AUNQUE es diferente en varios aspectos frente a las votaciones de Iowa, la segunda parada en la carrera por la nominación presidencial republicana en New Hamsphire tiene la misma tendencia: un contundente apoyo al expresidente Donald Trump.
Así lo reflejan las encuestas que a diario se realizan en Estados Unidos en época electoral y todas coinciden en que el líder de los conservadores lograría una segunda victoria en línea en tan solo una semana.
En Iowa, el estado de medio oeste norteamericano, los participantes en los caucus (asambleas) dieron un férreo espaldarazo a Trump (51%), una ventaja de 30 puntos sobre el gobernador de Florida, Ron De Santis y un poco más frente a su exembajadora en Naciones Unidas, Nikki Haley. Para las primarias de este martes en el estado fronterizo con Canadá, todos los sondeos indican que el expresidente volvería a superar el 50% de la votación –e inclusive aumentaría ese porcentaje -y que en segundo lugar se encasillaría la única mujer en esta contienda, relegando y por amplio margen, a De Santis.
Las encuestas de los últimos tres días, según compila el portal Realclear Politics, dan una ventaja de entre 14 y 17 puntos porcentuales a Trump, así: Boston Globe, 52% de intención de voto para el exmandatario, 35% para Haley y 6% para De Santis y San Anselmo (52%, 38% y 6%, respectivamente).
Otros sondeos que han indagado sobre quien cree que será el ‘elegido’ por los republicanos para volver a la Casa Blanca, tras surtirse todo el proceso de las primarias, dan un resultado contundente a favor de Trump. Los entrevistados por Harvard-Harris creen que será Trump (71%), De Santis (10%) y Haley 9%, mientras que en la de Morning Consulting esos guarismos son, en su orden, 73%, 14% y 12%.
A diferencia de donde se dio la largada en esta carrera por la candidatura presidencial, en New Hamsphire puede participar cualquier persona, no es requisito ser militante republicano y, de allí, que seguramente en una estratégica jugada política sus detractores demócratas voten en su contra apoyando a Haley.
Con un Trump encumbrado electoralmente y paralelamente enfrentando cuatro acusaciones penales que, contrario a lo que creía la oposición demócrata no han minado su apoyo político, Haley se esfuerza al máximo para esta cita en New Hampshire, con el sueño de dar un ‘batacazo’ que, aunque difícil no es imposible si logra, como lo hizo John Mcain en las campañas de 2000 y 2008, atraer suficientes independientes para dar la sorpresa.
En la contienda de este martes hay mucho en juego: ningún demócrata o republicano ha perdido nunca la nominación de su partido tras ganar en los dos estados de apertura.
Algunos expertos no obstante estiman que es demasiado pronto para dar por derrotados a DeSantis o Haley, esta última evidenciando, según las encuestas, un notorio repunte justo un mes antes de que se celebren las primarias en su estado natal de Carolina del Sur.
New Hampshire es "una de las llamadas primarias abiertas, lo que significa que incluso los independientes pueden votar", recalca el consultor político Louis Perron. "Es un terreno mucho más amigo para Nikki Haley, así que tiene que tener buen resultado".
Perron estima además que Iowa es un estado desproporcionadamente blanco, religioso y muy conservador y que una fuerte nevada limitó la participación.
Henry Olsen, investigador del conservador Centro de Ética y Políticas Públicas, considera que las perspectivas de Haley dependen de que se sitúe "a menos de 10" puntos de Trump en New Hampshire y de que gane Carolina del Sur.
"Un segundo puesto o una victoria en New Hampshire podría permitirle argumentar que es la alternativa más viable a Trump", añadió Tim Hagle, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Iowa. "Pero aun así necesitaría un buen resultado en Carolina del Sur y más allá".
Tras imponerse en Iowa, el presidente dijo que “es verdaderamente el momento de que nuestro país se una". Gran parte de los medios de comunicación estadounidenses parecieron darle la razón. El Washington Post escribió que Iowa había seguido un "guion preescrito" y Político predijo que Trump "podría casi terminar las primarias la próxima semana en New Hampshire".
