La Corte Suprema de Estados Unidos determinó el martes que la deportación obligatoria de inmigrantes con condenas es inconstitucional, en un fallo que contó con el voto del magistrado nombrado por el presidente Donald Trump.
Es la primera vez que el juez conservador Neil Gorsuch se alinea con el ala más progresista del máximo tribunal de justicia del país.
Con su voto decisivo, la corte decidió por 5-4 a favor del inmigrante filipino James García Dimaya, con residencia permanente en el país y condenado por dos cargos de robo en California.
Las autoridades buscaban su expulsión en virtud de la ley migratoria federal, que requiere la deportación de cualquier no ciudadano condenado por delitos violentos.
García Dimaya argumentaba que el delito cometido era demasiado leve para caer en la categoría de violento.
Los jueces, de su lado, determinaron que la ley era vaga y podría prestarse a arbitrariedades.
La decisión -un revés para Trump, que llegó al poder con un fuerte discurso anti-inmigrantes- puede abrir la puerta para que otros como este filipino apelen órdenes de deportación.
Gorsuch, quien ingresó a la corte para sustituir al fallecido juez ultraconservador Antonin Scalia, ocupa un cargo vitalicio.
Es considerado un defensor de los valores republicanos, sobre todo en temas como aborto, porte de armas y religión.