en un proceso hiperinflacionario.

Sánchez y sus compañeros no son los únicos afectados. “Todos los trabajadores de la salud pasamos las mismas penurias que tiene el gremio de enfermería”, precisó la presidenta de la Federación de Colegios de Bioanalistas, Judith León.

Como ella, los representantes de otros gremios de salud acompañaron este jueves la protesta de Sánchez.

“Respaldamos la lucha de las enfermeras y a partir de hoy cada sector empieza a hacer consultas en sus gremios contra el hambre y por la vida”, informó el médico y diputado a la Asamblea Nacional (AN) venezolana, José Manuel Olivares, también desde la avenida San Martín.

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Aunque este jueves se sumaron formalmente al paro indefinido de Sánchez y sus colegas, la bioanalista aseguró que los centros de salud venezolanos llevan “muchos años” paralizados: “Esto es una política inducida por el Gobierno nacional (…). Es una política ya definida por el Gobierno, que es la destrucción del sistema nacional de salud”.

De acuerdo con datos suministrados por el presidente de la Federación Farmacéutica Venezolana (Fefarven), Freddy Ceballos, la escasez de insumos en el sistema privado de salud es de 85%, mientras que en el público supera el 90%.

“No tenemos medicamentos, estamos pagando con vidas (…). Esta es una situación crítica nunca vista en el país”, acotó Ceballos durante la protesta de este jueves en Caracas.

Los insumos, sin embargo, no son los únicos ausentes en los centros de salud venezolanos. Por ejemplo, el Hospital General Dr. José Ignacio Baldó, en la capital venezolana, no tiene energía eléctrica desde hace más de un mes.

“No es que estamos parados, nosotros no tenemos con qué trabajar. Si no tenemos con qué trabajar, es muy poco lo que se le puede ofrecer al paciente”, lamentó la pediatra de este centro de salud, Verónica Martínez. Por eso este jueves se trasladó hasta la Maternidad Concepción Palacios para sumarse a la protesta de los enfermeros.

El llamado de todos recae sobre el nuevo ministro para la Salud, Carlos Alvarado. Este lunes, el presidente Nicolás Maduro tomó la medida de sustituir al cuestionado Luis López para “avanzar en un sistema integrado de salud, que incluya desde la atención primaria hasta la distribución de medicamentos a la población”.

Alvarado, quien es un médico fisiatra, se convirtió en el octavo funcionario en asumir el despacho de Salud desde el 2013, año en el que Maduro llegó al poder en Venezuela.

“Ya se fue el ministro que no hablaba con nadie (Luis López), esperamos que el que llegó por lo menos dé respuestas”, dijo el secretario ejecutivo de la Federación de Trabajadores de la Salud (Fetrasalud), Pablo Zambrano, desde la avenida San Martín.

No muy lejos de él estaba la enfermera Sánchez, quien le aseguró a la Agencia Anadolu que se mantendrá en las calles hasta que Alvarado tome en cuenta el reclamo que iniciaron esta semana. Entre tanto, en los centros de salud como la Maternidad Concepción Palacios solo atenderán “estrictas emergencias”.

“Nuestros objetivos son la salud del pueblo venezolano (…). No somos guarimberos (nombre despectivo que les da el Gobierno a quienes trancan las calles), no somos ladrones (…). Somos defensores del derecho a la salud y la vida, y a una reivindicación justa y necesaria”, acotó la bioanalista León.

Además de los parlamentarios, otros profesionales respaldaron esta semana la lucha de los trabajadores de la salud. “No es un problema de los trabajadores de la salud, es un problema del país. Nos sentimos atropellados, burlados y perseguidos por el Gobierno”, aseguró la presidenta de la Confederación de Profesionales Universitarios de Venezuela, Olivia Zurita, desde las inmediaciones de la Maternidad Concepción Palacios, en Caracas.