UNA catástrofe ambiental de incalculables consecuencias no sólo en el ecosistema (marino y terrestre) sino en la salud de un vasto sector poblacional es lo que enfrentan las poblaciones costeras del sur de California desde el sábado por el vertido de medio millón de litros de petróleo que alcanzaron las playas.
Desde gruesos cordones plásticos o balizas hasta barreras de arena se han utilizado para detener la gigantesca mancha negra que a paso lento pero sostenido comenzó su viaje desde mar adentro, hasta la zona costera, cubriendo a hoy unas 3.400 hectáreas a lo largo de una vasta zona turística de ese estado norteamericano.
El origen del derrame no se ha podido determinar, ya que inicialmente se consideró una fuga en la extensa tubería (por fatiga del material) pero ayer se estudiaba la posibilidad que la misma fue causada por el ancla de un barco que chocó contra la infraestructura del oleoducto.
En total, 24 kilómetros de costa al sur de Los Ángeles fueron cerradas, desde Huntington Beach hasta Laguna Beach, y las autoridades también suspendieron la pesca en la zona afectada.
Aves y peces muertos, algunos con restos de crudo, aparecieron en las playas de Huntington Beach, conocida como “Surf City” y donde se respira un aire con “fuerte olor a betún”, según declararon sus habitantes muy impactados por ver el mar negro, al igual que las decenas de humedales que hay en la zona.
Las playas podrían permanecer cerradas "durante semanas o incluso meses", advirtió la alcaldesa Kim Carr, diciendo que temía un "potencial desastre ecológico" para la zona, al tiempo que agregó que desde el domingo se realiza la investigación para determinar el origen de la mancha negra que, previsiblemente, es una fuga en el extenso oleoducto de la plataforma de ultramar.
"Las consecuencias van más allá del petróleo que se puede ver y el olor que sufren los vecinos en este momento. El impacto sobre el medio ambiente es irreversible", sostuvo por su parte la Superintendente del Condado de Orange, Katrina Foley, agregando que “tenemos que identificar la causa del vertido y por el bien de nuestras ciudades, playas y hábitat ecológico debemos comprender cómo se pueden evitar estos incidentes".
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Se lamentó de que "nuestro hábitat natural que hemos pasado décadas construyendo y creando se ve dañado en un día".
Al igual que la alcaldesa, indicó que todo apunta a que el vertido procedería de Elly y que pro ello tanto los equipos de guardacostas como la Oficina de Prevención y Respuesta a Vertidos del Departamento de Pesca y Vida Salvaje de California y Beta Offshore, la petrolera dueña de la explotación petrolera realizan una minuciosa inspección con equipo de buzos en todo el trazado que comprende la misma. El derrame de 480.000 litros de crudo comenzó a filtrarse a primera hora del sábado desde un oleoducto conectado a una plataforma petrolífera en altamar, según las autoridades.
Las funcionarias advirtieron a los residentes que no toquen ni traten de salvar ninguna vida silvestre, sino que llamen a las autoridades locales para alertarlos sobre los animales afectados por la mancha negra.
El director general de Amplify Energy, la firma con sede en Texas que explota el oleoducto a través de su filial Beta Offshore reiteró que emitió una alerta a los guardacostas el sábado por la mañana cuando sus equipos detectaron una posible fuga.
La empresa envió un vehículo teledirigido para examinar "más de 2.400 metros de tubería (...) Vimos un punto que creemos que es muy probablemente la fuente" de la fuga, dijo Martyn Willsher, explicando que un equipo especializado de buzos debe comprobarlo. Sin embargo, aclaró que ninguna de las inspecciones anuales al oleoducto detectó una degradación.
Los guardacostas, que supervisan la operación de rescate, movilizaron numerosas embarcaciones de limpieza. Hasta la mañana de ayer habían logrado retirar unos 16.000 litros de petróleo del agua y desplegado 1.600 metros de barreras para contener la marea negra, un esfuerzo para mitigar, aunque mínimamente, su grave impacto ambiental.
Y aunque los derrames de petróleo han marcado a California durante décadas, hacía mucho tiempo que no se registraba uno y de la magnitud del actual. Ello revivió el debate sobre la urgencia de poner fin a las perforaciones petroleras en altamar y acelerar el paso hacia las llamadas energías limpias.
Alex Padilla, senador por California, volvió a levantar esa bandera de la transición energética y dijo que “hemos visto una y otra vez lo perjudiciales que son los vertidos de petróleo en alta mar para nuestros ecosistemas costeros, así como para nuestra economía. Tenemos el poder de prevenir futuros derrames".
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Por su parte, el representante demócrata, Alan Lowenthal, sostuvo que “este derrame de crudo es tan trágico como evitable", al tiempo que advirtió que “será devastador no sólo para nuestra fauna y ecosistema marinos, sino también para los medios de vida de nuestras comunidades costeras que subsisten en torno a la pesca, el turismo y el ocio".
Agregó que "mientras sigan existiendo estas plataformas y oleoductos, nuestras comunidades costeras seguirán amenazadas por posibles catástrofes como la que estamos viendo ahora".
A este se sumaron grupos de ambientalistas como el reconocido Sierra Club, que consideró que es inaplazable no sólo que dicho Estado sino todo el país una transición de las explotaciones petroleras "hacia un futuro energético más saludable, seguro, y limpio".
Mónica Embrey, directora de uno de los programas de este influyente grupo ecologista trinó: "¿Cuántos más de estos derrames tendremos que presenciar antes de que nuestros líderes electos comprendan que no existe una manera segura de extraer y transportar los combustibles fósiles?".
Mientras GreenPeace calificó esta situación de "inaceptable" y reiteró, su llamado de hace décadas, de “poner fin de la era del petróleo".
Los ecologistas han llamado repetidamente la atención sobre la antigüedad de algunas de estas instalaciones, que según ellos están oxidadas y mal mantenidas. Esa inquietud es compartida por las autoridades, que en una rueda de prensa alertaron del desastre ecológico por el peor derrame de crudo de California en las últimas tres décadas, que podría llevar años en limpiar la zona afectada.
La plataforma Elly fue construida en 1980 y es una de las 23 de perforación de perforación de petróleo y gas erigidas en aguas federales de California, según recordó Los Angeles Times, que comparó esta catástrofe ambiental con la ocurrida en 1969 en Santa Bárbara, donde en sus ennegrecidas playas se ‘inmortalizaron’ las imágenes de decenas de delfines muertos cubiertos de petróleo.
Desde esa fecha el Estado no ha otorgado ningún otro permiso para perforación petrolera, pero como su jurisdicción se extiende sólo tres millas mar adentro, ha sido el gobierno federal el que ha autorizado plataformas en ultramar para buscar el llamado oro negro. Es tal la cercanía a la costa que muchas de ellas se pueden divisar desde las playas.
Y así como se desconocen las causas de este desastre ambiental también lo son la magnitud y el impacto en el tiempo que tendrá, máxime porque el petróleo sigue expandiéndose hacia el sur y es posible que acelere su marcha por el viento y las corrientes marinas.
“Vamos a sufrir el impacto de este derrame de petróleo durante generaciones”, sostuvo el fiscal del distrito del condado de Orange, Todd Spitzer. Ese más que un sentimiento es la única certeza que por ahora se tiene y preocupa no sólo a los directamente afectados sino a todo Estados Unidos. /Redacción internacional con AFP