Ecuador despidió a periodistas asesinados por 'Guacho' | El Nuevo Siglo
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Viernes, 29 de Junio de 2018
Agencia Anadolu

Cientos de personas despidieron al conductor Efraín Segarra, el periodista Javier Ortega y el fotógrafo Paúl Rivas, los tres miembros del equipo periodístico ecuatoriano de El Comercio, secuestrados en marzo pasado y posteriormente asesinados por una disidencia de las desmovilizadas Farc.

A la misa, que empezó pasadas las 10:00 a.m. (hora local) y que se realizó en la iglesia La Dolorosa, una capilla del norte de Quito, asistieron familiares, amigos, colegas, estudiantes de comunicación social y ciudadanos del común.

Además, estuvieron presentes autoridades del Gobierno, como el canciller José Valencia; el presidente del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (Cpccs) transitorio, Julio César Trujillo; y las asambleístas María Mercedes Cuesta y Paola Vintimilla.

El acto religioso estuvo presidido por el presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana y obispo de la diócesis de Esmeraldas, Eugenio Arellano, quien hizo referencia a la situación de violencia en la frontera del país con Colombia.

El sacerdote hizo un llamado a superar esa situación en la zona invirtiendo en educación, desarrollo y calidad de vida.

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En el templo, en medio de los ramos de flores, se pusieron tres pancartas con la imagen de Efraín, Javier y Paúl, así como un cartel con la frase: “#NadieSeCansa. Por un país de paz”.

“Para nosotros es importante que vuelvan a casa, que estén con nosotros y que hayan salido de ese lugar donde debieron haber sufrido mucho”, dijo Cristian Segarra, hijo de Efraín, en declaraciones al diario El Telégrafo. El joven abogó por el paradero de la pareja que también fue secuestrada en abril y de la que no se conoce aún su paradero, Óscar Villacís y Katty Velasco.

Otros familiares insistieron en la búsqueda de la verdad. Yadira Aguagallo, pareja de Paúl, señaló que el mejor homenaje es insistir en “la verdad y el establecimiento de la justicia en todos los niveles”.

“Tenemos indignación por este cobarde asesinato y también por las inacciones”, declaró Ricardo Rivas, hermano de Paúl, al mismo medio.

Tras 93 días desde que se conoció su secuestro, varios actos en su honor y una misa masiva en la víspera, los cuerpos de los tres hombres fueron trasladados hasta la funeraria Memorial Necrópoli, al norte de la capital ecuatoriana, donde se les dio sepultura.