MILITARES y policías ecuatorianos intentan desde ayer retomar el control de las cárceles, luego de la liberación de más de 170 funcionarios y guardias penitenciarios tomados como rehenes hace una semana por las bandas que dominan las prisiones.
En medio de una violenta arremetida del narco que ya lleva una semana contra las medidas del gobierno de Daniel Noboa para doblegarlos, las Fuerzas Armadas difundieron imágenes que muestran a cientos de reclusos descalzos, con sus torsos desnudos y tirados en el suelo en medio de estos operativos.
Otro video compartido por los militares muestra cómo derriban paredes con explosivos. También anunciaron el "control total" de la cárcel de Cuenca, en el sur andino.
El intento de retomar las cárceles se produce pocas horas después de que 136 funcionarios y guardias fueran liberados tras ser retenidos por los presidiarios.
"Somos liberados. (...) Gracias a Dios que salimos todos con bien", dijo un empleado penitenciario con una bandera de Ecuador en la mano y parado junto a un grupo de custodios dejados en libertad en la provincia andina de Cotopaxi (sur), de acuerdo a un video difundido en redes sociales.
Las cárceles son oficinas criminales bajo control de bandas de narcotraficantes y escenario de cruentas masacres.
Noboa, en el poder desde noviembre, felicitó en la red X a la fuerza pública y a sus ministros de Gobierno y de Defensa "por lograr la liberación" de los secuestrados.
Según la autoridad carcelaria (SNAI), a lo largo de la semana los narcos llegaron a tener 178 rehenes dentro de las cárceles.
En medio de la ola violenta que deja 19 muertos, circulan imágenes de crueles asesinatos de guardias, supuestos ataques y saqueos, muchas de ellas sin verificar pero que alimentaron el miedo en la población.
Las liberaciones se produjeron en penitenciarias de siete provincias del país que se extienden desde la frontera con Colombia (norte) hasta el límite con Perú (sur).
Más de 1.000 detenidos
Pese a la presión del narco, Noboa advirtió que no dará su brazo a torcer.
"Creo que vamos a ganar y no dejaré de pelear hasta conseguirlo", dijo el viernes a la BBC.
El mandatario de 36 años declaró al país en "conflicto armado interno", otorgó estatus beligerante a las bandas que se convierten así en objetivos militares, y desplegó 22.400 efectivos de las fuerzas armadas en todo el país.
La crisis empezó hace una semana, cuando uno de los capos más temidos desapareció de su prisión en el puerto de Guayaquil (suroeste).
A la fuga de Adolfo Macías, alias "Fito", jefe de la principal banda criminal de la nación conocida como "Los Choneros", le siguió una arremetida violenta: asesinatos, motines en las cárceles, funcionarios de prisiones retenidos por presos, policías secuestrados, reclusos fugados y ataques con explosivos.
El SNAI informó el sábado sobre la muerte de un custodio por enfrentamientos con reclusos en la provincia de El Oro (suroeste y limítrofe con Perú), lo que aumenta el balance de fallecidos a 19, entre civiles, vigilantes carcelarios, policías y presos.
Desde el 9 de enero, cuando se declaró el "conflicto armado" con las bandas criminales, han sido detenidas 1.105 personas, de las cuales 94 están acusadas de terrorismo.
Cientos de soldados y policías buscan a Fito, mientras desde el lunes rige un estado de excepción por 60 días en todo el país, incluidas las penitenciarias, y un toque de queda de seis horas, desde las 11 de la noche y hasta las 5 de lamañana.
Con frecuencia comparado con el presidente salvadoreño Nayib Bukele, Noboa también tiene un plan de renovación del sistema carcelario. Su gobierno construirá dos prisiones de "súper máxima" seguridad con capacidad para más de 3.000 personas y planea instaurar buques cárceles en el mar, con el objetivo de aislar a los reclusos más violentos.