"Creo que Bolsonaro no ganaría en primera vuelta" | El Nuevo Siglo
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Domingo, 7 de Octubre de 2018
Pablo Uribe Ruan

EL NUEVO SIGLO: ¿Usted cree que Jair Bolsonaro puede ganar en la primera vuelta, teniendo en cuenta su crecimiento en las encuestas?

FLAVIA BOZZA: Creo que Bolsonaro no ganaría en primera vuelta, pero está muy bien posicionado con 38% de los votos válidos. Entonces, tendría la posibilidad de entrar en una ola positiva conquistando más votos, porque las personas no les gusta perder su voto. Pero pienso, que teniendo en cuenta las condiciones de hoy, va ver segunda vuelta. Existen posibilidades de ganar en primera, pero la mayor probabilidad es que haya segunda vuelta.

Es importante decir que para que Bolsonaro gane en primera vuelta necesitaría haber conquistado 17 millones de votos en las últimas 48 horas, lo que parece improbable.

ENS: ¿Cómo define al candidato Bolsonaro? ¿Qué tan cierto es que representa una especie de ‘nostalgia de la dictadura’?

FB: Bolsonaro es un parlamentario que lleva 28 años en la política brasileña, pero se define en estas elecciones como un ‘outsider’. A las personas les gusta porque es un candidato antisistema. Tiene un perfil de militar, como usted dice. Es preocupante porque el candidato ha tenido varios discursos que demuestran su poco apego a las reglas democráticas. Por ejemplo, ha dicho que no va aceptar los resultados electorales si no es el vencedor. Esto es un problema porque nosotros ya conocemos esto. En las últimas elecciones, cuando la oposición no reconoció la victoria de Dilma Rousseff, desencadenó en un proceso de ilegitimidad en el Gobierno.

En Brasil, en la crisis en que estamos, sería muy importante que el próximo Presidente pudiese fortalecer los principios democráticos. Además, frente a la nostalgia por la dictadura lo que puedo decir es que en el país hay un proceso de dos vías frente a la relación con los procesos democráticos. Por un lado, hay un proceso por la democracia en un sentido difuso; por otro lado, hay una desconfianza en las instituciones. Hay un apoyo difuso, pero no práctico con la democracia.

El poco apego está muy ligado a la crisis económica. Es común que en períodos de crisis económicas haya una recepción menor frente a la democracia.

ENS: ¿Haddad es un candidato fuerte por sus propuestas o porque es el candidato de Lula?

FB: Pienso que es un candidato progresista que fue Ministro de Educación de Lula. Es un candidato que no es de gran peso en el Partido de los Trabajadores, pero después de ser Ministro y después de ser Alcalde de Sao Paulo, ganó respeto. En Sao Paulo dudan de si su gobierno fue bueno o no. El PT lo que quiso con su nominación fue una candidatura moderada y menos radical de extrema izquierda.

Haddad cumple ese perfil. La relevancia electoral que tiene hoy es por ser el candidato de Lula, sin duda. Las encuestas, antes de ser escogido como el candidato del expresidente, lo ponían muy abajo, con 2%. Después de ser elegido, ha tenido un crecimiento porcentual grande de 1% diario o cosa parecida. Su fuerza electoral es porque es el candidato de Lula, pero también porque es del PT, un partido que tiene una militancia muy fuerte que no se encuentra en otro partido brasileño.

ENS: ¿La economía es el primer factor que explica el panorama electoral en Brasil o hay otras razones, como las investigaciones contra la clase política?

FB: Los dos temas no son excluyentes, es un poco de cada cosa. La crisis económica está muy insatisfecha con la situación en Brasil. La literatura de la Ciencia Política nos muestra que la corrupción por sí sola no tumba a los presidentes. Para que se caiga, debe haber la unión de escándalos de corrupción, por un lado, y crisis económica, por el otro, que llevan a la gente a las calles para exigir la renuncia de los presidentes.

Este fue el escenario que llevó a que se cayera el gobierno de Dilma: corrupción, crisis económica y falta de apoyo en el Congreso, porque no tenía una mayoría para tener gobernabilidad.

Las pruebas de condena contra Lula, por otro lado, no son legitimadas por parte de la población. 54% de la población no ven el encarcelamiento del expresidente como injusta. No hay pruebas muy claras de lo que pasó exactamente. No hay ningún crimen de compra de parlamentario por parte de Dilma. Lo que hubo fue una cuestión de créditos del gobierno, de “pedales fiscales”. Esto fue percibido como un crimen de responsabilidad, pero ha sido cometido por otros presidentes.

Todo esto generó un ambiente muy extraño para gran parte de la población. Por un lado, los electores han percibido que existe una corrupción endémica, pero esta disminuyó su importancia por el tema económico, principalmente porque el Gobierno que asumió tuvo unas medidas muy impopulares que beneficiaban a los sectores más cómodos.

ENS: ¿Cuántas personas votan en Brasil? y ¿el porcentaje de abstención?

FB: Nosotros tenemos 147 millones de potencial electoral. La abstención en la última elección presidencial fue 19%, pero tiende a girar en torno al 20%.

ENS: Es cierto que ¿son las elecciones más difíciles de la reciente historia democrática de Brasil? O, ¿es más una construcción de los medios y la polarización?

FB: Ciertamente lo son para los analistas, para los políticos y, principalmente, para los electores. Hay un proceso de desgaste de los electores en la manera cómo ven a los partidos políticos. Las personas están muy cansadas de no sentirse parte de una agenda de gobierno y acaban buscando un ‘salvador de la patria’.

Estamos en un momento de mucha inestabilidad, muy difícil.