Aún si Haley quedase en un segundo lugar en ese estado fronterizo con Canadá, para la siguiente parada que es Nevada, Trump también le saca amplia ventaja según los sondeos, al igual que en la tierra natal de la exembajadora, que será la cuarta y última cita antes del “supermartes”, donde los residentes de 16 estados acuden a las urnas. Éste tendrá lugar el 5 de marzo.
Si se confirman las encuestas, en pocas semanas los que soñaban con un Partido Republicano posTrump verán resignado ese sueño y tendrán que hacerse a la idea de que su nominación parece inevitable y es más que probable que reedite el duelo de hace cuatro años con el demócrata Joe Biden, la segura carta demócrata.
En los tribunales
Los problemas judiciales no parecen estorbar a Trump. Las encuestas realizadas entre los votantes demuestran que sus posibles condenas no disuadirán en absoluto a los republicanos de apostar por él.
Sólo un tercio reconoce que lo consideraría no apto para la presidencia si fuera condenado por un delito, recuerda Allan Lichtman, profesor de historia en la American University.
Por lo tanto "salvo una condena de Trump, ni Haley ni DeSantis tienen posibilidades reales de ganar la nominación", insiste.
Esta es la verdadera incógnita en un momento en el que se aceleran sus comparecencias ante los tribunales.
El juicio federal de Trump por presunta injerencia electoral comenzará en marzo, la víspera del supermartes.
"Aunque Trump sea el candidato, eso no significa que las elecciones serán fáciles", prevé el profesor Hagle.
"Noviembre está y hay cosas que pueden cambiar la dinámica de la carrera" como, según él, la posibilidad de que fuese eliminado de las papeletas de las primarias en algunos estados debido a su presunto papel durante el asalto al Capitolio por parte de sus partidarios el 6 de enero de 2021.
Sin embargo, salvo en Colorado, los otros tres estados donde se intentó vetar la participación de Trump en las primarias ya hubo pronunciamiento a su favor.
Campaña de Haley
Esta semana fue agitada e intensa para los precandidatos, pero especialmente para Haley que está confiada en ganar y, por ello se ha presentado como el baluarte contra el "caos" tanto de su copartidario Donald Trump como del candidato-presidente Biden
"No se vence al caos demócrata con caos republicano", afirmó el miércoles Haley en un solo golpe a los dos líderes políticos en un mitin en Rochester, una pequeña ciudad de ese estado del noreste de Estados Unidos.
"Ya voté dos veces por Trump. Pero sea justo o no, el caos lo acompaña. No podemos tener un país en desorden, un mundo en llamas e ir a cuatro años más de caos. No sobreviviremos a eso", advirtió a sus seguidores.
De 51 años, Haley comenzó la carrera con pocas posibilidades, pero poco a poco se ha granjeado la simpatía de parte de los republicanos, lo que le ha permitido subir en las encuestas y recaudar fondos.
El problema es que quedó tercera en Iowa y de allí que necesite en New Hampshire una victoria o un resultado mejor que DeSantis para poder encarar a Trump.
El gobernador republicano de Maryland, Larry Hogan, uno de sus partidarios, entrevé una "auténtica batalla" en New Hampshire para evitar una victoria de Trump.
"Si tiene un buen resultado, si llega en primer o en segundo lugar por poco en New Hampshire, eso le dará el impulso, el entusiasmo y la atención que la llevarán a (las primarias en) su estado natal de Carolina del Sur, donde puede (...) tal vez cambiar la dinámica", declaró a CNN.
Haley también tiene que tranquilizar a sus donantes. Según la prensa estadounidense, si no gana en New Hampshire o al menos queda bien posicionada le darán la espalda.
"La montaña que tiene que escalar es enorme", declaró a CNBC el empresario Andy Sabin, que recauda dinero para ella.
Le quedan menos de 48 horas a Haley para concitar un mayoritario apoyo de independientes, indecisos y hasta demócratas que pueden ejercer el derecho al voto en New Hampshire. Solo así tendrá la posibilidad de imponerse a Trump o como se dice popularmente ‘respirarle en la nuca’.