Del ‘teniente España’ a ‘Fito’: narcohistoria de Los Choneros | El Nuevo Siglo
Esta es la foto más reciente que se conoce de "Fito!", el líder de Los Choneros./Archivo AFP
Sábado, 13 de Enero de 2024
Redacción internacional con Insight Crime

JORGE Bismarck Véliz España fue un hombre de grandes ambiciones criado en Puerto Arturo, sector de la población ecuatoriana de Chone, un dinámico centro de comercio de ganaderos y agricultores. En los noventa, este hombre ganó fama de narco que no vacilaba en echar mano de la violencia para lograr sus objetivos y su reputación le valió el alias de “Teniente España”, o simplemente “El Chonero”.

Para el 2000, Véliz España se trasladó a Manta, la ciudad más grande de la provincia de Manabí, persiguiendo una oportunidad: controlar el flujo constante de cocaína que procedía de Colombia. Así unió a las pequeñas bandas para fundar su grupo criminal: Los Choneros, los que rápidamente se consolidaron, expandieron y sembraron el terror en todo el país. Ese auge, pero también su caída fue una saga de alianzas oportunistas y viejas rencillas, una de las cuales le costó la vida al Teniente España.

El primer obstáculo para establecer su negocio en Manta fue la banda de los Queseros, con lo que mantuvieron una cruenta guerra. Pero Los Choneros tomaron ventaja gracias a las amistades correctas, como la que establecieron con el mayor narcotraficante de Ecuador, Washington Prado Álava, alias “Gerald”, quien tenía su residencia en Manabí.

Gerald tenía una historia parecida a la de Veliz España. Según una investigación de InSight Crime, se inició como conductor de lanchas rápidas que sacaban cocaína de Ecuador antes de construir un imperio sobre el tráfico de drogas con centro en Manabí. En la cúspide de su poder, Gerald enviaba tres o cuatro lanchas semanales, cada una cargada hasta con una tonelada de cocaína.

Sin embargo, Veliz España no viviría para llevar a los Choneros a esta nueva etapa. La disputa territorial con Los Queseros puso un blanco sobre su espalda. En 2005, sobrevivió a un intento de homicidio en el que murió su esposa y salió herido uno de sus hijos. Dos años después fue acribillado cerca de Quito.

Su reemplazo fue Jorge Luis Zambrano González, alias “Rasquiña” y Los Choneros se convirtieron en un grupo a las órdenes de Gerald, encargado de la protección de sus cargamentos desde la frontera con Colombia y en todo Ecuador.

La relación entre los Choneros y Gerald se debió en gran medida al éxito de un antiguo miembro de la banda, José Adolfo Macías Villamar, alias Fito, quien fue capturado en 2011 y siguió manejando sus actividades delictivas desde la prisión. Este acuerdo duró hasta que Fito, junto con un capitán de la policía y su esposa, trazaron un plan derrocar a su “jefe”. Le entregaron a Gerald información falsa que aseguraba que un obrero de la construcción había robado millones de dólares de las casas seguras del capo. El obrero fue brutalmente asesinado y el trío se aseguró de que la policía prestara atención al caso.

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El caso puso al descubierto el alcance del imperio narcotraficante de Gerald, que supuestamente llegó a trasegar unas 250 toneladas de cocaína por Ecuador y el exterior. Lo arrestaron en abril de 2017 en Colombia y lo extraditaron a Estados Unidos en 2018, donde se encuentra purgando una pena de 19 años de prisión.

Así, Los Choneros asumieron el mando y tras una seguidilla de asesinatos, Rasquiña resurgió como líder, con Fito como segundo a bordo, pese a estar pagando 34 años por una cadena de crímenes. El tercero al mando era Junior Roldán, alias “JR”, también en la cárcel desde 2010.

A este temido trío la prisión no les impidió crecer. Además de controlar desde allí sus operaciones de narcotráfico, se extendieron a la extorsión, los asesinatos a sueldo y el contrabando. Su poder se concentraba en tres de las mayores prisiones del país: la Penitenciaría Litoral en Guayaquil, donde Fito estaba privado de la libertad; en el Centro de Rehabilitación Turi, en Cuenca, donde se encontraba Roldán; y en la prisión de Latacunga, donde se encontraba Rasquiña.

Pronto surgieron bandas leales a los Choneros en diferentes prisiones, las cuales ayudaron a controlar el narcotráfico en los alrededores. La más exitosa de esas fueron los Tiguerones -asentados en la provincia de Esmeraldas- y los Chone Killers, que se posicionaron como el brazo armado de Los Choneros. Esta rápida expansión generó conflictos con otras bandas carcelarias, como los Cubanos y los Lagartos. La violencia en las prisiones se acentuó, pero en el exterior la situación fue más explosiva. En junio de 2020 Rasquiña fue liberado y en cuestión de meses fue asesinado en un centro comercial. Algunos medios y reportes de policía apuntaron a una conspiración interna liderada por Fito y JR.

 En febrero de 2021 varias reyertas en las prisiones de Litoral, Cuenca y Lacatunga dejaron no sólo 79 presos muertos, sino que volvió enemigos a los Chone Killers y los Tiguerones. Por la misma época, la banda Los Lobos se alió con otras (se asegura que mexicanas) para despojar Los Choneros de valiosas rutas de narcotráfico.  Y, JR, creó su propia estructura: Los Águilas.

“Con Rasquiña muerto, cada comandante reclamó su liderazgo, envalentonados por el respaldo de las bandas mexicanas. Es ahí donde inicia la guerra”, señalaron expertos en el tema a Insight Crime, destacando que esa ha sido el principal detonante de los aumentos en las tasas de homicidios en el país andino.

Los Choneros fueron desterrados en su mayoría de Guayaquil y de otros sectores, aunque siguen siendo fuertes en su lugar natal de Manabí. Su liderazgo se vio aún más debilitado tras la muerte a tiros de Roldán en Colombia, en mayo pasado, lo que convirtió al encarcelado Fito en el líder. Estuvo en prisión hasta el pasado domingo cuando se fugó porque, según dijo el viernes, en un mensaje por redes sociales “iban a matarlo”. En el mismo pidió al presidente Noboa garantías para entregarse, mientras en Guayaquil, militares y policías mantienen la operación rastrillo para dar con su paradero, aunque el comandante de las FF.MM. de Ecuador no descarta que el jefe narco haya ingresado a Colombia.

Fito es ahora el fugitivo más peligroso de Ecuador y se le responsabiliza de la violencia narco que estalló este martes, por lo que el presidente Noboa declaró el estado de excepción y el toque de queda. /