El jefe de Estado, Raúl Castro, dejará la presidencia cubana y analistas aseguran que el país no abandonará sus actuales estructurales sociales y de poder
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El próximo miércoles en Cuba se vivirá un día histórico. El país centroamericano tendrá un su jefatura de Estado a un hombre sin el apellido Castro por primera vez en 59 años.
Raúl Castro dejará su cargo como presidente de Cuba cuando la Asamblea Nacional elija a un nuevo Consejo de Estado que se especula será liderado por el actual vicepresidente, Miguel Díaz-Canel.
El más probable sucesor de los hermanos, Fidel y Raúl Castro, representa a la nueva generación de la revolución y fue elegido por los viejos rostros del poder en Cuba. El cambio de mando será nominal y no provocará grandes transformaciones en el corto plazo, según aseguraron analistas consultados por la Agencia Anadolu.
La directora ejecutiva y abogada de la organización defensora de derechos humanos Cubalex, Laritza Diversent, afirmó que el cambio de dirigencia no se traducirá en transformaciones para Cuba porque las estructuras de poder y control social están intactas.
“No tiene sentido negar que será un cambio, sin embargo no es fundamental. La elección de la jefatura del Estado sigue estando aún en la mano de la cúpula política que encabeza y dirige la familia Castro. No hay porque negar que es la de más poder dentro de Cuba”, aseveró Diversent.
La defensora detalló que es posible que Díaz-Canel no tenga la misma capacidad de gobernar y el poder que tuvieron los hermanos Castro. Sostuvo que la continuidad de Raúl Castro como primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC) y sus más cercanos aliados desde el golpe al Gobierno de Fulgencio Batista en 1959, entre los que se encuentra una junta de militares, controlará e influirá cada movimiento y decisión del nuevo presidente.
La abogada indicó que Díaz-Canel llegará a la presidencia de Cuba sin el respaldo del voto de la población y solo por la decisión de la cúpula de militares invisibles para la comunidad internacional y aliados históricos de los hermanos Castro.
“Díaz-Canel repetirá el mismo discurso de quienes lo colocaron en el puesto, sin separarse una coma, pero con un poco de más elegancia en la oratoria. Es un cambio fresco de imagen proyectada a la comunidad internacional. Adentro, todos sabemos quienes mandan”, manifestó Diversent.
La salida de Raúl Castro se debe a no le gusta las formalidades que implican ejercer como Jefe de Estado y de Gobierno, en especial en compromisos internacionales, según la abogada.
“Raúl Castro siempre estuvo a la sombra de su hermano. Nunca desarrolló una carrera política, no tiene oratoria y es muy torpe al hablar, incluso diría que tímido. No es egocéntrico, hay que reconocerlo. No le gustan mucho las cámaras. No está acostumbrado a tratar con la prensa internacional. Es pura comodidad. Él no tiene ninguna intención de ceder su posición dentro de las estructuras del poder”, aseveró Diversent.
Giovanni Efraín Reyes, investigador y profesor titular de la escuela de administración de la Universidad del Rosario de Colombia, coincidió con Diversent en que el cambio es solo nominal y que Cuba seguirá son su misma tendencia política y económica.
Reyes consideró que el retiro de Raúl Castro de la jefatura de Estado en Cuba debe entenderse como un cambio generacional que en un corto plazo no generará transformaciones.
“Hay especulaciones sobre el futuro económico de Cuba y se tienen conjeturas de que optará por un modelo como el de China. Pero, en la condición que está no creo que se vaya a arriesgar a hacer muchos experimentos”, afirmó el investigador.
El experto manifestó que Cuba optaría por mayores aperturas si la relación con Estados Unidos fuera la que se tenía en el Gobierno de Barack Obama. “La política con Donald Trump es un dado en el aire. Nadie sabe que tuit va a lanzar a las 3 de la mañana”, sostuvo.
Reyes también indicó que Raúl Castro mantendrá el poder en Cuba junto con los militares y que la comunidad internacional estará a la expectativa del contenido real del nuevo Gobierno.
Mauricio Jaramillo Jassir, investigador y exasesor de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), resaltó que el relevo generacional en Cuba se aprobó desde el último congreso del PCC y que los cambios políticos y económicos bajo el Gobierno del sucesor de los hermanos Castro dependerá de las Fuerza Armadas Revolucionarias, es decir de los militares.
“En Cuba todo el control lo tienen las fuerzas militares, el PCC y el Consejo de Estado y es una estructura rígida que no veo posible que se cambie. Va a haber un cambio generacional pero a veces los más jóvenes son los más radicales”, aseveró Jaramillo.
El analista detalló que en el plano internacional es probable que la isla busque mantener una relación diplomática con Estados Unidos y que con Venezuela habrá una continuidad en la colaboración bilateral.
Jaramillo consideró que si bien el poder recaerá en los militares y el PCC, la figura de Raúl Castro perderá influencia ante los cambios en el Consejo de Estado que será nombrado el próximo miércoles. “Me parece que su influencia está sobredimensionada en el exterior”, sostuvo.
El sucesor de Raúl Castro será nombrado por los diputados elegidos el pasado 11 de marzo. La ley electoral en la isla no permite la participación en las elecciones de ningún partido político, pero les da funciones en el proceso electoral a las organizaciones de masas, lideradas por el PCC y funcionarios del Estado.
El 95% de los diputados electos al Parlamento en las últimas elecciones son miembros del PCC.
El sistema de elección en Cuba permite que cada cinco años se presenten elecciones tanto presidenciales como de los diputados integrantes de la Asamblea Nacional. Raúl Castro estableció que un mandatario podría durar en el poder por un máximo de dos períodos y luego de 10 años dejará el cargo que recibió de su hermano Fidel.