Diputados argentinos reiniciaron este viernes el debate del amplio paquete de reformas del presidente Javier Milei, tras dos jornadas maratónicas en el recinto y protestas afuera reprimidas por la policía con balas de goma y gases lacrimógenos.
"Fueron excesos", respondió uno de los líderes de la bancada oficialista, José Luis Espert, en rueda de prensa en la puerta del Congreso, consultado sobre el accionar de las fuerzas de seguridad que dejó un saldo de decenas de heridos, según comprobó la AFP.
Las autoridades no han brindado hasta ahora balances de los incidentes, antes de una tercera jornada con nuevas protestas convocadas.
Fuerzas de policía militarizada habían anticipado que aplicarían un protocolo de severas restricciones a los mitines callejeros, creado por Milei y su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
Los manifestantes y los periodistas fueron dispersados a balazos de goma, golpeados con bastones y agredidos con gas pimienta, hasta que los alrededores quedaron vacíos.
Al recibir noticias de que la policía reprimía, diputados de varios partidos de la oposición abandonaron el recinto para observar los hechos y apoyar a los manifestantes.
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La cámara discute una mega ley que incluye la concesión de superpoderes o facultades delegadas a Milei para que gobierne por decreto, disponga la venta de empresas públicas, contraiga deuda pública sin aval parlamentario y desregule toda la actividad económica, entre otras reformas de su ideario autodefinido como "anarcocapitalista".
La suma del poder público
El oficialismo tiene sólo 38 de 257 bancas pero cuenta con el apoyo de aliados de derecha, centroderecha y socialdemócratas para aprobar parte del proyecto de la denominada Ley Ómnibus, que incluye 300 reformas económicas y políticas del gobierno.
Durante la víspera, la oposición peronista y de izquierda centró sus críticas en las reformas propuestas del Código Penal, que contemplan la criminalización de las protestas callejeras y, sobre todo, en las "facultades delegadas", tras denunciar que implican "otorgar la suma del poder público".
"Hay que discutir a quién se le da facultades delegadas: ¿a un presidente que no cree en la democracia, que desconoce al Congreso, que acusó a los legisladores de cobrar coimas (sobornos)", se preguntó la diputada opositora Paula Penacca.
Estos son, también, algunos de los puntos que más caldean los ánimos de los manifestantes a las puertas del Congreso.
Milei busca una primera aprobación "en general" de la Ley Ómnibus, pero el resultado final dependerá de la votación "artículo por artículo" de la norma, que en las negociaciones perdió la mitad de su contenido.
La clave: votar cada artículo
La oposición anticipó que el proyecto sufrirá cambios y, de hecho, el texto definitivo se sigue negociando mientras se debate. Hasta la noche del jueves, los diputados aún no tenían una copia del texto definitivo.
"Aún no conocemos el texto de ley que se va votar", dijo el diputado opositor Daniel Arroyo en la puerta del Congreso en rueda de prensa.
La semana pasada, el gobierno retiró un "capítulo fiscal" muy cuestionado del proyecto, con el que buscaba asegurar el "déficit cero" en las cuentas del Estado, pero mantiene el pedido de tomar deuda externa sin pasar por el Congreso, como se exige actualmente.
El texto original de la Ley Ómnibus le aseguraba a Milei un recorte del gasto público de alrededor de 5% del PIB, que ahora promete alcanzar con otras medidas de ajuste.
Milei ya dictó un megadecreto que modifica centenares de normas y leyes, para revertir con amplias desregulaciones una crisis que mantiene a más del 45% de los argentinos en la pobreza, con una inflación anual de 211% en 2023.
Antes, el ultraliberal avanzó con una devaluación del peso de 50% y la liberación de todos los precios de la economía, lo que aceleró la inflación al 25,5% en diciembre.
Milei también reflotó el programa crediticio de 44.000 millones de dólares con el FMI, que elogió esos primeros ajustes pero pronosticó una recesión de 2,8% de la economía argentina en 2024.
El miércoles, el Fondo aprobó el desembolso de 4.700 millones de dólares -para pago de su propia deuda- en apoyo a las "medidas audaces" de Milei, aunque advirtió que "el camino hacia la estabilización será difícil".