México: aumentaron 33% deportaciones | El Nuevo Siglo
Foto archivo AFP
Martes, 2 de Julio de 2019
Redacción internacional
El ICE, una institución sobre temas migratorios, dijo que fueron expulsados 22.912 personas, un crecimiento considerable tras el pacto con Washington

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EL ACUERDO firmado por Donald Trump y Andrés Manuel López Obrador (AMLO) para controlar la migración ilegal ha llevado, tres semanas después de su lanzamiento, a un aumento considerable de las deportaciones de extranjeros ilegales en los dos países.

En junio de 2019, mes en el que también se cumple un año del triunfo de López Obrador en las elecciones presidenciales, las expulsiones de extranjeros que han entrado de forma ilegal al territorio mexicano llegaron a un total de 22.912, un aumento del 33% en comparación con mayo, según datos revelados esta semana por el Instituto Nacional de Migración (INM).

Tras las amenazas de Trump contra México de que impondría aranceles a los productos originarios de ese país, AMLO ha decidido cumplir con las exigencias de Washington de imponer un control riguroso para evitar que los migrantes ilegales pasen por los pasos fronterizos.

Estos controles, que hacen parte de los que el presidente mexicano denominó unos meses atrás “medidas sin precedentes”, son llevados a cabo por la fuerza pública que ahora tiene un cuerpo especializado, la Guardia Civil, creada para combatir el crimen organizado y, ahora, el fenómeno migratorio.

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Los sectores opositores, que abarcan grupos progresistas y de derecha, han dicho que la creación de la Guardia Civil ha sido una de las mayores contradicciones de López Obrador en sus primeros seis meses. Él había sido ampliamente conocido durante la campaña por su frase “abrazos, no balazos”, buscando enfoques diferentes para enfrentar la violencia. Ahora, ha reforzado al Ejército y es un defensor de la presencia armada de este en los territorios dominados por el crimen organizado.

Hace un mes México desplegó 6.000 hombres a la frontera con Guatemala y otros 15.000 al paso fronterizo con su vecino del norte, alertando además que Estados Unidos puede registrar un total de 800.000 migrantes este año.

En reportaje desde los pasos fronterizos, El País de España escribió que ha habido una intensificación de las interceptaciones de camiones, muchas veces cargados de migrantes ilegales que buscan llegar a Estados Unidos, y apuntó a que ha habido un “repentino aumento” en los centros de internamiento que están “saturados”. Estos últimos precisamente han sido denunciados por la Comisión Nacional de Derechos Humanos, en México, que ha calificado la situación en estos lugares de “hacinamiento”.

Algunos de los más de 22.000 migrantes se han negado a regresar a sus países de origen, donde las condiciones de vida son desfavorables por la falta de empleo y los altos índices de violencia. El sábado 81 haitianos a bordo de un avión que los iba a llevar a su país se negaron volver, unas protestas que desembocaron en un motín, de acuerdo a información de medios locales.

¿Nuevos mejores amigos?

A comienzos del gobierno de AMLO, en diciembre, todo indicaba que su relación con Trump sería difícil. Defensor de un pasado histórico que, entre otras, busca ser explicado en clave de víctimas y victimarios, como lo indica uno de sus libros, Neoporfirismo. Hoy como ayer, el Presidente de México presuntamente no era muy cercano a Estados Unidos, menos a un país gobernado por Donald Trump.

Sin embargo, esto no ha sido así. Desde que llegó al poder, incluso unos meses antes, las relaciones bilaterales entre México D.F. y Washington han funcionado bastante bien, no solo en lo migratorio, sino en otros temas como las negociaciones cordiales de un nuevo acuerdo comercial entre estos dos países y Canadá, que terminó reemplazando al Nafta.

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En esa faceta amistosa Trump ha calificado lo que ha hecho AMLO frente a los migrantes de “trabajo increíble”. “Lo aprecio y quiero darle las gracias por ello. Tienen 6.000 tropas en su frontera sur, es muy difícil entrar ahora”, dijo el norteamericano en el G20, luego de que el canciller mexicano dijera que había dado “buenos indicadores” a este.

AMLO no se ha quedado atrás. En un acto público que conmemoró su victoria abismal en las elecciones presidenciales hace un año, el Presidente agradeció el reconocimiento de su homólogo y destacó que se está “haciendo un esfuerzo para cumplir el compromiso de aplicar nuestras leyes, y sin violar derechos humanos disminuir el flujo migratorio”. También dijo que “se va internalizando el propósito de atender el fenómeno migratorio mediante la creación de empleos y con la cooperación para el desarrollo”.

Muchas deportaciones en EE.UU.

Las acciones para contener la migración masiva a Estados Unidos se agudizarán en los próximos días. Desde Washington, Trump anunció que a partir del 4 de julio (el jueves) aumentarán el número de redadas contra los ilegales en todo el país. “Mucha gente va a tener que salir”, dijo, y agregó que deportará a “millones”.

El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) había dicho que a partir del 23 de junio iniciaría un proceso de deportación de “familias indocumentadas que han recibido órdenes de expulsión”, principalmente en ciudades como Nueva York, Miami (Florida), Houston (Texas), Los Ángeles y San Francisco (California), Chicago (Illinois), Atlanta (Georgia), Baltimore (Maryland) y Denver (Colorado).

En visita a los centros de detención fronterizos, ubicados del lado estadounidense, una delegación de Demócratas calificó a estos lugares de tener condiciones “horribles” durante la retención. Para Alexandra Ocasio-Cortez, senadora por Nueva York de origen latino, allí se está sometiendo a los migrantes a una “crueldad sistemática”.

Aunque se ha reducido su número, los migrantes ilegales siguen llegando a Estados Unidos. El Gobierno ha dicho que solo en junio se detuvieron 144.000 personas, un aumento considerable en comparación a meses anteriores.

Pero es claro que un enfoque más restrictivo en las zonas fronterizas, tanto de México como de Estados Unidos, cada vez toma más fuerza, dejando en el aire una pregunta: ¿Se convertirán los centros de hacinamiento en centros de refugiados, aunque los migrantes no huyan de sus países por razones relacionadas con la guerra?