El gobierno de Cuba expresó el martes su "rechazo categórico" a la presencia "provocadora" la semana pasada de un submarino de propulsión nuclear estadounidense en la base naval norteamericana de Guantánamo en el este de la isla.
La cancillería cubana "rechaza categóricamente el ingreso en la bahía de Guantánamo, el 5 de julio de 2023, de un submarino de propulsión nuclear que permaneció hasta el 8 de julio en la base militar estadounidense", dijo la dependencia en un comunicado.
El ministerio consideró que se trata de una "escalada provocadora de Estados Unidos, cuyos motivos políticos o estratégicos se desconocen".
Advirtió además sobre el "peligro que entraña la presencia y circulación de submarinos nucleares" cerca de la región del Caribe.
Preguntado este martes en Washington sobre la denuncia de Cuba, el vocero del Departamento de Estado, Matthew Miller, se limitó a reiterar una posición expresada el lunes sobre el tema por el Pentágono: "seguiremos volando y navegando y moviendo activos militares donde sea apropiado hacerlo según el derecho internacional".
La denuncia ocurre tras el acercamiento político de últimos meses entre La Habana y Moscú, y un reciente anuncio de desarrollar proyectos conjuntos en varios ámbitos, incluido el "campo técnico-militar".
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También se produce luego de que Washington dijera que China ha estado operando una unidad de espionaje en Cuba durante años y que la actualizó en 2019, lo que fue desmentido por el gobierno de la isla.
Precisamente, este martes arribó al puerto de La Habana el buque escuela Perekop, de la armada de Rusia, para "una visita oficial" que se extenderá hasta el próximo jueves, según la televisión cubana.
En octubre de 1962 el mundo vivió un momento de máxima tensión, después que Estados Unidos denunciara la presencia de misiles atómicos en Cuba, instalados por la Unión Soviética.
Washington impuso entonces un bloqueo total contra la isla, que se tradujo en severas sanciones económicas, vigentes hasta el día de hoy.
Cuba ha exigido reiteradamente la devolución de los 117 kilómetros donde se encuentra la base, tomados por Estados Unidos desde 1898, después de su guerra de independencia contra España.
Desde 2002 Estados Unidos ha utilizado la base de Guantánamo como una cárcel para detenidos de la "guerra contra el terrorismo" que libró tras los atentados de septiembre de 2001.