LA PRIMERA vuelta de los comicios municipales en Brasil inició con el cierre de los colegios, con la vista puesta en Sao Paulo, donde un influencer populista acusado de desinformación es un serio candidato a gobernar la mayor ciudad de América Latina.
Considerada la antesala de las presidenciales de 2026, la cita mide las fuerzas de izquierda y derecha, encarnadas respectivamente en el presidente Luiz Inácio Lula da Silva y su predecesor ultraderechista Jair Bolsonaro.
Casi 156 millones de electores estaban convocados a los colegios electorales, que cerraron como estaba previsto a las 5 de la tarde, hora local. Los resultados se esperan poco después.
En Sao Paulo, la capital económica con 12 millones de habitantes, el duelo esperado entre el alcalde saliente Ricardo Nunes, aliado de Bolsonaro, y Guilherme Boulos, apoyado por Lula, se convirtió en una lucha a tres con la irrupción del outsider Pablo Marçal.
La desinformación ha centrado la campaña en Brasil, donde la red social X está fuera del aire desde el 31 de agosto acusada de propagar informaciones falsas. “No podemos permitir que el pueblo vote desinformado”, subrayó Lula tras votar en Sao Bernardo do Campo, en los suburbios de Sao Paulo.
Cocaína e informe médico
Marçal, un popular influencer ultraconservador de 37 años, ha ganado popularidad con un estilo provocador que sedujo a numerosos simpatizantes de Bolsonaro.
Durante un debate televisado, fue atacado con una silla por un rival exacerbado, en lo que ya se conoce como “a cadeirada” (sillazo).
En el último episodio el sábado, la justicia electoral ordenó la retirada de su perfil de Instagram durante 48 horas, tras haber colgado un informe médico falso que indicaba que Boulos había consumido cocaína.
Sonriente, de bermudas y descalzo, Marçal votó en Sao Paulo cinco minutos antes del cierre de las urnas, ante la aclamación de decenas de personas, algunos con la camiseta de “Trump 2024”.
“Vine descalzo para mostrar mis sentimientos sobre la persecución en esta campaña electoral. Que el candidato quedará sin su único medio de comunicación (...) es una decisión completamente desproporcionada”, declaró tras votar en el barrio paulista de Moema.
En Jardim Paulista, en un barrio acomodado de la ciudad, Edson Borges Lopes dijo votar a Marçal porque no le gusta el sistema. “Los medios se reunieron para combatir su campaña”, afirmó este técnico en informática, de 61 años.
En cambio, Giulia Bisognim, una estudiante de 27 años, lamentó “una campaña muy agresiva, irrespetuosa entre los principales candidatos”.
“La marca de la mentira”
Tras votar, el izquierdista Boulos también evaluó que “esta no fue una elección normal”. “Vimos la marca de la mentira, del odio”, dijo el candidato.
El diputado “es una apuesta personal de Lula. Si es elegido alcalde de la mayor ciudad del país, será una gran victoria para el presidente”, dijo a la AFP Mayra Goulart, politóloga de la Universidad Federal de Río de Janeiro.
En Río, el expresidente apoyó a Alexandre Ramagem, que busca evitar que el centrista Eduardo Paes sea elegido para un cuarto mandato. Ramagem es investigado por supuesto espionaje ilegal de políticos y otras figuras cuando era jefe de inteligencia bajo la presidencia de Bolsonaro.
Los comicios ocurren en un país asolado por incendios récord y una sequía histórica, relacionada al cambio climático, según expertos. Sin embargo, el medio ambiente estuvo ausente de los debates.
Los candidatos “hablan muy poco de eso, banalizan los incendios y están enfocados más en otras cosas que en nuestro propio bien”, dijo a AFP Jailma Rodrigues da Silva, una ama de casa que votó en Río por Paes.
Según sondeos, 11 de las 26 capitales estatales podrían definir su alcalde este domingo en las urnas. Cuando ningún aspirante obtenga más de la mitad de los votos, habrá segundo turno, el 27 de octubre. Al cierre de esta edición no se habían publicado los resultados del candidato ganador. /AFP