El partido demócrata estadounidense presentó una demanda contra altos responsables del equipo de campaña de Donald Trump, Rusia y WikiLeaks acusándoles de haber conspirado para inclinar los resultados de las elecciones presidenciales de 2016 a favor del actual mandatario.
Esta demanda civil, presentada por el Comité Nacional Demócrata (DNC) en un tribunal federal en Manhattan, acusa a Rusia de haber informado al equipo de campaña de Trump de que había efectuado un ataque informático contra el DNC, lo que habría conducido a la revelación de informaciones perjudiciales para la rival de Trump, la demócrata Hillary Clinton.
La demanda asegura que un consejero cercano a Trump, Roger Stone, parecía tener "un conocimiento avanzado" de ciertos proyectos del grupo Wikileaks para difundir parte de esas informaciones, participando así en lo que el texto califica de vasto complot para influenciar las elecciones.
Apunta al equipo de campaña de Donald Trump, entre ellos altos responsables como Paul Manafort, a su hijo Donald Trump Jr, a su yerno Jared Kushner, al gobierno ruso (incluida su agencia de inteligencia militar), a Wikileaks y a su fundador Julian Assange.
La presidenta del partido republicano Ronna McDaniel calificó la demanda de "un último esfuerzo desesperado por parte de un partido en la ruina, que sigue tratando de hacer frente al hecho de que su candidata perdió las elecciones de 2016".
Trump, por su parte, tuiteó que la acción de los demócratas "puede ser una buena noticia en cuanto que podemos rebatirla".
"Acto de traición"
"Durante la campaña presidencial de 2016, Rusia lanzó un ataque contra nuestra democracia, y encontró en el equipo de campaña de Donald Trump un socio activo y entusiasta", señaló en un comunicado el presidente del DNC, Tom Perez.
"Fue un acto de traición sin precedente: el equipo de campaña de un candidato a la presidencia de Estados Unidos vinculado a una potencia extranjera hostil para multiplicar sus posibilidades de lograr la presidencia", denunció.
La demanda se presenta en un momento en el que Trump enfrenta una nueva tormenta: el FBI allanó recientemente las oficinas de su abogado personal Michael Cohen, y el exdirector del FBI, James Comey, acaba de publicar un libro en el que afirma que el presidente estaba obsesionado con la investigación sobre una injerencia rusa.
El fiscal especial Robert Mueller está encargado de determinar si hubo colusión entre el equipo de campaña del mandatario y Rusia durante las elecciones presidenciales de 2016.
"NO hubo COLUSIÓN", tuiteó recientemente el presidente estadounidense, que en varias ocasiones ha negado ese tipo de contactos entre los responsables de su campaña y Rusia.
La demanda expone una cronología detallada de hechos que ya son conocidos porque han sido objeto de artículos de prensa o por procesos judiciales. Entre ellos se encuentra una reunión en junio de 2016 en la torre Trump en Nueva York de los miembros del equipo de Donald Trump con un abogado ruso, y una serie de correos electrónicos y mensajes que confirman, según los demócratas, el vínculo entre Rusia y el equipo de campaña de Trump.
La demanda detalla además el presunto rol en este asunto de Paul Manafort, exdirector de campaña de Trump inculpado de doce cargos, entre ellos complot contra Estados Unidos, blanqueo, falsas declaraciones y no haber declarado cuentas en el extranjero.
Además precisa la participación de un antiguo consejero de campaña del presidente estadounidense, George Papadopoulos, que admitió haber tenido varios contactos con los rusos y haber tratado de organizar un viaje del mandatario a Moscú.
No es seguro, sin embargo, que la demanda desemboque en acciones legales, ya que muchos países se benefician de inmunidad en el caso de procedimientos judiciales entablados en Estados Unidos.