El hecho de que ya lleva dos años al mando del gobierno italiano dice muchas cosas de Giorgia Meloni (1977). La mayoría de sus antecesores, salvo Silvio Berlusconi y Matteo Renzi, terminaron en menos de 18 meses sus mandatos, vapuleados por una clase política acostumbrada a romper mayorías parlamentarias cada año.
Confiada de que ese no iba a ser su destino, Meloni ha cumplido dos años en el cargo esta semana sin problemas dentro de su coalición de gobierno. “Nunca hubo tanto empleo, tantos contratos indefinidos ni tantas mujeres trabajando”, dijo, en un vídeo de dos minutos grabado desde Roma. “He devuelto a Italia al centro de la escena internacional”.
Las encuestas le dan un índice de aprobación del 46,1%, un descenso de solo 0,5% con respecto a octubre del año pasado cuando obtuvo un 46,6%, según la empresa “Vis Factor”.
Localismo reformista
Hace dos años, la mayoría de los europeos vieron con malos ojos la llegada de Meloni, quien en sus inicios políticos había pertenecido a las juventudes “neofascistas” de los barrios populares de Roma y reiteradamente criticaba a la Unión Europa, a las minorías y al modelo de estado de bienestar italiano.
Sin embargo, Meloni ha mostrado una faceta distinta a la que pintaron sus críticos. No se la ha pasado defendiendo a Benito Mussolini, cortado relaciones con Bruselas (sede la UE) ni mucho menos ha echado por la borda el modelo de bienestar italiano. En vez de dar estas peleas, la actitud de la líder de los “Hermanos de Italia” ha sido enfocarse en reformar las paquidérmicas instituciones italianas y buscar la manera de que la economía vuelva a crecer -sí, lleva años estancada-.
En el cargo desde el 26 de septiembre de 2022, una de las primeras medidas que tomó Meloni fue eliminar la “Renta de la Ciudadanía” o “Superbono”, un subsidio universal decretado en 2020 que generaba una contracción en el mercado laboral italiano, estancado por varias décadas. Eliminado el subsidio, Meloni introdujo incentivos para la contratación indefinida como el hipercompromiso del 120% que aceleró la creación de más puestos de trabajo.
Italia, conocida en Europa por tener unas de las tasas más altas de desempleo con España y Grecia, ha logrado más de 830.000 nuevos empleos en los últimos dos años, mientras que el desempleo se encuentra en la cifra más baja registrada desde 2007, 6,2%, un número que en el caso del desempleo juvenil ha descendido al 18%. Estas positivas cifras también se registran en el caso de las mujeres, cuya tasa de empleo subió al 53%, apalancada por la renta de libertad que ha buscado incentivar la natalidad por medio de un subsidio dirigido a las familias.
La dinámica del mercado laboral se debe a un crecimiento económico sostenido, aunque no exento de riesgos por un incremento de la deuda pública. En los tres trimestres de este año, el PIB italiano ha superado en cuatro puntos porcentuales su nivel precovid, teniendo un mejor comportamiento que economías como las de Francia, Alemania o España. Todo esto a costa de una ampliación del déficit público. La calificadora crediticia, Fitch, calcula que el país la deuda pública podría superar el 140% del PIB para 2027 de no hacer una corrección en las finanzas públicas.
Con la economía en marcha, Meloni tampoco ha dejado de lado su agenda en contra del aborto y la maternidad subrogada, con un proyecto ley aprobado por el Senado este mes que castiga con multas y penas de cárcel a las familias que tengan hijos recurriendo al vientre de alquiler o maternidad subrogada en el extranjero, una práctica prohibida en Italia desde 2004, pero que ahora ha sido declarada como un “delito universal”.
Migración y seguridad
Elegida por su postura clara frente a la migración y la seguridad de Italia y Europa, Meloni también se ha enfocado en tomar medidas contra la migración ilegal con o sin el consenso de la Unión Europea. No solo en Italia, sino en toda Europa, la migración se ha convertido en la principal preocupación de los ciudadanos, y muchos países buscan que Bruselas adopte medidas más duras contra ella.
La política italiana ya ha decidido actuar sin la autorización de la UE, enviando 16 migrantes desde Italia hacia un centro de detención recién inaugurado en Albania, un país por fuera del bloque de la UE que ha firmado un acuerdo de externalización de migrantes en el que Italia paga a Albania una cantidad de dinero a cambio de que este reciba los migrantes ilegales.
Esta medida ha contado con el apoyo de 16 países de la Unión Europea, que liderados por Meloni se han reunido con la presidenta de la Comisión Europa, Úrsula Von Der Leyen, para negociar un plan estructural de externalización de migrantes con “terceros países seguros”. En 2015, varios países firmaron este tipo de acuerdos con países del Magreb, entre ellos Túnez y Marruecos.
La aprobación de este tipo de medidas se da en el marco de un Parlamento Europeo que hoy está más ubicado hacia la derecha. La postura de Meloni representa el equilibrio entre la derecha dura de Víctor Orbán y Marine Le Pen, y la centroderecha de la comisionada Von Der Leyen. En ese sentido, Meloni, vista como una neofascista por sus pares europeos al principio, hoy parece ser la clave para que la Unión Europea tome acciones contra la migración sin caer en políticas anti migratorias como las que propone Orbán.
Eje con EE. UU. (de Trump)
Una foto recorrió fugazmente las redes sociales. En ella salía Giorgia Meloni hablando con Elon Musk, el dueño de Tesla, en la entrega de los “Global Citizen Awards” que concede el centro de pensamiento “Atlantic Council”. En Europa, muchos creen que Meloni es la única líder europea que hoy empatiza con el Estados Unidos de Donald Trump y Elon Musk, el cual, de acuerdo a las encuestas, es el que tiene más chance de ganar en las presidenciales del próximo 5 de noviembre.
La proximidad con Donald Trump podría convertir a Meloni en el eje de la relación entre el escéptico político norteamericano y la OTAN, en medio de una creciente angustia en Europa por el enfoque aislacionista del republicano y su desinterés en seguir apoyando a Europa y, particularmente, a Ucrania.
“Meloni mostró un fuerte atlantismo y apoyó a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), liderada por Estados Unidos, a favor de Kiev y en contra del presidente ruso Vladimir Putin, destacando en comparación con sus contemporáneos de extrema derecha. Meloni incluso demostró ser útil para el establishment de la UE cuando convenció al presidente húngaro, Víctor Orbán, para que firmara un paquete de ayuda a Ucrania en febrero”, escribe el diario digital, “La Voce del Patriota”.
Italia atraviesa una transformación política, económica y social precedida por una jefa de Gobierno que se está convirtiendo en el mayor referente de una Europa con liderazgos desgastados como el de Emmanuel Macron.
*Analista y consultor. MPhil en Universidad de Oxford.